Vidal acelera los tiempos y ya genera recelo en el macrismo

Vidal acelera los tiempos y ya genera recelo en el macrismo

El marcado acercamiento de la gobernadora María Eugenia Vidal con intendentes del peronismo bonaerense empezó a ser seguido muy de cerca por los operadores del macrismo en territorio provincial que ya encendieron luces de alarma porque "Mariú empezó a cortarse sola".

 

El más preocupado es sin dudas el diputado Emilio Monzó, titular de la Cámara Baja a nivel nacional, alfil legislativo del presidente Mauricio Macri con firmes intenciones -y algún permiso- de "copar" las listas de Provincia el año que viene, aunque esto le valga sumar tensiones con el gobierno bonaerense.

El otro funcionario nacional que encuentra en la mandataria cada vez más a un rival y menos a una aliada, es el ministro del Interior Rogelio Frigerio, que protagonizó uno de los primeros conflictos territoriales de Cambiemos cuando a principios de año amagó con un desembarco en la Provincia "sin aviso" a Vidal. 

Para calmar las aguas, debió intervenir directamente el presidente Macri y según algunos, hasta hubo una amenaza de renuncia de la gobernadora si no se respetaba su lugar.

La movida del vidalismo, que este miércoles se quedará con el control del PRO en la Provincia cuando la gobernadora asuma como presidenta de ese partido en reemplazo de Jorge Macri, comenzó con la desarticulación de los vínculos entre los jefes comunales aliados del radicalismo a los que ahora controla con promesas de obra pública y garantizando una fluidez de fondos que permita cubrir el funcionamiento administrativo de los distritos.

El segundo paso, fue el acercamiento a los jefes comunales del peronismo, que también era una objetivo para Monzó, Frigerio y el resto de los armadores políticos nacionales que esperaban que la relación con los intendentes del detonado FPV se enfriara, porque proyectaron a Vidal más preocupada en gobernar que en tejer alianzas territoriales.

Pero como en otros tiempos, el problema de la Provincia es que la mayoría de las soluciones no dependen de la administración, sino de los acuerdos y la voluntad política del gobierno nacional y entonces en términos concretos es muy poco lo que se puede gestionar sin mirar al ejecutivo nacional.

A esto hay que sumarle la caída en la imagen de Macri, mientras que la jefa de Estado bonaerense aparece "blindada" de todo deterioro, aun cuando algunos de sus ministros tienen serias dificultades para poner de pie la gestión.

En los pasillos de gobernación es vox populi que en una reunión cerrada –que en rigor de verdad pretendió ser "cerradísima"– Vidal confió a su mesa chica que la incorporación de peronistas como Joaquín de la Torre, era el comienzo de la campaña hacia la presidencia de la gobernadora "con o sin permiso" de Mauricio Macri.

Por el momento, no hubo reclamos al presidente de parte de los dirigentes bonaerenses que no responden al vidalismo, quienes se cuidan en extremo de no confrontar con la dirigente con mejor imagen de todo Cambiemos, pero se sabe, son cada vez más los que esperan el primer paso el falso de la mandataria para hacer notar que no puede encargarse de la gestión y de la política al mismo tiempo.

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