Mientras crece la atención sobre los preparativos, las fricciones y las negociaciones internas de cada partido para definir alianzas y empezar a delinear candidatos para las elecciones legislativas de octubre, María Eugenia Vidal maneja los tiempos de otras tratativas, mucho menos estridentes, para ocupar cargos clave en la estructura de poder provincial.

Pero tanto para la gobernadora bonaerense como para su principal operador en estas lides, el jefe de gabinete provincial, Federico Salvai, hoy no existe ningún motivo que amerite apurar una definición.

Dos son los vacíos principales en la ecuación: uno es la silla de la Suprema Corte de Justicia provincial que quedó libre tras la jubilación de Juan Carlos Hitters, en octubre pasado; el otro es la vocalía vacante en el Tribunal de Cuentas bonaerense tras el fallecimiento de Cecilia Fernández, quien tenía a su cargo ni más ni menos que el control de los gastos de la administración central provincial.

El tercer cargo disponible es el Ministerio de Producción, que el peronista Joaquín De la Torre dejó libre formalmente en noviembre al asumir como ministro de Gobierno.

Las vacantes entraron en el juego de la política a fines del año pasado, cuando Vidal, Salvai y De la Torre negociaban con la oposición los votos para aprobar el presupuesto 2017. Pero la postura de la gobernadora fue posponer hasta marzo la negociación. Sí, en cambio, se cedió la Defensoría del Pueblo al Grupo Esmeralda (de intendentes peronistas "dialoguistas") y se crearon defensorías adjuntas para que fueran ocupadas por el massismo, el radicalismo y otras tribus del PJ.

La Cámpora dejó vacante el sillón que le ofrecieron y votó en contra del endeudamiento que pedía Vidal. Ahora, dicen cerca de Vidal, los jóvenes K están fuera de toda negociación por las sillas restantes.

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No es la única modificación en la estrategia del oficialismo. Inicialmente, Salvai le propuso a la oposición trasladar todas las negociaciones hasta marzo ante la expectativa de que el número de vacantes en la Corte y el Tribunal de Cuentas podría duplicarse. Hoy, de hecho, hay versiones de que podría haber una tercera vacante en el Tribunal. Cambiemos podría reclamar una silla en cada espacio y ceder las restantes al peronismo o al massismo.

Fue lo que Salvai habló el año pasado -en reuniones que entonces no trascendieron- con el presidente de la Corte, Luis Genoud, y el titular del Tribunal de Cuentas, Eduardo Grinberg. Ambos se comprometieron a avisarle si surgían vacantes. Quedaron en reunirse en marzo.

"No hay ningún apuro, principalmente porque no hay urgencias en la gestión de esos cuerpos que amerite acelerar una designación", señalan hoy en La Plata. Reiteran que el inicio del período legislativo reactivará las conversaciones con la oposición, pero no faltan quienes admiten que las sillas se mantendrán vacías todo lo que la política lo permita. "Sí son lugares de negociación, pero no están de oferta. Hay que esperar el novio correcto", bromeó un funcionario.

Aunque tampoco hay apuro en cubrirlo, el caso del Ministerio de Producción responde a una lógica distinta: empieza y termina con una decisión de Vidal. Por eso, la silla se presenta como una prenda de paz ideal para contentar a aliados de Cambiemos o para sumar algún nuevo peronista al elenco oficial.

Cerca de Vidal niegan que el presidente de la Cámara de Diputados nacional, Emilio Monzó, haya postulado a uno de los suyos para el cargo. Lo mismo dicen del vicegobernador radical, Daniel Salvador. Sí conceden que la UCR pidió la silla que el procurador general bonaerense Julio Conte Grand dejó en el Consejo de la Magistratura, para que sea ocupada por el senador Marcelo Dileo.

344 vacantes judiciales

Por cuerda separada existen 344 vacantes judiciales en la provincia. Según datos oficiales a los que accedió este diario, esas 344 sillas vacías se componen por 180 cargos vacantes que ya tienen ternas elevadas (82 jueces, 29 defensores, 71 fiscales y 7 asesores de incapaces) y 164 vacantes en concurso (87 jueces, 32 defensores, 34 fiscales y 7 asesores de incapaces). A este universo se sumaron cuatro vacantes estratégicas en la Cámara de Casación Penal.

Se trata de negociaciones que siguen otras lógicas, pero que inevitablemente se terminarán dirimiendo entre el oficialismo y la oposición. Y que le darán a los operadores de Vidal 344 oportunidades de negociación. Es un favor -involuntario- que le permitió su antecesor, Daniel Scioli. Desde julio de 2014 que la provincia no nombraba jueces y fiscales. Sólo el año pasado, Vidal nombró 142.