El yate de Jaime seguirá frenado una semana más en Uruguay

El yate de Jaime seguirá frenado una semana más en Uruguay
Las reparaciones que le hacen se demoraron tras la orden judicial de inmovilizar la embarcación de US$ 1 millón.
El millonario y evasivo yate cuya propiedad se le atribuye al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime debiera estar volviendo hoy a las tranquilas aguas del Océano Atlántico que mojan el puerto de esta ciudad, según los deseos de su dueño. Sin embargo, el barco de un millón de dólares permanece quieto, sobre el muelle, encima de pilotes de madera que lo sostienen, seco e interdictado por la Policía Internacional (Interpol) a pedido de la justicia argentina.

Es que hoy vencía el plazo que le habían dado los administradores de la embarcación a los pintores que trabajaban en arreglos sobre la misma, según dijeron a Clarín fuentes del mercado náutico de esta ciudad. La idea era bajarlo hoy al agua para dejarlo listo ante eventuales paseos de fin de año. Pero los planes se alteraron el lunes pasado cuando personal de Interpol Uruguay llegó hasta el puerto para informar que el yate quedaba inmovilizado por orden judicial. Y los arreglos se frenaron. Curiosidades del destino, la notificación fue cursada al Ministerio de Transporte local, el mismo área que en la Argentina Jaime manejó dudosamente durante seis años y medio.

Así, seguirá frenado por una semana más el yate, plazo prorrogable por otros quince días, según aclararon fuentes judiciales argentinas. Es que la embarcación, de bandera estadounidense oculta y matrícula a la vista (DL2153AC), coincidente con la que figura en los registros de la Justicia, pero con su nombre borrado (se llamaba Capricornio), se sospecha que forma parte del presunto enriquecimiento ilícito del ex colaborador del fallecido presidente Néstor Kirchner.

El “Altamar 64” (modelo de fabricación) está en esta linda localidad balnearia del este uruguayo al menos desde marzo, según dijeron fuentes del puerto local. Siempre quedó en el agua, amarrado al puerto, pero hace unos dos meses, de acuerdo con las fuentes, fue subido al muelle para arreglos varios –básicamente pintura-, algo común con las embarcaciones que atracan en este lugar, según explicaron autoridades portuarias de la vecina Punta del Este. El pequeño puerto de Piriápolis es usado como un taller náutico. Así llegó el dato al fiscal federal Carlos Rivolo.

Los arreglos del yate atribuido a Jaime habían comenzado dos semanas atrás y consisten en retoques de pintura. Se los ve, a los sectores despintados, rodeados por cintas verdes. Son casi una decena, la mayoría producto de roces con otras embarcaciones en amarraderos castigados por el viento y la marea.

Los pintores se negaron a dialogar con Clarín, al igual que las autoridades de la Prefectura local y la vecina Punta del Este, donde se cree que el yate estuvo antes de recalar aquí. “Es información confidencial. ¿Sabe qué pasa? Los dueños de estos barcos son gente muy poderosa”, dijo el viernes una empleada de la Dirección de Hidrografía en el puerto de Punta del Este, cuando Clarín quiso conocer más datos sobre el yate atribuido a Jaime.

Además de la ausencia de su nombre y la bandera norteamericana (sí tenía la bandera uruguaya, obligatorio por atracar en un puerto de ese país), el yate tenía una lona que impedía identificar totalmente su matrícula. Ese fue el dato fundamental que corroboró Interpol para pedirle a la justicia uruguaya que interdictara el barco, tal como lo había dispuesto tres años atrás el juez federal Norberto Oyarbide, entonces a cargo de la causa, pero sin lograr hallar la embarcación.

El trabajo de los pintores se frenó durante tres días pero el jueves ya habían vuelto al yate. Todavía falta para completar la tarea y lo que es seguro es que hoy no volverá al agua como quería su dueño. Jaime, secretario de Transporte entre 2003 y 2009, está sospechado de ser el real titular de la embarcación a través de la firma norteamericana Dalia Ventures, que aparece en los papeles de compra. La nave, de casi 20 metros de largo, fue adquirida a cambio de un millón de dólares a principios de 2009.

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