Vidal – Arroyo: cómo sigue la relación después de octubre

Vidal – Arroyo: cómo sigue la relación después de octubre

María Eugenia Vidal llegó a Mar del Plata el viernes en horas del mediodía. Recorrió el Higa y el  ex Emhsa que espera ser reabierto, luego dio entrevistas con algunos medios y al día siguiente realizó un timbreo por Parque Luro junto a Vilma Baragiola y Franco Bagnatto. Otra vez, como hizo en las últimas visitas a la ciudad, ignoró al intendente Carlos Arroyo: no hubo foto, ni siquiera charla en privado. Mientras tanto, el jefe comunal hizo público su planteo para que la provincia le envíe más fondos de coparticipación.

 

La relación entre ambos mandatarios, está claro, no es la mejor, aunque Arroyo se esfuerce en decir que es todo invento de los medios. La gran incógnita es saber qué pasará después del 22 de octubre. “Esa pregunta se la hacen casi todos en Cambiemos”, confían fuentes del espacio.

Para la mayoría, es complejo que el vínculo, gastado por tantas idas y venidas, se regenere. “Ya no hay solo diferencias políticas. Va más allá”, cuentan. Sin embargo, pese a todas esas diferencias y los problemas reales de gestión, el oficialismo ganó cómodamente las Paso y, salvo algún evento inesperado, ampliará la diferencia en octubre.

Además, señalan que cumplieron con todos los “gestos” que exigía el gobierno provincial: los funcionarios “donan” un 10% de sus sueldos y se limitó el gasto a lo mínimo posible.

“Nos critican a nosotros, pero en Pinamar, con todo lo que inflan a Yeza, apenas pasaron los 30 puntos. Y en Quilmes perdieron con el kirchnerismo”, se defienden desde el arroyismo. Esos argumentos son los que Arroyo quiere llevarle a Vidal en persona para elevar un poco sus acciones y tener cierto margen en los dos últimos años de mandato.

Hasta ahora no tuvieron demasiado éxito: la reunión prevista para esta semana con funcionarios provinciales fue cancelada por problemas de agenda. La idea era llevarle planteos concretos para obras. Y avanzar en un encuentro con Vidal. La posibilidad hoy es lejana.

La caída de Arroyo, por el momento, no figura en el radar de los máximos dirigentes de Cambiemos. Sin la certeza de poner a una persona propia en el puesto prefieren mantener a un intendente golpeado al que le resulta más fácil imponerle condiciones. De hecho, en los pasillos del municipio ya circulan algunos pedidos del gobierno provincial al municipio, especialmente cambios en tres áreas clave: Educación, Gobierno y Hacienda.

En el primer caso, desde provincia nunca toleraron las polémicas desatadas en torno a la secretaria Ana María Crovetto. Eso se profundizó cuando se eligió como candidato a senador a Esteban Bullrich. “Ponemos al ministro de Educación como candidato y en una ciudad que tiene como emblema el sistema educativo municipal no podemos hablar de eso porque nos perjudica esta gestión”, se quejaron tiempo atrás operadores de Cambiemos.

El tono confrontativo del secretario de Gobierno Alejandro Vicente no está bien visto por la provincia y el titular de Hacienda Gustavo Schroeder tiene una relación pésima con su par provincial Hernán Lacunza. “Si Arroyo acepta todos estos cambios quedará en evidencia quién tiene el mando y si no lo hace puede correr riesgo su continuidad”, explican.

En el entorno del jefe comunal admiten que ya existieron algunas señales en este sentido. De hecho, los rumores viene de hace tiempo. Pero por el momento todos los funcionarios resisten en sus cargos. Se trata de todos hombres en los que Arroyo confía, por ser de su riñón como es el caso de Crovetto, o porque asumieron roles preponderantes, como Vicente y Schroeder. Y esperan que el triunfo de octubre aquiete las aguas. Aunque Mar del Plata siempre ofrece un clima tan cambiante que en cualquier momento se puede desatar una marejada.

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