Vinculan a Zannini y a Moyano con el dueño de la financiera allanada

El jefe policial del operativo dijo que el titular de la empresa le confesó que eran "socios"
El jefe policial que está acusado de haber pedido una coima de $ 2,5 millones en nombre del juez Norberto Oyarbide durante el allanamiento a una financiera involucró ayer en el caso al secretario legal y técnico, Carlos Zannini , y al líder de la CGT Hugo Moyano . También salpicó al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich .

Al declarar ante la Justicia, el oficial Fabio Ascona aseguró que el dueño de la empresa allanada, Guillermo Greppi, le contó que era "socio" del secretario de Estado y del camionero, y se jactó de sus vínculos con el jefe de ministros. Según el testimonio brindado por escrito ante el juez federal Luis Rodríguez, al que tuvo acceso LA NACION, Greppi le hizo estas revelaciones para exhibir sus nexos y frenar el procedimiento a su financiera, Propyme. Ante una consulta de LA NACION, Greppi rechazó airado estas vinculaciones: "Es mentira. Pueden decir lo que quieran para defenderse, tirarme con un misil Exocet, pero yo no vi en toda mi vida a Moyano ni a Zannini. Te invito a que pidan las llamadas de mi Movistar. Es imposible que Zannini me llame, si no debe hablar ni con la madre".

El allanamiento a Propyme fue ordenado el 19 de diciembre pasado por Oyarbide, junto con otros 22 procedimientos, en una investigación por lavado de dinero. Ascona y su subalterno, Ángel Castro, ingresaron a la oficina y, según los denunciantes, les exigieron US$ 300.000 primero y luego de $ 2.500.000 para detener el allanamiento. El procedimiento se interrumpió sorpresivamente, por decisión de Oyarbide.

El juez dijo que levantó el allanamiento porque recibió una llamada de Carlos Liuzzi, número dos de Zannini, que le advertía que a su amigo Greppi le estaban pidiendo coimas. Oyarbide dijo que suspendió el operativo "ante tan confiable fuente que brindaba tamaña información".

La defensa de Ascona, a cargo de Valeria Corbacho, presentó ante el juez Rodríguez un escrito explosivo: allí señaló que al ingresar a la oficina, sus hombres advirtieron "corridas" en el interior, lo que le hizo pensar que estaban escondiendo cosas. Dijo que escaparon empleados y algunos fueron interceptados con carpetas referidas a movimientos de cheques de empresas. Recordó papeles de las firmas La Escondida Ganados SA y Agropecuaria Ganadera SA.

Admitió el policía que desconectaron los servidores y por ende las cámaras de seguridad, pero alegó que fue para evitar que se borraran de forma remota los datos de las computadoras. Y que encontró una mochila con una pistola Bersa 9 mm de la que nadie se hizo cargo.

Ascona dijo al juez que a las 16.30 llegó Greppi. "Ustedes no saben quién soy yo. Yo la tengo más larga que cualquiera. No saben con quién se metieron. Si a mí me pasa algo, ustedes se van conmigo", dijo Ascona sobre las frases de Greppi. Narró que el sargento primero César Ceballos acompañó a Greppi a su oficina. Allí el dueño de la firma, hamacándose en su sillón, recibió una llamada en el celular que parecía que estaba esperando. Le dijo entonces a su interlocutor telefónico: "Sacame a estos tipos de acá, cuando ustedes necesitan algo de mí yo siempre estoy". Y dijo que Greppi lanzaba insultos al aire. Se le acercó a Ceballos, aún con el celular abierto, y le mostró la pantalla de su Blackberry con la palabra "Zannini" en letras grandes y azules. Greppi le preguntó a Ceballos irónicamente si quería halar con su amigo, pero el policía se negó.

Según Ascona, Greppi señaló: que él "era socio de [Hugo] Moyano, y me preguntaba socarronamente si lo conocía o me sonaba. También me dice que es socio de Zannini, interpretando el dicente que se refería, obviamente, al secretario legal y técnico de la Presidencia".

"Que en todo momento hacía alarde de sus amigos políticos y policías y que esa misma noche tenía una cena con el jefe de Gabinete de ministros en el hotel Faena. Me dijo que me parecía a Capitanich", recordó Ascona. El policía, en su largo escrito, señaló al menos una treintena de contradicciones en que habrían incurrido Greppi; su hijo, también Guillermo, y su abogado, Fernando Torres, cuando declararon como testigos ante Rodríguez para narrar el pedido de coimas..

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