Vida y muerte en cadena nacional

Vida y muerte en cadena nacional
La desaparición física de Fort y la reacción de la pantalla chica demuestra cómo la reducción de la vida y la muerte puede responder al apetito de las audiencias.
Ricardo Fort fue un desobediente. No siguió en nada el plan que su familia chocolatera pretendió para él. No fue empresario, no fue heterosexual, sumó herederos con un método "no convencional", exageró sus expresiones, expuso en vez de ocultar, creyó que al cambiar su fisonomía iba a calmar su tormento interior.

Fort buscó comprensión a canje de show: "Gracias por quererme", repetía a sus fanáticos, muchos de los cuales nunca compartieron ni un segundo de su vida real. Rara definición de amor de la criatura mediatizada que equiparaba cariño con el número de seguidores de Twitter o Facebook y confundía red afectiva con el séquito de empleados de seguridad que lo rodea y al que, además, le pagaba.

Para la tevé, con la muerte de Fort nació el tema que avivó la audiencia. El hecho despabiló al lunes feriado y disparó conjeturas, apuró conclusiones y alborotó a la familia que no pudo (ni quiso) esconder el deshonor que el universo Ricky le provocó.

Velorio a puerta cerrada. La voz del clan Fort recayó en una cuñada y con el transcurrir de los días fue su madre, Marta, quien habló para aclarar que ella no es buena con los niños, que es un desastre como abuela y que mejor que Martita y Felipe se queden con Gustavo. "Él los cuida como si fuese el padre", dijo y en otro intento de expiación lanzó: "Los médicos no supieron qué hacer con él."

El que ya no supo qué hacer con sí mismo fue el propio Fort. "Pensó que los tiempos biológicos los podía manejar desde lo económico, pensó que podía comprar salud", sentenció José Santos, médico que lo atendió en Mar del Plata en febrero pasado cuando el empresario sufrió una úlcera duodenal. Según Santos, la personalidad de Fort lo llevó a perjudicarse a sí mismo: "La biología no entiende de clase social. Yo le decía: 'Tenés que respetar los tiempos. No podés después de una cirugía grave ir al gimnasio'".

Muerto Ricardo, su vida televisada tiene vigencia asegurada. Aristas y testimonios sobran. Así se sucedieron: el relato de cómo se le comunicó a sus hijos. El testimonio de ex parejas, ex amigos, ex empleados, repeticiones de ex programas. Pruebas de la riña por los bienes y la responsabilidad de quién se encargará de sus herederos.

Hubo emisión en vivo de llantos vía Skype (hasta Ventura se emocionó cuando Rodrigo Díaz, la pareja de Fort en los últimos años, exhibió su dolor desde Miami). Semejante honestidad emocional fue agradecida minuto a minuto con picos de rating que alcanzaron 16 puntos. Los paseos en Roll Royce no habían llegado tan lejos.

"El Ricardo Fort que conocimos fue como una caricatura que él mismo se construyó", definió Alejandro Seselosvsky, autor de Trash. Retratos de la Argentina mediática, libro que dedica un capítulo al chocolatero. "Como artista es difícil definirlo, fue modestísimo, mediocre. La lección Fort, lo mejor que nos ha dejado es la idea del deseo. Cómo es el deseo en estado salvaje."

La televisión demostró esta semana su poder como principal instrumento de banalización del pensamiento. La reducción de la vida (y la muerte) de Fort tal como nos la muestran, responde sobre todo al apetito de las audiencias. Lo difícil, quizás es permitirnos como espectadores descubrir qué hay detrás de lo que aparece como entretenido o fascinante. En definitiva, este hecho también podría haberse presentado tan sencillo como: "Murió un hombre de 45 años", pero resultó que ese hombre fue Ricardo Fort. A.R. «

El dato

Madre

Terminada la misa y el entierro en el Jardín Memorial de Paz de Pilar, Marta Fort habría repartido CDs de tango de su autoría a las admiradoras de su hijo.

Exhumaron el cuerpo

Ante tanta consecuencia de programación monotemática, y aunque conflictos no sobraran, surgió la duda: ¿Mala praxis? El miércoles a la noche, el juez de Instrucción N°19, Diego Slupski, ordenó retirar de la Trinidad de Palermo la historia clínica de Fort con la intervención de personal de la División Delitos contra la Salud de la Policía Federal y ayer se conoció que el cadáver fue exhumado para la realización de una autopsia que se realizaría mañana. Así lo confirmó el abogado César Carozza, representante de la familia del heredero millonario al señalar que el cuerpo fue exhumado a las 18:30 del viernes e ingresó a la morgue a las 20:30, donde quedó a la espera de las pericias.

"Acá nadie habla de mala praxis, podemos llegar a hablar de si hubo algún tipo de negligencia, quizás tampoco la hubo", aclaró el letrado en alusión a la atención que una clínica de Palermo le prestó a Fort desde que se internó por una afección en la rodilla hasta su deceso por una hemorragia interna.

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