Vidal-Arroyo: intimidades de una relación que está en su peor momento

Vidal-Arroyo: intimidades de una relación que está en su peor momento

Secretos, reproches y cortocircuitos. Todos los detalles sobre el vínculo entre la gobernadora y el intendente

Juan Pablo Fioriti

Posaron sonrientes para los flashes, en lo que aparentaba ser una reunión amena y cordial. Pero cuando se retiraron los fotógrafos, el clima cambió:Vidal alzó la voz más de una vez para hacerle fuertes reproches a Arroyo. La relación entre la gobernadora bonaerense y el intendente está en su peor momento.

Vidal no oculta su preocupación por la crisis política que se desató en Mar del Plata tras la salida del Gabinete de seis funcionarios en menos de cuatro meses. Cuestiona la forma de manejarse de Arroyo en el poder y mira de reojo la realidad social de la ciudad, golpeada por la desocupación.

La decisión de la gobernadora de seguir de cerca la gestión del intendente no fue antojadiza. A Vidal no se le pasa por alto que Mar del Plata tiene una población más grande que nueve provincias y es el segundo distrito con mayor cantidad de votantes dentro de la provincia de Buenos Aires después de La Matanza. No lo dirá en público, pero la “buena gestión” bonaerense será clave para las chances electorales del Gobierno en las cruciales elecciones legislativas de 2017.

“Sabemos que Arroyo recibió una herencia pesada de la gestión anterior, con un déficit importante. Eso es innegable. Pero tiene una manera particular de gobernar: se corta solo y no deja que lo ayudemos”, le reprochan los colaboradores más cercanos de la gobernadora.

Además, admiten por lo bajo que no encuentran interlocutores en el gabinete de Arroyo. La renuncia de Emiliano Giri -una figura fuerte del macrismo en Mar del Plata hasta que su nombre quedó salpicado en un caso de corrupción- achicó los canales de diálogo.

En la Casa de Gobierno bonaerense también hay malestar por las declaraciones a la prensa de Arroyo. En más de una oportunidad, el intendente reclamó fondos y medidas a los gobiernos provincial y nacional. “Desde que asumió, Arroyo viajó pocas veces a La Plata y lo hizo para pedir ayuda económica. Hay funcionarios que no le conocen la cara”, comentan en los pasillos de la gobernación. La preocupación de Vidal por la gestión de Arroyo llegó a oídos del presidente Mauricio Macri. 

En el entorno de Vidal hay posturas divididas. De un lado, están quienes intentan apuntalar la gestión de Arroyo a través del tablero de control, una suerte de intervención dispuesta por la gobernadora para poner la lupa sobre las medidas del gobierno municipal. Del otro, los más críticos ya se animan a decirle a Vidal que se despegue del intendente. “No hay que esperar más, es el momento de diferenciarse de Arroyo”, repiten amparados en la buena imagen que goza la gobernadora, según las principales encuestadoras privadas. En su última visita a Mar del Plata, Vidal fue al teatro con sus hijos ylos espectadores la recibieron con una ovación.

Pese a los cortocircuitos con Arroyo, la mandataria es cauta. Quienes forman parte de la mesa chica, aseguran que a Vidal no se le cruza por la cabeza soltarle la mano al intendente. “Necesitamos que a Arroyo le vaya bien, Mar del Plata es una vidriera del país -dicen-. La relación es tensa, pero Vidal tiene la voluntad de ayudarlo. Y lo va ayudar para que no se estrelle contra un tren de frente”. La gobernadora dio el primer paso esta semana: le envió casi 23 millones de pesos a Arroyo para seguridad.

Comentá la nota