Después de un debate intenso con su equipo a primera hora de la mañana, Gabriel Abrile, el candidato a intendente de Juntos por Río Cuarto, llamó a Carlos Borsato, quien el viernes pasado había sido presentado públicamente como el principal referente de ese espacio político en materia de seguridad, y le comunicó la decisión que pocos minutos después se haría pública por Twitter.

El excomisario fue separado de la campaña y de su rol de asesor después de que este diario difundiera una serie de publicaciones en Facebook en las que reivindicaba al dictador Jorge Rafael Videla y a Alfredo Astiz, defendía los métodos de la dictadura y, entre otras cuestiones, abordaba brutalmente temas sensibles como la sexualidad o el aborto.

“A partir de los hechos de público conocimiento, he decidido apartar de los equipos técnicos al Comisario Mayor Carlos Borsato. Prestó servicios durante décadas en la fuerza de seguridad de la democracia, allí se retiró con rango de General”, fue el primero de los dos tuits que el candidato opositor publicó sobre el tema.

El segundo dice: “Nada hará que me aparte de mi convicción y de mi objetivo que es devolverles la seguridad a los vecinos. Voy a ser contundente como en todos mis actos. Que esto no nos haga perder la discusión seria sobre los temas de inseguridad que aquejan a la sociedad”.

Esa fue toda la manifestación pública que Abrile hizo sobre las publicaciones de Borsato, en las que planteaba que Videla había salvado al país, negaba el terrorismo de Estado, justificaba sus métodos al juzgar a las víctimas de la dictadura como asesinos y hasta postulaba que la vuelta de las gorras (la de Videla) erradicaría las otras gorras (en esa publicación aparecía la imagen de un joven con visera), en un mensaje claramente discriminatorio y clasista.

Desde el comando de campaña de Abrile indicaron que el candidato no hablaría del tema, que ya se había expresado sobre en los dos tuits y que no iba a hacer más declaraciones. Aún así, se le enviaron al exsecretario de Salud y Acción Social mensajes por WhatsApp en los que se le pidió una nota sobre la cuestón Borsato. Hasta anoche, ninguna de esas solicitudes había sido respondida.

La revelación de que Borsato había reivindicado en muchas oportunidadaes a Videla y Astiz, que había hecho publicaciones denigratorias y violentas en contra de las mujeres que están a favor del aborto y que se había burlado de los jóvenes por su orientación sexual cayeron como un baldazo de agua fría en el comando de campaña de Abrile. “La verdad no teníamos ni idea de que este hombre pensaba así. Por supuesto que no compartimos nada de eso”, señalaron desde la campaña de Juntos por Río Cuarto.

La única que se atrevió a hacer manifestaciones públicas fue Griselda Baldata, la exdiputada que fue sentada junto a Borsato el viernes durante la presentación del programa de seguridad que propone Abrile. La asesora, que habló en el programa Así son las Cosas que conduce Guillermo Geremía, condenó la postura ideológica del excomisario pero dijo que seguiría trabajando con él y que, en realidad, sus posturas públicas no eran relevantes porque la Municipalidad no dispone de fuerzas represivas y, por lo tanto, el expolicía no podría llevar a la práctica lo que expresa en las redes. Ese posicionamiento derivó en una polémica pública con Guadalupe Fantin, candidata a intendenta del Frente de Izquierda.

Después de que se conociera la decisión de Abrile de apartar a Borsato del equipo técnico, Baldata celebró en Twitter que ese haya sido el camino elegido.

Con poco más de una semana de campaña por delante, la postura que se impuso rápidamente en el comando de campaña de Abrile fue la de cortar el problema rápidamente para tratar de evitar que el costo político fuera todavía más elevado.

Abrile había presentado a Borsato como el ideólogo de su programa de seguridad hace apenas unos días, más precisamente el viernes pasado. El acompañamiento del excomisario confirmaba una tendencia que había mostrado el candidato en el último tramo de campaña: poner el acento en la problemática de la inseguridad y plantear un discurso cercano al que a nivel nacional encarna la exministra Patricia Bullrich.

Después del episodio Borsato, el candidato opositor siguió con su campaña, hizo visitas barriales y reuniones, en un intento por dar por cerrada la polémica.

 

Por Marcos Jure