En una catarata de tuits, la periodista Gabriela Cerruti dio cuenta de los vínculos del titular del Instituto Cultural de la Provincia, Alejandro Gómez, con la organización de la fiesta electrónica en la que fallecieron hasta el momento seis jóvenes producto de una intoxicación, en un escándalo que salpica a varios funcionarios PRO.

La tragedia tiene varios frentes. Por un lado, Gómez está salpicado por su cercanía a Martín Gontad, uno de los organizadores de Time Warp, el fatídico evento. El prontuario no lo ayuda: Gómez fue procesado a comienzos de la década pasada por la electrocución de dos jóvenes en un festival de rock que, como funcionario, organizaba.

Gómez es un dirigente del riñón de Darío Lóperfido que actúa bajo el ala de Hernán Lombardi, presidente del sistema nacional de medios, que, a su vez, es socio de una productora que subcontratan Costa Salguero, el predio donde se produjo la tragedia. Pero no es el único: incluso Mauricio Macri lo tiene como búnker, en la campaña y en lo personal, y llegó a festejar su casamiento allí.

Los vínculos del PRO con Costa Salguero llegan hasta Carmen Polledo, vicepresidenta 1 de la Legislatura porteña, que quedó implicada, además, en el escándalo de Panamá Papers, siempre según las declaraciones de Cerruti en la red social.