En Yerba Buena no saben como hacer para frenar los robos a las viviendas

El 20 de diciembre se abrió la “temporada de escruches” en Yerba Buena. Se trata del delito que comete un delincuente cuando espera que los dueños de una casa salgan, para ingresar y desvalijarla. Ese día alguien ingresó a la vivienda del músico Jorge “Coqui” Sosa en el barrio Viajantes. 

Irónicamente el artista, sobrino de Mercedes Sosa, había abandonado Buenos Aires cinco años antes buscando más seguridad. A “Coqui” le robaron tres computadoras, una de ellas con material de trabajo de su esposa recopilado durante seis años. Los ladrones se movieron tan sueltos de cuerpo en su casa que hasta le comieron las galletitas a su hija. El problema para las autoridades de seguridad es que esa “temporada de escruches” nunca terminó. 

Generalmente los casos se daban en verano, cuando los delincuentes aprovechaban que las casas estaban solas durante una gran temporada. Sin embargo, tras un enero y febrero lleno de casos -en San Miguel de Tucumán y en Yerba Buena se sufrieron más casos que en todo 2015, según fuentes judiciales- los ladrones afinaron las estrategias y lo siguieron haciendo en los meses posteriores con un margen de error menor. En vez de atacar una casa vacía durante semanas o días, comenzaron a hacerlo cuando los dueños salían por un par de horas, sobre todo en la capital tucumana y en la “Ciudad Jardín”. En esta última localidad, en lo que va de agosto, ya desvalijaron cuatro casas que se encontraban momentáneamente sin sus dueños.

Casos recientes

El primer día del mes, Ana María Otero y su marido salieron a la misa del padre de ella y volvieron. No dejaron su casa -de la calle Anzorena al 1.300- más de una hora y media. Cuando volvieron, con espanto descubrieron que les habían robado un televisor, una notebook, y $ 3.000. La casa de su hermano, que vive al lado, sufrió el mismo destino. A él le quitaron un televisor, $ 4.000 y toda su ropa. “Me empezaron a llegar mensajes de un montón de personas de Yerba Buena que me contaban que les pasó algo parecido, a algunas les habían llevado hasta los juguetes de los chicos”, contó la mujer tras ese robo.

Al día siguiente, ladrones entraron a una casa de la calle Brasil al 700 y robaron un televisor, $ 30.000 y una notebook. El dueño de esas cosas estaba en el estadio José Fierro por el clásico entre Atlético y San Martín. Pero no estaba en la platea ni en la popular: se trata del jugador “Decano” Juan José Govea. El delantero ecuatoriano -que alquila esa casa- prefirió no realizar la denuncia. 

Tres días después del robo a Govea, una familia de la calle La Paz al 1.500 descubrió que, en su ausencia, alguien había ingresado y les había quitado unos $ 350.000, dos televisores, dos notebooks y una cámara fotográfica. Afortunadamente, el fiscal Washington Navarro Dávila dio a conocer luego que los autores habían sido detenidos y que la división Delitos contra la Propiedad había recuperado una gran parte del botín. 

Medidas policiales

El aumento de casos no es una casualidad. Para la Policía, prevenir este delito es una tarea compleja. “Lo que pasa es que son muy grandes la cuadrículas que los motoristas del 911 tienen que cubrir. Por ahí, una moto tiene a su cargo cuatro o cinco manzanas y, cuando se recorre la quinta, te están reventando una casa en la primera porque en un escruche se roba desde adentro”, señaló una alta fuente policial, que prefirió mantener su nombre en reserva. 

Sin embargo, existe una punta de la que los policías piensan tirar. “Los delitos suelen cometerse los sábados a partir de las 19 y los domingos entre las 14 y las 18, cuando la familia sale a comer en otro lugar. Por eso mismo, se van a incrementar fuertemente los patrullajes en los mismos horarios”, señaló la misma fuente.

Vecinos, alerta

La gente de Yerba Buena se debate entre el miedo a este robo y la incredulidad por la cantidad de casos. Por eso mismo, decidieron adoptar medidas individuales y colectivas para protegerse.

Patricia Retondo, dueña de dos comercios en Barrio Viajantes, contó hace algunos meses que, tras algunos asaltos, motoarrebatos y escruches en la zona, los vecinos habían decidido implementar un grupo en Whatsapp para mantenerse alertas. 

Hace una semana, Alberto de la calle Ituzaingó al 800 comentó que tiene un perro “bravo” y una alarma, pero que además, suele salir poco por miedo a los robos. En su cuadra, a un vecino lo maniataron, lo encerraron en un baño y le desvalijaron hace exactamente una semana.

Consejos de especialistas

Otra fuente policial, especialista en la investigación de este tipo de robos, en principio comentó que si la familia tiene posibilidades económicas de instalar rejas a las puertas y alarmas, éstas son de gran ayuda.

“Si se planea realizar un viaje largo, lo ideal es no cargar los bolsos y valijas en la vereda, sino en un espacio más reservado donde se pueda evitar ser visto por cualquiera. Por otro lado, un gran error a la hora de ausentarse es dejar las luces prendidas de afuera. Si nadie las apaga, los delincuentes saben que allí no hay nadie”, agregó el investigador.

Por último, aconsejó que “si un vecino ve algo raro en su cuadra, a alguien merodeando, debe llamar a la Policía. Los ladrones de escruches suelen tocar el timbre de todas las viviendas para saber adónde hay gente”. 

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