En un año donde la agenda parlamentaria no se arma en la Casa Rosada, los martes son el dí predilecto para las reuniones de Comisión y suele haber hasta cuatro simultánea por cada Cámara. 

Desde temprano, puede verse en el segundo piso del Senado y el anexo de Diputados a la mayoría de los legisladores, que suelen terminar el día en reuniones de bloque.

Hoy hubo excepciones: Julio De Vido ni se asomó a las comisiones y menos al encuentro  que pares del FpV-PJ tuvieron a las 19 en el tercer piso del palacio.

Según supo LPO, estaba en su departamento de Capital Federal pero prefirió no aparecer,  golpeado por la detención del ex secretario de Obras Públicas José López con 8 millones y medio de dólares.

Entre sus compañeros sobraba preocupación y hasta sensación de fin de ciclo como nunca antes. "Es la carta de defunción del kirchnerismo", coincidían varios diputados, por lo bajo.

Los referentes de La Cámpora eran por lejos los más preocupados, mientras que los más cercanos a los gobernadores parecían empezar otra historia. De hecho, interrumpieron varias veces la reunión para hablar con sus jefes, que estaban en Buenos Aires para asistir a una reunión con Miguel Pichetto en el Hotel Conte, propiedad del formoseño Gildo Insfrán.

El caso que más ruido hizo fue el del chaqueño Juan Pedrini, quien abandonó la reunión para ir al despacho de Sergio Massa, donde el tigrense lo esperaba junto a Pichetto y al gobernador de su provincia, Domingo Peppo. La excusa era gestionar obras para su provincia, pero la noticia cayó como un golpe bajo en el bloque FpV, acorde a una tarde calamitosa.

En ese momento discutían la estrategia a seguir y coincidían en que, jugados por jugados, había que usar el escándalo de López como excusa para rechazar el blanqueo, que forma parte del proyecto para pagarles a los jubilados que se tratará mañana en Diputados.

“Esto muestra que teníamos razón en restringir el blanqueo”, se consolaban. Curioso: López fue funcionario público en los últimos cinco años y por lo tanto no iba a poder blanquear el dinero que hoy le encontraron en su casa.

Teresa García, histórica secretaria parlamentaria del bloque, volvió a ponerse todo al hombro. Bajó a la reunión de labor y consiguió que la sesión se restrinja al proyecto de blanqueo y no incorpore los dictámenes emitidos por la Comisión de Asuntos Constitucionales sobre el pedido de desafuero a De Vido.

Hubiera sido el escenario ideal para la oposición, pero Emilio Monzó prefirió no complicar una sesión que pretende terminar sin problemas, con la aprobación de uno de los proyectos clave para el Gobierno.

García tenía más trabajo. Junto al jefe de bloque Héctor Recalde se encargó de dar la cara por el bloque, misión que empezó temprano con un bizarro comunicado que comparó las denuncias sobre Panamá Pappers y las cuentas del HSBC, que involucran al presidente y a figuras cercanas al Gobierno. La letra la habría pasado Cristina Kirchner desde el Calafate, donde habla seguido con Recalde. 

“Sólo nos queda una salida: explicar que las coimas las paga alguien y suelen ser amigos del actual presidente”, decían. Mañana hablará Agustín Rossi, ex jefe del bloque de diputados FpV y actual parlamentario del Mercosur, donde iba a compartir recinto con José López. Ya no podrá.