La vuelta del periodismo militante

La vuelta del periodismo militante

Por: Ricardo Roa. Rosario Lufrano arrancó de la peor manera o a la manera que entiende el kirchnerismo.

El periodismo militante ha vuelto. De alguna manera hay que llamar a algo que no tiene nada de periodismo y mucho de militante, aunque sea militancia de segunda selección.

Cómo decirle si no al cable que la agencia Télam tituló este sábado a las 18.32: “Un grupo de personas realiza un acto en la ciudad de Buenos Aires en homenaje a Nisman”. El “grupo de personas” era la multitud que estaba recordando la muerte fiscal y gritaba consignas contra el Gobierno. Parece un chiste pero así de pobrísimo fue como Télam intentó ocultar la dimensión del homenaje. A eso no puede llamárselo de ninguna manera periodismo.

Ahora es el turno de Rosario Lufrano, flamante jefa de RTA, el organismo que manda en radio Nacional y Canal 7. Arrancó de la peor manera o a la manera que el kirchnerismo entiende el Estado. Había trabajado en Canal 7 hasta que a comienzo del macrismo se fue indemnizada. Su abogado de entonces manejó la negociación. Era Alberto Fernández​, el mismo que hoy la puso donde está.

Lufrano habló ante empleados de Canal 7, en su mayoría kirchneristas, y terminó en la banquina. Les habló como si hablara en un local partidario. Dijo que su misión será mostrar “el daño que se ha hecho” en la gestión macrista. Y después denunció “un complot... que ha implicado a funcionarios, ex funcionarios, legisladores, periodistas, fiscales, jueces y abogados”. Por si no se entiende, habló de la causa que maneja el juez Ramos Padilla​. Y para que se entienda mejor, anunció que radio Nacional hará un documental sobre “la investigación que lleva adelante Ramos Padilla”.

El juez investiga las conexiones del falso abogado D’Alessio con agentes de inteligencia. El cristinismo tiene puestas allí todas las fichas para bajar al fiscal de la causa de los cuadernos de la corrupción, que es como bajar a la causa misma. Ramos Padilla, juez kirchnerista, pidió a la Comisión Provincial de la Memoria que como un tribunal especial audite notas periodísticas y diga si fueron operaciones de acción psicológica.

De entrada, Lufrano reconoció que tiene un proyecto y que ese proyecto no es centralmente ni artístico ni periodístico. Consiste en usar los medios del Estado para hacer lo que mejor le venga al Gobierno. Lo dice como si lo público no fuera público y financiado con los impuestos de todos, sino propiedad del Gobierno. Mejor dicho, del partido del Gobierno.

En su discurso de barricada, Lufrano también agradeció a los empleados “la resistencia” en estos años. ¿Resistencia a qué? La sociedad también se degrada cuando los gobiernos degradan a los medios públicos. Cuesta imaginar un discurso politizado como el de ella en la BBC de Londres, la RAI de Italia o Televisión Española. Y no es que ahí falten disputas políticas. El común denominador de todas ellas es pluralismo en los contenidos, independencia del gobierno de turno y control parlamentario.

RTVE está conducida por 12 miembros, la mitad designada por Diputados y la otra por el Senado. Al director general lo nombra el Gobierno pero los 12 deben avalarlo. Ninguno de los 13 miembros del Consejo de Administración de la BBC es nombrado por el Gobierno. La Reina pone al presidente a propuesta del Ejecutivo. Y la RAI está en manos de un Consejo de 9, siete de los cuales son propuestos por el Congreso y dos por el Gobierno.

En los papeles, nuestra RTA tiene o debe tener una dirección pluralista. Sólo en los papeles. En los hechos está Lufrano.

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