Cambiemos ya tenía o estaba muy cerca de contar con los votos en ambas cámaras de la Legislatura bonaerense, pero el cierre con el massismo le asegura menos sobresaltos. Massa, a su vez, evita el riesgo de que el oficialismo fracture su bloque de Diputados seduciendo a alguno de sus miembros, como ya sucedió en el Senado.

El encuentro ocurrió anteayer, en el piso 19 de la sede porteña del Banco Provincia. Vidal estuvo acompañada por su jefe de Gabinete, Federico Salvai, y los ministros de Economía, Hernán Lacunza, y de Infraestructura, Roberto Gigante.

Massa llegó con los diputados Rubén Eslaiman y Valeria Arata, además de los intendentes Luis Andreotti (San Fernando) y Germán Di Césare (General Alvarado).

En principio, se acordó pasar la sesión prevista para hoy en Diputados al martes de la semana que viene y que se vote en simultáneo con el Senado. Una práctica usual en la provincia, con la que los oficialismos de turno evitan negociar dos veces los acuerdos con la oposición (y con sus propios legisladores).

El massismo propuso cambios en el proyecto de presupuesto. El primero pasó por limitar el endeudamiento. El proyecto de presupuesto contempla una autorización para que Vidal tome deuda por $ 58.000 millones, además de créditos con organismos internacionales que elevan la suma final a $ 78.000 millones. Pero abre otra ventana para contraer más deuda a través de los proyectos de participación público-privada (PPP).

Según el massismo, el artículo 42 del proyecto de presupuesto habilitaba a Vidal a sumar $ 100.000 millones de deuda a través de PPP. Para Cambiemos, se trataba de un máximo de $ 30.000 millones. Habrían acordado poner un límite preciso: US$ 1000 millones.

La tropa de Massa también pidió reducir el porcentaje atado a obras del Fondo Educativo. En el proyecto de presupuesto de Vidal, se obliga los intendentes a destinar el 85% de ese fondo a infraestructura escolar, cuando en la práctica muchos intendentes lo usan para otros fines, como becas educativas (en el mejor de los casos).

La gobernadora habría aceptado bajar al 50% esa obligación para los intendentes del conurbano, y al 40% para los del interior.

Se trata de un reclamo que también agitaron los intendentes del PJ y de Cambiemos. Frente a los legisladores de los bloques en los que se dividió el kirchnerismo, donde no hay líderes que articulen voluntades, Vidal encaró una táctica distinta: acuerdos individuales, particularmente con los legisladores que dejarán su banca en diciembre. Y buscan techo donde guarecerse.