El sol volvió para las madres

El sol volvió para las madres

Flores, besos y abrazos, prendas de vestir o carteras, desayunos, almuerzos o smartphones fueron algunas de las opciones con que las madres fueron agasajadas en su día.

La costa marplatense, como sucede cada vez que el sol dice presente en una jornada no laborable, ayer volvió a poblarse de caminantes, ciclistas y corredores que pudieron disfrutar nuevamente de temperaturas agradables y acordes con el calendario.

Muchos eligieron el sitio para tomar mate a media mañana, como José Luis y Elvira, que se instalaron en la zona de Playa Chica, cara al sol, con camperas rompevientos. "Acá estamos, disfrutando de esta maravillosa vista que nos regala la ciudad", contó la mujer que todavía no sabía qué le habían regalado sus hijos adolescentes porque "anoche (por el sábado) salieron y todavía no amanecieron", dijo.

Entre medias lunas, café con leche y hasta un "borrachito", Eduardo celebró con su madre Olga en una tradicional confitería ubicada enfrente a Varese. "Invité a la vieja a un rico desayuno", dijo el hombre, cuarentón, mientras relojeaba el partido de Los Pumas por TV.

"Ahora desayuno con él -contó su madre- pero al mediodía nos juntamos con toda la familia y hasta vienen mis hermanas".

"Me regalaron un bolso cartera, que se puede usar con zapatillas, y el más grande me hizo una tarjeta en el colegio y me aclaró que es el Día de la Familia, y tiene razón", reseñó Karina mientras se instalaba con su familia en una parrilla de Playa Grande.

Precisamente, en el establecimiento gastronómico de Saavedra casi Alem ayer al mediodía trabajaron "con los dos turnos completos. El primero, a las 13, se reservó durante la semana, y el segundo, de las 14.30, también se completó, así que no nos podemos quejar", señaló Alejandra y detalló que el cubierto promedio con vino osciló "entre los 150 y 160" per cápita. Y, para cada madre, "siempre preparamos alguna sorpresa".

Jornada completa

Luján celebró junto a sus hijos Abril, Sofía y Benjamín y su marido Daniel desayunando frente al mar. "Me regalaron ropa, que algo voy a tener que cambiar, y un 'smartphone' que todavía no aprendí a manejar. Pero todo muy lindo. Comimos rico y estuvimos tranquilos porque los chicos se lo pasaron en el kinder", señaló la mujer al abandonar la cafetería de Colón y la costa y dirigirse con su familia hacia la playa "para seguir disfrutando el día".

Analía recibió de su hija Victoria "una remera, un saquito y las galletitas que hicimos en el jardín", relató la niña antes de instalarse en una mesa junto a una amiga de su madre para después seguir "dejando que nos sorprenda el día".

Inés fue invitada por sus hijas Natalia y Mariana (ya que Nerina no estaba) a desayunar y "después veremos cómo sigue el domingo. Veremos qué hacemos de acuerdo a cómo quedemos después de comer", dijo la mujer que como regalo también recibió un par de sandalias que "no voy a cambiar".

En el mencionado establecimiento gastronómico trabajaron con la capacidad colmada "durante toda la mañana y para el mediodía está completo", aunque no prepararon ni menú especial ni promoción específica ya que todo fue "a la carta".

Un panorama similar se observó en muchos restaurantes céntricos, incluso en muchos de ellos había cola para entrar y hasta demoras "de hasta una hora", explicaron en uno de los eslabones de una conocida cadena de restaurantes marplatenses.

Detalles

Las flores son un regalo clásico en fechas como la de ayer. Y no sólo se trata de los grandes ramos confeccionados a medida del cliente en las florerías, sino también de aquellos más austeros como las fresias que se podían conseguir a razón de $20 el ramo en algunas esquinas marplatenses.

Precisamente sendos ramos fueron depositados, al mediodía, en el monumento a la Madre erigido en la plaza Mitre por la asociación vecinal de la zona que organizó un homenaje sencillo y breve destinado a todas las mujeres que les dieron vida.

Las flores también fueron los regalos elegidos para llevar al cementerio para recordar a las madres que ya abandonaron esta tierra.

En la esquina de San Luis y Rivadavia, apenas pasado el mediodía dominguero, Juan contó que "vendí casi todo, tenía 72 rosas, 3 paquetes, y por suerte pude vender todo". Las rosas, "importadas", aclaró el vendedor, cotizaron a $30 el ramito.

Claro que no todos los encuentros culinarios se dieron al mediodía, sino que muchas madres optaron por celebrar a la tarde y, teniendo en cuenta ese target, en una cadena de cafeterías marplatenses programaron varias promociones con infusiones y porciones de diversas tartas y tortas.

El encuentro familiar fue el denominador común a la hora de las celebraciones, como así también el compartir tiempo, que muchos optaron por hacerlo alrededor de una mesa.

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