El voto anti Aníbal y el desempeño en Matanza, las claves del triunfo de Vidal

El voto anti Aníbal y el desempeño en Matanza, las claves del triunfo de Vidal

Finalmente, las urnas bonaerenses dieron por ganadora a María Eugenia Vidal. Mientras que el Frente Cambiemos logró quedarse con 64 municipios, el peronismo encabezado por Aníbal Fernández hizo la peor elección de los últimos cincuenta años. El rol de los candidatos a intendente y la fiscalización de la UCR.

LA NUEVA GOBERNADORA

Ni María Eugenia Vidal ni Mauricio Macri esperaban ganar la provincia de Buenos Aires. Pensaban, sí, en hacer una buena elección, con una mujer joven con apariencia amigable y de consenso que podría atraer un voto no kirchnerista. Después de las PASO, en donde el FpV le sacó aproximadamente 10 puntos a Cambiemos, el frente electoral opositor continuó su estrategia un poco más esperanzado, pero nadie pensó que la derrota de Julián Domínguez sería tan beneficiosa para ellos.

Aníbal Fernández le ganó por escasos 2 puntos a Julián Domínguez casi sin hacer campaña. El triunfo fue reconocido y el hombre de Chacabuco dijo en cuestión de horas que acompañaría al jefe de Gabinete, así como también lo expresó Fernando Espinoza. Pero el voto a Aníbal no dependía sólo del acompañamiento de dirigentes y militantes (cabe resaltar que en la localidad de Espinoza, La Matanza, Aníbal resultó ganador). Como habíamos anunciado anteriormente en REALPOLITIK, Fernández tenía un techo difícil de romper mientras que Vidal, como quedó evidenciado, podía seguir creciendo, incluso recibiendo de rebote muchos sufragios que en las PASO habían ido para Domínguez.

El voto bonaerense que en las PASO había ido dirigido a propuestas (con un buen desempeño de Felipe Solá y Julián Domínguez), en las elecciones generales se transformó en un voto anti-Aníbal, con muchísimo corte de boleta que quedó plasmado en los 37 puntos que sacó Scioli en la provincia versus los 35 puntos que obtuvo el candidato a gobernador del FpV. Scioli obtuvo casi la misma cantidad de votos que Vidal (3.419.041 y 3.478.505, respectivamente), mientras que Aníbal y Macri también estuvieron cabeza a cabeza (3.098.900 y 3.031.168, respectivamente). Los números son claros: la derrota del FpV fue, más específicamente, la derrota del jefe de Gabinete, quien contaba con un alto nivel de conocimiento pero también con un alto nivel de desaprobación. El voto en blanco en la categoría gobernador hizo que la brecha entre Vidal y Aníbal fuera aún mayor: 5 puntos.

De esta manera, María Eugenia Vidal se convertirá en la primera mujer que gobernará la provincia de Buenos Aires, en donde Cambiemos hizo una elección histórica al quedarse con 64 comunas, mientras que antes sólo tenían 22. De acá al 10 de diciembre, Vidal irá anunciando a los miembros de su futuro gabinete. Por ahora, el trascendido es que Leonardo Sarquís, ex gerente de Monsanto, sería ministro de Asuntos Agrarios de la provincia.

EL ROL DE LOS CANDIDATOS A INTENDENTE Y LA UCR

Los intendentes, en esta oportunidad, jugaron un rol importantísimo. Los 22 jefes comunales pertenecientes al frente Cambiemos, de los cuales la mayoría pertenecían a la UCR, pusieron a disposición los aparatos políticos para militar y fiscalizar la elección. El radicalismo aportó parte de su militancia histórica y gran parte de su militancia juvenil, mayoritariamente universitaria (Franja Morada), para defender el acuerdo de su líder Ernesto Sanz. De esta manera, la UCR terminó consagrándose como el armado territorial del Pro, que lideraba las boletas en prácticamente todos sus cuerpos.

Los candidatos a intendente, por su parte, cumplieron distintos roles según sus trayectorias políticas. Hubo ejemplos sorprendentes, como Julio Garro en La Plata, quien sin haber tenido ningún concejal en el espacio legislativo local y con un bajo nivel de conocimiento logró llegar al 40 por ciento de los votos arrastrado por la imagen de Macri y con ayuda de voto castigo a Pablo Bruera. La trayectoria de la UCR en la ciudad fue la demostración de lo dicho anteriormente, ya que gran parte de la militancia “garrista” salió de las filas de Sergio Panella y Claudio Pérez Irigoyen.

En La Matanza, localidad que seguirá estando en manos del FpV, el candidato del Pro, Miguel Saredi, logró alcanzar 200 mil votos. De esta manera, Vidal logró quebrar al peronismo en el lugar en donde más diferencia le había sacado el oficialismo, bastión histórico del justicialismo. Saredi, quien en declaraciones a este medio había denunciado el descontento de los vecinos y augurado una buena performance, realizó una inesperada performance que le dio un despliegue territorial al frente Cambiemos que no habría logrado por sí solo en esa comuna estratégica del conurbano. Saredi probablemente sea el hombre que más votos le traccionó al macrismo en toda la provincia, por lo que bien puede esperar un lugar de privilegio en el gabinete de Vidal.

Otro candidato que ganó por más de 10 puntos fue Carlos Fernando Arroyo, electo intendente de General Pueyrredón por 176 mil sufragios (50 mil de diferencia con el FpV).

En esa línea, existieron triunfos relevantes como el de Martiniano Molina, quien se quedó con Quilmes (tierra de Aníbal Fernández, aunque gobernaba su histórica interna); Mauricio Barrientos, electo intendente en Chacabuco (comuna histórica de Julián Domínguez); y Ramiro Tagliaferro, quien venció al hermano del candidato a vicegobernador Martín Sabbatella en Morón.

EL DESAFÍO

Cambiemos ganó 5 de las 8 secciones electorales en las PASO. En las generales, el frente redobló la apuesta y logró quedarse con 64 comunas y la gobernación. El desafío, ahora, será gobernar una provincia compleja, con realidades sociales disímiles, en donde vive la mayor cantidad de habitantes del país, con escasa construcción territorial. El voto popular, voluntad que siempre debe ser respetada, eligió un cambio. La pregunta es cómo hará Cambiemos para sostener las 42 intendencias nuevas en donde el anclaje va de arriba para abajo. El kirchnerismo, por su parte, deberá hacer una autocrítica responsable.

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