Acuerdo con el FMI: ¿cómo es el camino que recorrerá en el Congreso y qué amenazas enfrenta?

Acuerdo con el FMI: ¿cómo es el camino que recorrerá en el Congreso y qué amenazas enfrenta?

En el oficialismo quieren convocar a la Comisión Bicameral de Deuda pero todavía no hay consenso con la oposición. El 20 de marzo sería una fecha clave

Apesar de las complicaciones que surgieron en las últimas horas en la negociación, el presidente Alberto Fernández mantiene el objetivo de cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el transcurso de esta semana y enviarlo al Congreso, a más tardar, el 1 de marzo, para dar inicio a un trámite parlamentario que podría tener por delante algunos obstáculos.

Mientras el ministro de Economía, Martín Guzmán, avanza en la negociación técnica con el board del FMI, las principales espadas parlamentarias del Frente de Todos en el Congreso están a la espera de precisiones respecto de cuándo y por cuál de las dos Cámara ingresará.

El jefe del bloque de diputados del oficialismo, Germán Martínez, recordó este lunes que Guzmán había dicho que "la tarea de pulir los detalles con el FMI podía llevar unas cuatro semanas" y que, en ese esquema, esta sería "la última".

Según supo iProfesional, la idea del Presidente es que el entendimiento esté cerrado para el jueves y que el proyecto -que tendrá pocos artículos y se limitará a pedir la aprobación del acuerdo- se envíe al Congreso el viernes. No obstante, la fecha que asoma por estas horas como más probable es el 1 de marzo.

Ese martes Fernández asistirá al Congreso para dar su discurso de inauguración del año parlamentario ante la Asamblea Legislativa y las diferencias que surgieron en las últimas horas entre el Gobierno y el FMI respecto del recorte de los subsidios a las tarifas energéticas abrieron la posibilidad de que todo quede para ese día clave.

 

Acuerdo con el FMI: ¿qué camino seguirá en el Congreso?

Si bien Martínez dijo desconocer por cuál de las dos Cámaras ingresará el proyecto que propondrá la aprobación del acuerdo, la hipótesis más firme hasta el momento es que entrará por Diputados, tal y como pidió días atrás el jefe del bloque de senadores del Frente de Todos, José Mayans.

Una vez ingresada, la iniciativa deberá ser girada a una o más comisiones. Fuentes de la bancada oficialista del Senado indicaron a Iprofesional que la idea es convocar a la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de la Gestión de Contratación y de Pago de la Deuda Exterior, la cual suele ser un verdadero campo de batalla entre el oficialismo y la oposición.

"Seguramente entrará por esa comisión, que es la encargada de estos temas, y tal vez se sume alguna más, pero la Bicameral de Deuda debería ser la cabecera", señaló un operador parlamentario del Frente de Todos consultado por este medio.

Compuesta por 10 diputados y 10 senadores, la Comisión Bicameral todavía no se conformó dado que se vio sometida a la parálisis que la crisis interna del oficialismo y las tensiones con la oposición generó en el Congreso y que incluso frustró las sesiones extraordinarias convocadas por el Presidente.

Por esa razón, el principal desafío para el tratamiento del acuerdo con el FMI será que el Frente de Todos y Juntos por el Cambio lleguen a un acuerdo para definir a los nuevos integrantes. Las fuentes consultadas señalaron que Mayans ya abrió un diálogo con sus colegas de la Cámara de Diputados con ese fin.

Por el momento continúan en la bicameral aquellos legisladores que la integraron hasta el año pasado y, de seguir así, sería necesario designar a otros cuatro senadores y tres diputados, respetando la nueva conformación parlamentaria.

Una vez que el proyecto tenga dictamen de la comisión pasará a ser debatido y sometido a votación en el recinto de la Cámara de Diputados -en caso de que ingrese por allí- y tras su aprobación será girado al Senado. No obstante, el trámite no sería tan sencillo y podría enfrentar varias complicaciones.

 

Plazos y diferencias internas: posibles obstáculos

Mientras que la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque oficialista de diputados ensanchó la grieta en la coalición gobernante, el desembarco de Germán Martínez en ese puesto le dio a Alberto Fernández algo más de músculo parlamentario.

Martínez se convirtió rápidamente en una especie de vocero del sector que, a diferencia de Máximo y Cristina Kirchner, está a favor de acordar con el Fondo Monetario. Desde ese lugar busca reducir al mínimo posible las abstenciones del ala kirchnerista cuando llegue la votación y lograr "un tratamiento intenso en el debate pero abreviado en el tiempo", según afirmó.

Recientemente el diputado santafesino señaló que, si todo sale como espera el Gobierno y quienes apoyan el acuerdo, la aprobación final en el Congreso podría darse "cerca del 20 de marzo"No se trata de una fecha antojadiza sino que se ajusta a las obligaciones que enfrenta el país con el FMI, dado que el 22 de marzo vence una pago de u$s 2.800 millones.

Frente a esa meta, uno de los primeros escollos podría surgir precisamente del hecho de que el primer debate se lleve a cabo en la Comisión Bicameral de Deuda. Y es que allí conviven no solo las principales autoridades en materia económica del oficialismo y la oposición, sino también algunas de las voces más críticas hacia el acuerdo.

Entre ellos (siempre que se mantenga la composición actual de la comisión) se encuentra el propio Mayans, quien no duda en disparar munición gruesa contra Juntos por el Cambio por la deuda de 44 mil millones de dólares contraída con el FMI durante la gestión de Mauricio Macri, a la que considera "ilegítima e ilegal". En ese tono también suelen expresarse Oscar Parrilli, Itaí Hagman o Rodolfo Tailhade.

Desde la vereda de enfrente, legisladores como Luciano Laspina, Martín Lousteau o Federico Angelini serían los abanderados de Juntos por el Cambio para los puntos más álgidos del debate ya sea en las cuestiones técnico-económicas o en la línea política del discurso opositor.

Otro de los obstáculos que el Gobierno deberá superar (el más conocido) es la resistencia interna del kirchnerismo más puro. Los encargados de lidiar con esa situación son tres: Martínez, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el propio Máximo Kirchner.

Martínez está abocado cien por ciento a la tarea de reunir la mayor cantidad de votos, según ratificaron a este medio en su entorno. En ese contexto, es sugestiva su cercanía y su amistad con Agustín Rossi, ex funcionario con sobrada experiencia como jefe de bloque en la Cámara de Diputados. Ambos mantienen fluido contacto.

Por su parte, Massa busca generar junto a Máximo Kirchner una mesa política nacional que reúna a representantes de todos los sectores del Frente de Todos para "institucionalizar" a la coalición y ordenar la toma de decisiones. Algo muy similar a lo que funciona en Juntos por el Cambio.

Si bien ese plan excede al debate sobre el acuerdo con el FMI, constituye una pieza más en la ingeniería que busca ordenar las diferencias internas en el oficialismo. Además es un nuevo gesto de acercamiento del Presidente y su círculo con La Cámpora para evitar complicaciones en lo que será la votación más importante para el Gobierno.

Pacto con el Fondo: el papel clave de la oposición

 

Por otro lado están las diferencias internas en Juntos por el Cambio. Fuentes de la principal coalición opositora señalaron a este medio que por el momento prima la posición de la "responsabilidad", es decir, la idea de facilitar la aprobación del acuerdo.

Se trata de la postura que promueven principalmente la UCR, con Gerardo Morales a la cabeza, y la Coalición Cívica, y el sector del PRO "moderado" que se referencia en el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, donde dan señales al afirmar que "el default es la peor de las alternativas", como lo hizo días atrás el diputado Pablo Tonelli.

Los "halcones" que lidera la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, ponen reparos a respaldar el acuerdo que alcance el Gobierno con el FMI pero hasta el momento no son mayoría en la coalición. De todos modos, plantean condiciones excluyentes, como que el arreglo con el organismo no implique aumento ni creación de impuestos.

Pero hay quienes ya anticiparon que no votarán a favor, como es el caso del economista Ricardo López Murphy. Esto indica que en la principal bancada opositora será muy difícil que el Gobierno encuentre una posición unánime, además de que finalmente será el conteo voto a voto lo que determine de qué manera acompañarán el acuerdo.

Y es que el "poroteo" que hagan en el oficialismo en las horas previas a la votación -y que según Martínez todavía no empezó- determinará si, como confían en el Gobierno, los votos a favor del acuerdo ya están o si se necesitarán más. En ese caso habrá que ver cuántos en la bancada opositora optarán por abstenerse (para no votar con el oficialismo pero tampoco en contra) y cuantos están dispuestos a levantar la mano.

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