Violento desalojo en el Bº San Agustín

Una familia se resistió a abandonar un alquiler en el que moraba desde hace tiempo y que le fuera requerido por el dueño tras registrarse una serie de cuotas impagas. 

Todo se desarrollaba con tranquilidad hasta que la madre de la familia se descompensó y uno de sus hijos comenzó a destrozar parte de la vivienda y a amenazar al dueño de la vivienda. La policía evaluaba la posibilidad de detenerlo.

En Avenida Masaferro y Primer Pasaje del barrio San Agustín concurrieron agentes de la Comisaría Tercera y en presencia de escribanas y del dueño de la vivienda en la que habita la familia en conflicto, procedieron al desalojo puesto que, según dichos de una de las escribanas, estarían adeudando cuotas del alquiler.

Parecía que todo iba con total normalidad hasta que la madre de la familia, mortificada por la noticia de tener que abandonar el hogar, se descompensó, lo que generó el susto y la reacción de uno de sus hijas quien salió a los gritos diciendo que si le pasaba algo a su madre, iba a buscar al hombre, propietario del alquiler y lo iba a matar.alt

Se oyó un estruendo y otro joven, rompió parte de la vivienda; rompiendo los vidrios de la ventana. Salió a los gritos y amenazó al dueño del alquiler.

Vecinos y la propia policía le recomendaron al hombre que se retirara hasta tanto se normalice la situación porque su presencia alteraba a los involucrados. “Si le pasa algo a mi mamá yo te mato a vos hijo de p...”, lo amenazó el joven y se volvió a encerrar en la vivienda. 

En tanto, se solicitó la asistencia del SIPEC para socorrer a la mujer; y se evaluaba la posibilidad de detener al joven y proceder al desalojo.

El clima estaba muy tenso y según los propios vecinos, el joven ya habría avisado a su “barrita” del barrio para que tomen represalia contra el dueño, por eso es que la recomendación fue que se retirara del lugar o al menos, permaneciera fuera de la vista de la familia que estaba siendo desalojada.

Desafortunadamente, y por las condiciones en que estaba desarrollándose todo, fue imposible tener el testimonio directo de la parte afectada al desalojo. Y los vecinos, también alterados, no pudieron brindar mayores datos respecto de la familia.

El dueño en tanto, atemorizado por la situación no quiso hablar con este medio y prefirió llamarse a silencio.

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