Agrotóxicos: detectaron sustancias nocivas en el organismo de marplatenses

Agrotóxicos: detectaron sustancias nocivas en el organismo de marplatenses
Lo confirmó la asociación Bios, tras la extracción y análisis de sangre a los que se sometieron referentes locales. “Los agroquímicos no desaparecen luego de aplicados; se degradan y terminan en el cuerpo humano”, dijeron
Luego del análisis de las muestras obtenidas tras la extracción de sangre a la que se sometieron cinco marplatenses para saber si existían o no elementos tóxicos en sus organismos, finalmente este martes, la organización que promovió la iniciativa, Bios, hizo públicos los resultados. En resumen, y salvando las particularidades de cada individuo, en todos los casos se hallaron restos de sustancias nocivas para la salud, lo que demuestra “que los agrotóxicos no desaparecen luego de aplicados".

En el marco de una conferencia de prensa, la organización Bios, además de brindar detalles de los resultados, invitó a los periodistas y referentes locales que participaron de la iniciativa -inicialmente dirigida a funcionarios municipales, quienes prefirieron no someterse a los estudios- a contar sus experiencias. Estuvieron presentes Mariana Gérez, de Canal 10; Daniel Bertagno, de Canal 8; Daniel Temperoni, de Radio Brisas; Pablo Salgado, de Radio Universidad; y Juan Manuel Chazarreta, folklorista.

Para comenzar, la referente de la entidad, Silvana Buján, hizo algunas apreciaciones respecto a los resultados bioquímicos y aseveró que, con el rigor del dato clínico, quedó demostrado que los agrotóxicos no “desaparecen” luego de aplicados. “Algunos se degradan en metabolitos que persisten y terminan en el cuerpo humano”, dijo y luego mencionó que, por ejemplo, el DDD (sustancia prohibida en todo el mundo) “no se usa hace años, y sin embargo lo tenemos en nuestra sangre”.

“Miles de litros de veneno si se evaporan están pasando de la tierra al aire, pero no desaparecen. Podemos afirmar hoy, que hay agrotóxicos en la sangre de los marplatenses”, subrayó la especialista, quien hizo hincapié en los efectos nocivos de estas sustancias, las cuales al estar en el cuerpo “deprimen el sistema inmunitario". “Hacen a la persona más sensible a enfermar de muchas patologías y, además, un organismo mal nutrido tiene más probabilidad de enfermar portando estas sustancias en su organismo, que cualquiera de los que hemos chequeado nuestra sangre, pues tenemos la fortuna de comer todos los días”, reflexionó.

Enseguida, Buján entendió que, bajo esta premisa, “una persona expuesta a agrotóxicos de modo cotidiano, es más proclive a enfermar que aquellos que no viven en los bordes de las ciudades ni están expuestos a las derivas de las aspersiones”.

LA IMPORTANCIA DEL PRINCIPIO PRECAUTORIO

Por otro lado, desde Bios confirmaron que ya enviaron una petición al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y a los organismos dependientes y vinculados como el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) para que se aplique la recomendación emitida por el defensor del Pueblo de la Nación y la Auditoría General de la Nación y se le coloque banda roja “a todos los agrotóxicos hasta tanto no se realicen los estudios toxicológicos de cada uno de los principios activos y de los formulados que se aplican en la producción agrícola”. “Queremos superar la perversa metodología de clasificación que los fabricantes de los químicos supieron imponer, que no son estudios científicos y que contravienen las recomendaciones expresas y taxativas de la Organización Mundial de la Salud”, explicaron.

Asimismo, desde la entidad también exigieron que, tal y como se hace con las evaluaciones de impacto ambiental, se solicite una certificación similar “a la producción agrícola, máxime que usa, transporta y manipula sustancias peligrosas a la vez que contamina con sus efluentes líquidos, sólidos y gaseosos el aire, el suelo, el agua y los alimentos que llegan a nuestra mesa”. “Es una omisión muy seria y peligrosa la que se ha hecho con esta rama de la producción, dejándola exenta de toda evaluación sanitaria”, mencionaron.

A continuación, reiteraron un requerimiento de larga data: que se separen las aplicaciones (de cualquier banda) de agroquímicos “nuevamente a al menos mil metros de las zonas habitadas, hasta tanto se revise su clasificación”. “Esto y lo anterior -consideraron- por el principio precautorio, que establece claramente que si hay una actividad de posible impacto a la salud o al ambiente debe suspenderse hasta que se demuestre su inocuidad”.

Por último, desde Bios volvieron a cuestionar las prácticas agrícolas al recordar que no son inocuas. “Nadie puede explicarnos cómo sus químicos peligrosos están hoy en nuestros cuerpos, si supuestamente los usan y aplican sobre los vegetales ¿Derivan con el viento sobre la ciudad? ¿Se introducen diariamente en nuestras verduras de consumo?”, se preguntaron, antes de advertir: “El viejo concepto de que ‘la dosis hace el veneno, no funciona en estas sustancias, puesto que son acumulativos y porque las dosis bajas pero reiteradas producen efectos irreversibles”.

DOBLE ANÁLISIS

Los análisis en cuestión fueron realizados en dos laboratorios: uno en la ciudad de Mar del Plata y otro en el Laboratory of Medical Investigations San Cecilio University Hospital, University of Granada, Spain. En España se procedió a la extracción y purificación química de las cinco muestras de suero humano enviadas por la ONG a los laboratorios de la Unidad de Apoyo a la Investigación del Hospital Universitario San Cecilio, con el objetivo de aislar y cuantificar los niveles de una selección de plaguicidas organoclorados y bifenilos policlorados.

Sobre los resultados específicos que arrojaron estos procedimientos, se destaca el hecho de que las sustancias halladas han sido usadas tradicionalmente como plaguicidas para el control de plagas y vectores. Aunque se perciban bajas cantidades mensuradas en sangre, estas sustancias tienen un elevado potencial de bioacumulación en otros tejidos. Además, las mismas pueden combinar y generar sinergia; esto quiere decir que, aunque de modo individual sean bajas dosis, unidas a otras bajas dosis pueden generar fuertes efectos. Por último, es posible que las mismas se combinen también con efecto paradójico, lo que provoca ciertos efectos que son más intensos a bajas dosis que a altas.

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