Por qué afirman que el gobierno deberá volver a devaluar en el último trimestre

Por qué afirman que el gobierno deberá volver a devaluar en el último trimestre
Ya sin las divisas del agro, los analistas creen que por el exceso de emisión y gasto rebrotarán las tensiones cambiarias a fin de año.
Después de frenar la corrida cambiaria con la devaluación de enero pasado, el gobierno parece haber encontrado aguas calmas. En abril el Banco Central compró U$S2.500 millones que le permitieron incrementar sus reservas en U$S1.200 millones, una cifra para nada despreciable. Hoy el stock de divisas de la entidad presidida por Juan Carlos Fábrega cerró en U$S28.236 millones.

Sin embargo, esta relativa estabilidad podría ser meramente transitoria. Los especialistas advierten que la liquidación de la cosecha gruesa va a permitir atravesar estos meses sin mayores sobresaltos. No obstante, cuando esa entrada de divisas se agote las tensiones cambiarias rebrotarán y en el último trimestre del año el gobierno se vería obligado a tocar el tipo de cambio.

La duda que prevalece entre los economistas es la forma en que se aplicará el ajuste. Algunos postulan un regreso a las minidevaluaciones diarias o semanales del año pasado. Otros creen que deberá darse un salto discreto como el de finales de enero, cuya magnitud podría ser aún mayor.

Eso fue lo que insinuó el economista Miguel Bein, de buenos vínculos con el oficialismo. El titular del Estudio Bein y Asociados pronosticó un dólar a $9,10 para diciembre. “No vemos que el dólar se mantenga quieto en la zona de 8 pesos en julio y agosto", sostuvo.

“El gobierno va a tener que ajustar el tipo de cambio más por la escasez de divisas que por productividad”, evaluó el especialista en comercio exterior Marcelo Elizondo, en diálogo con LPO.

“La situación cambiaria ya se parece a la de la última parte del año pasado. El ajuste cambiario ya se perdió porque en estos cuatro meses la inflación fue del 12%. La suba de costos en algunos casos incluso fue mayor porque se encareció el crédito, y los salarios crecieron por arriba de esa tasa”, detalló el titular de la consultora Dirección de Negocios Internacionales(DNI).

“A eso hay que sumarle una inflación que va a estar en un promedio del 37% anual. Ahora hay cierto confort de dólares, pero a fin de año la restricción cambiaria va a volver porque es muy difícil reducir el nivel de importaciones”, agregó Elizondo.

Para el titular de DNI, la entrada masiva de dólares va a durar hasta junio, que es cuando concluye la cosecha gruesa. “El resto del año nivel la liquidación va a ser mas estándar. Lo más probable es que permita compensar las importaciones de bienes”, aseguró.

En ese sentido, el analista recordó que las exportaciones en el primer trimestre bajaron 9% pero las importaciones cayeron sólo 1%. “El 80% de las importaciones son bienes que se utilizan para producción. Aunque bajen las importaciones de autos, representan sólo el 10%. Y las de consumo se necesitan para combatir la inflación”, amplió.

"Todos los meses hay soja procesada para exportar", reforzó Bein en una entrevista concedida a la agencia estatal Télam. "Lo que hay más entre abril y julio, es una exportación de poroto en forma directa que no hay forma de almacenarla, que son 8 millones de toneladas por año", calculó el ex viceministro de Economía, lo cual representan "unos 4.000 millones de dólares que entran adicionales y mejoran la balanza comercial y la disponibilidad de dólares".

El ex Subsecretario de Combustibles de la Nación Cristian Folgar coincidió en el diagnóstico. Según Folgar, “la emisión y la inflación van a comerse la devaluación de enero y eso llevará a un nuevo ajuste en los próximos meses, cuando baje la demanda de pesos”.

“Se asume que el dólar no va a estar clavado por el nivel de emisión que se espera”, comentó.

“Estrictamente, la devaluación del peso sucede cuando aumenta el precio de los bienes. Lo que está fijo es el precio del dólar y si el tipo de cambio se atrasa, en algún momento tiene que ajustarse”, vaticinó el economista.

Desde ya que una nueva devaluación volvería a echar leña a la inflación. “La economía no resiste otra devaluación brusca en los próximos meses“ le dijo un funcionario cercano al ministro a uno de los economistas que desfilaron durante la corta semana pasada por el Palacio de Hacienda, ante la consulta por el tipo de cambio, publicó hoy el diario BAE.

De acuerdo al matutino, en el ministerio de Economía saben que más llegado fin de año el Banco Central deberá hacer correcciones.

Excedente de pesos

Folgar planteó que la suba de tasas que aplicó Fábrega no hará más lanzar todavía más pesos al mercado, porque las letras que colocó el Central tienen una tasa del 30%. Es decir que por cada 10 mil millones de pesos que absorbió la entidad, dentro de un año habrá en circulación $3.000 millones más. “Va a haber cada vez más pesos dando vuelta”, alertó el ex funcionario.

Para Folgar, la medida “es de muy corto plazo”, “sólo permite comprar tiempo”, y para colmo “aumenta el déficit cuasi fiscal” del BCRA, deteriorando el patrimonio de la entidad.

“El panorama para fin de año es muy complicado porque no hay demanda de pesos. Nadie quiere tenerlos, nadie pide créditos”, afirmó.

“Actualmente las dos fuentes de expansión de la base monetaria son la entrada de dólares y para cubrir el déficit”, puntualizó. Esos pesos van al mercado paralelo y de ahí la suba en el blue de la última semana, explicó Folgar.

Para los economistas el problema de fondo sigue sin resolverse, que es el aumento del gasto público. Con la quita de subsidios al agua y al gas que anunció el gobierno “prácticamente no baja el déficit”, porque esos recursos irán a los bolsillos de los productores, transportistas y distribuidores, estimó Folgar en un trabajo que anticipó este medio.

Turismo y deuda

De acuerdo a las planillas del ministerio de Economía, este año el gobierno deberá afrontar deuda en dólares por U$S7.200 millones, de los que U$S3.378 son intereses, y todavía faltan pagar cerca del 80%. El resto corresponde a amortizaciones de capital que ya fueron afrontadas en un 50%.

En junio habrá un pago fuerte por U$S848 millones y en diciembre por un monto similar, cuando la entrada de dólares por la soja ya será cosa del pasado. Son números que con reservas más robustas no tendrían mayor impacto, pero con el nivel que tienen actualmente se harán sentir con fuerza. Y a eso se le sumó el impacto de la suba del dólar sobre la deuda pública.

La consultora Elpysis calculó que la devaluación de enero incrementó los servicios de la deuda en 16,3 mil millones de pesos para 2014.

Por otro lado, sobre fin de año comienzan a definirse las vacaciones y eso podría volver a disparar el déficit turístico, como sucedió en los dos años previos. De todas formas, Elizondo desestimó esta posibilidad porque ahora el recargo es del 35% y eso encareció el dólar turista a un nivel por arriba del blue. Además, el pronóstico de una nueva devaluación bajará la demanda a los destinos externos.

“El balance de turismo va a mejorar respecto al del año pasado, pero no va a llegar al nivel del 2011 cuando hubo un superávit de U$S3.000 millones”, vaticinó Elizondo.

Nafta al fuego

Más allá de los análisis que se hagan, lo cierto es que el Banco Central tiene U$S13.000 millones en reservas menos que el año pasado y eso lo ubica en una posición mucho más débil para enfrentar una corrida.

“El problema de tener tantos pesos circulando pasa cuando la gente se asusta, porque tiene más poder. Si no hay demanda genuina de pesos, cada vez que se asuste va a ser peor. Una corrida en estas condiciones sería más grave que en diciembre de 2013. Es casi como tirarle nafta al fuego”, concluyó Folgar.

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