Visto, oído y comentado en el H.C. Delirante

Visto, oído y comentado en el H.C. Delirante

Esto no sale en radio pasillo, porque cualquier similitud con la realidad no es pura coincidencia. Hay que hacer la diferencia produciendo y en eso andamos, está dura la calle. 

Curiosa progresión geométrica. Arrancaron con 12 pisos, luego fueron l6, 18 y finalmente 22, es un abuso de poder que cayó en un exceso. Se dieron la biaba con una sobredosis verde de billetes con la cara de Washington. Los números mentirosos de la votación que ocultaron la lidia política. Hubo dos apretados en la banca que no le hicieron honor a la jura. Una excepcional transferencia de dinero público que posterga a los barrios.

Todos los puntos están en orden, “el único que no se cumple es la altura”, a confesión de partes relevo de pruebas. Los cien metros de 22 pisos a U$S 4.000 el metro cuadrado son la flor y nata del espectacular negocio inmobiliario en Gascón y Alem, un escándalo que muchos quieren enterrar, pero que puede convertirse en el Yacyretá marplatense. La represa calificada como el monumento a la corrupción.

Pero la suma de U$S 40.000.000 no es soplar y hacer botellas. No es magia, necesita manejo, ser expedito con los expedientes y ser preferentemente un profesional en la materia. Por ejemplo, un arquitecto experto en planificación, reúne esas condiciones y si tiene amplios poderes mejor. Ponen el gancho en el D.E. y adelante con los faroles, en el HCD.

Después de todo no será la primera excepción, nada para escandalizarse en esta ciudad que ya no responde a ningún patrón arquitectónico. Ni en la costa ni en el continente. Parejito. ¿Cómo se llega a semejante esperpento? Y hay especialistas.

Surge en primer lugar la deserción del proyecto original. Algo muy raro, pero consta en los papeles que fue retirado un proyecto para construir en el mismo lugar una torre de sólo 8 pisos. Alertados del “error” alguien finalmente paró en 22. El loco en la jerga quinielera. Locos por la plata, de la única manera que se concibe el “obelisco de la garompa”

El arquitecto Roberto Cova un prócer en la materia, historia viviente de la ciudad, dijo que se trata de un verdadero disparate y oportunista negocio inmobiliario. Cova es invitado por los impulsores del obelisco a dar charlas y conferencias. Y si en lugar de escucharlo le hicieran caso, sería la mejor manera de reconocerlo.

Así como la serpiente puede ser vista a través de la cáscara transparente del huevo en cuyo interior se está gestando como un bichito insignificante la excepción se consolida como regla con la misma potencia letal como advirtió el Arquitecto Pablo Mastropasqua. Quien alertó que por esta vía se está gestando “un avance sobre los barrios de manera puntual, casi un trabajo de hormiga sobre el tejido, minándolo y sentando precedentes”.

El recientemente desaparecido Arquitecto Cristian Andeoli, un tenaz luchador por la preservación de los valores históricos de los bienes patrimoniales, lo dijo claro: “el municipio tiene herramientas a las que recurrir para favorecer la adecuada preservación de los bienes patrimoniales y no lo hace, lo cual no deja otra opción que pensar que se está claramente beneficiando el interés privado por sobre el interés colectivo”.

Asimismo aseveró que “ni siquiera pueden esgrimir que es por la necesidad de general empleo en principio porque es un argumento falaz, ya que las fuentes de trabajo que se generan son temporales y en cambio se daña un recurso turístico que significa trabajo permanente, y además porque aplicar medidas proteccionistas no invalida el otorgamiento de facilidades para que se mantenga una dinámica aceptable en la industria de la construcción”.

Arroyito flojito de papeles. Balbuceante fue el defensor oficial en la sesión tórrida (ya explicaremos por qué) y la verdad es que los mandó a todos en cana. Trató en vano en justificar desde lo económico semejante desmesura, con una retahíla que sería impugnada hasta desde un jardín de infantes.

Interesante fue la votación. Fallo súper dividido diría Marcelo Tinelli. Pero dejó varias enseñanzas y demostraciones que por la plata baila el mono. Agrupación Atlántica y Acción Marplatense, es decir el Arroyismo con el PRO y parte de la UCR, votaron a favor con el bloque que se fundió con el Frente para la Victoria. La peleó Marcos Gutiérrez en el desarticulado FpV, fue insuficiente pero marcó la cancha y se diferenció claramente.

Pero ese no fue el único contraste. Contundente como siempre, el contador José Reinaldo Cano fundamentó la negativa y no dejó títere con cabeza. En fila y con bonete como le decía CFK a Aníbal Fernández, los del Frente Renovador, están para cualquier cosa. Uno de sus integrantes no sabía cuántos pisos había votado o se hizo el “dolubo”, no hay que descartarlo. Sergio Massa tiene comisarios políticos en la ciudad, por las dudas que no le dejen pegado.

La más inaudita es la generación de puestos de trabajo de la UOCRA. Los muchachos del fratacho son capaces de levantar una tapia en La Perla, en la Bristol, en Playa Grande o en el Faro, unas bestias del pastón, con una rara devoción de las situaciones límites han acompañado todos los grandes negociados de la ciudad. Son los muchachos de la UOCRA, siempre listos como Boy Scouts con Aprile, con Katz, con Pulti, con Scioli, con Kirchner, con Cristina. Son emprendedores los hermanos Trujillo, los habilita la política, unos genios haciendo la suya, desde el salariazo, la revolución productiva y la década ganada.

Concejales aprobaron el obelisco de U$S 40.000.000: voto dividido

Pero sigamos con la votación. El doctor Rosso fue quien construyó el andamio (para darles una mano a los Trujillo) de la justificación legal. Fue un meandro del derecho, casi una paradoja pero funcional a la excepción, alineado a pie firme, abordó su convicción en la sesión pública, que pasó sin pena ni gloria, a pesar de los antecedentes que juegan en la ciudad. 

Por un puñado de dólares o Por unos dólares más, fueron dos famosos western spaghetti, el mejor entretenimiento de los filmes de acción, que una película con una perorata incalificable de un aburrido Concejo Deliberante. Siempre es mejor llevártela en pala que agarrar una pala.

Sin embargo, no todos los gatos son pardos y para un par de concejales de Cambiemos levantar la mano fue un verdadero trago amargo difícil de deglutir. Tan difícil como tragar sapos. “Hay que votarlo”. No hubo explicaciones. La orden impartida les dejó un resabio amargo en la boca,  la crispación reprimida y la impotente presunción de una trama oculta y corrupta haciéndoles pagar el derecho de piso.

Bajo la fórmula edulcorada, pergeñada en el laboratorio de alquimia del “Secretario Maravilla” se embadurnó de pátina cultural a la propuesta y se deslizó no tan sutilmente la orden impartida para “persuadir” a otro par de legisladores del oficialismo sin rodaje parlamentario. Lean bien que los sacan al toque, son dos, y tienen banca en el bloque de Agrupación Atlántica y de la UCR, el restante.

Un viejo lobo de mar y conocedor de los entresijos del poder afirmó que “la ciudad es una arena de poder y la construye el más poderoso, el que logra las mayores alianzas y demás, el resto somos peones. Te mueven en el tablero de ajedrez como quieren. Podés ser un peón que está un poco más avispado, pero tu margen de maniobra vos sabés que es limitado, sabés que podés mover uno para adelante y otro para el costado, ese es tu margen de movimiento”.

Y como corolario lamentó que “pocos deciden mucho y, en estos términos de estructura de poder, la planificación es una suerte de discurso técnico para avalar decisiones económicas que utiliza términos que se abocan a la disciplina para justificarlas. Hay decisiones económicas que la mediatizan gestores políticos y que los técnicos le dan un discurso técnico para justificarlas”. 

Lo del Colegio de Arquitectos que intentó ser decoroso, resultó un sonoro bochorno. Se expidió con el hecho consumado, a horas de la promulgación automática (facilitada por el paro de los municipales) precisamente la palabra oportunismo, acompañó todo el proceso y en este caso llegar tarde fue parte de la oportunidad, única, en este caso.

No es común, que este detalle no se refleje. Gascón y Alem será una zona saturada. Por su conformación geológica, no es lo mismo que hacer obras de cloacas y agua potable en el barrio Hipódromo, hay que multiplicar por millones de dólares el costo de llevar esos servicios básicos no previstos a la Loma de Stella Maris. Inevitablemente postergará a los barrios, que deberán esperar años desagotando pozos ciegos y comprando agua mineral. Hay una figura del particular damnificado, quizás algún abogado le dé máquina al asunto.

Comentá la nota