Volvió Cristina y la bomba puede explotar

Volvió Cristina y la bomba puede explotar

Las cosas estaban calmas y parecía que el peronismo se devoraba al kirchnerismo. Pero apareció CFK y reunió a la gran mayoría de intendentes y diputados. Ahora, la incertidumbre predomina.

Primero fue el gran acto en la puerta de Comodoro Py; después, la reunión con los diputados nacionales; luego les tocó el turno a los intendentes bonaerenses; y por último, a los referentes de la cultura. El tema principal fue la situación en los distritos y la conformación del Frente Ciudadano. Volvió Cristina, y parece que para quedarse.

“Sepan que soy un intendente peronista y que nada tengo que ver con el Frente para la Victoria. Soy del Partido Justicialista de Ezeiza y mis próceres fueron San Martín, Rosas, el teniente general Perón y la compañera Evita. Nunca se olviden de eso: Perón y Evita”, decía, sin vueltas el jefe comunal de Ezeiza, Alejandro Granados, a horas de volver a hacerse cargo del Ejecutivo.

Muchísimos “compañeros” se sintieron identificados con el ex ministro de Seguridad. Las cosas iban bien, se iban clarificando. El peronismo se empezaba a sentir más cómodo y el kirchnerismo estaba a punto de desaparecer. 

“Todo iba bien”, decía un desconcertado mandamás co-munal justicialista del interior. Pero cayó la bomba. El juez Federal Claudio Bonadío la citó por la venta de dólares a futuro; llegó a Comodoro PY, y junto a “ella”, miles y miles de jóvenes militantes autoconvocados. Los intendentes no movilizaron, no quisieron movilizar. 

“Les propongo, con inteligencia, que seamos capaces de conformar un Gran Frente Ciudadano. Convoquen a los dirigentes sindicales también, a esos que nos hacían huelgas porque no que-rían pagar impuesto a las Ganancias y ahora están echando a la gente como perros”, señaló, eufórica, la ex mandataria con gran entusiasmo. Y la bomba empezó a acariciar el suelo, a volar mucho más bajo.

“Estamos en bolas, no sabemos para dónde disparar; vaya a saber lo que esta señora tiene en la cabeza. Tenemos que juntarnos los intendentes del interior y definir cómo vamos a jugar”, señaló ante La Tecla un mandatario de la Sexta sección y, sorprendido, agregó: “Es increíble lo que la ex presidenta genera; se cansaron de putear por la cadena nacional y la pasaron todos los canales”.

Estas palabras, vale aclarar, fueron pronunciadas antes de que la ex presidenta recibiera en el Instituto Patria a 50 de los 55 jefes comunales del FpV. La escucharon, se escucharon, y casi todos volvieron a entusiasmarse. Por supuesto, no son pocos los que hicieron hincapié en el siempre apuntado egocentrismo de CFK. Obvio: para afuera, para la prensa, en voz baja.

Si bien preferirían que no esté, gran parte del peronismo de la Provincia (y, por qué no, del país) tiene en claro que, hoy por hoy, únicamente es capaz de mover el amperímetro opositor la viuda de Néstor Kirchner. Ella asegura que no viene a ponerse en lugar de líder, quizá para que el mismo justicialismo se lo pida. Pero ahí está. Otra vez en pelea, opacando al resto. 

Se siente más que el PJ y su objetivo es, otra vez, pasar al partido por arriba. Otrora fue el Frente para la Victoria; ahora, el Frente Ciudadano, con el cual algunos nada quieren saber. “Siempre va a haber discusión en el peronismo. Y Cristina, de la mano del Frente Ciudadano, llama a hacer el movimiento más amplio todavía”, dijo a La Tecla el veinticinqueño Hernán Ralinqueo. 

En el mismo sentido, el zarateño ex socialista Osvaldo Cáffaro sostuvo que “es muy positivo el tema de ampliar el espacio, trabajar en conjunto y, principalmente, por la gente, que es lo que nunca se tiene que perder. La unidad es el único camino. Si no sabemos sumar, en política no se puede llegar a ningún objetivo. Hay que creer en la unidad y trabajar por ella”.

El punto de partida son los tarifazos, los ajustes de Macri, el reclamo de la gente; a partir de esa necesidad, de esa urgencia, el peronismo intenta unirse y, en silencio, apuntar a las legislativas de 2017. Pero para eso hay que volver a caerle bien al pueblo, a ese pueblo que viene de darle la espalda en las urnas. ¿Se puede con todos adentro? ¿La Cámpora se va a encargar de armar las listas, como hasta ahora?

“Siempre es bueno discutir, que haya debate interno. Cristina no bajó ninguna línea ni sugirió estar a cargo de una única conducción. Por supuesto, ella se para como representante de muchos sectores de la población que hoy están confundidos, se sienten desamparados y necesitan una figura; pero de ningún modo ella sugiere que sea una conducción única”, dijo, y reiteró, el jefe comunal de San Antonio de Areco, Francisco Durañona. 

El simple hecho de mezclarse con los intendentes indica que la ex mandataria, al menos, bajó un cambio. ¿Será suficiente? ¿Bajará alguno más o volverá a subir? Por ahora, pese a la euforia de algunos, reina la incertidumbre. Eso sí: Cristina es Cristina, y tanto ella como los diputados nacionales y los jefes comunales de la Provincia se encargaron de demostrarlo.

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