Victorias y derrotas,lo que dejó el 27-O

Victorias y derrotas,lo que dejó el 27-O
La elección del domingo, deja diferentes victorias y derrotas, según se lean hoy, los números finales que arrojaron las urnas.
La elección del domingo, deja diferentes victorias y derrotas, según se lean hoy, los números finales que arrojaron las urnas. Porque hubo grandes ganadores y perdedores, que paradójicamente, en algunos casos, son los mismos, cargando sobre sus espaldas, las luces y las sombras de un tiempo cuyos indicadores deberán ser leídos con suma atención, no sólo por la necesidad de tener un panorama muy claro, sino porque tropezar otra vez con la misma piedra podría ser el fin.

Ganaron los radicales, tanto como para dar rienda suelta a un festejo que se les vino negando durante varias décadas. Ganaron y esta victoria del 27-O, les dejó además de dos diputados nacionales, diez provinciales, cuatro concejales en la Capital (y muchas victorias en el interior), para conformar una mayoría aplastante en el Concejo Deliberante, un mapa interno que tendrán que ponderar de cara al 2005. Si bien el jefe de la tropa es el senador Gerardo Morales, hoy quedaron instaladas también dos figuras que gozan de mejor imagen en el electorado, y aún en algunas porciones internas del radicalismo: por un lado el intendente Raúl Jorge, con una aceptación superior al 42 por ciento, según los sondeos conocidos, y el diputado nacional Mario Fiad, superando el 38 por ciento, frente a poco más del 33 de GM. Chuli remarcó un liderazgo con la elección capitalina producto de virtudes propias y una suerte de descuido -por decirlo con delicadeza- de quienes podrían haberle contado las costillas a una gestión que ofrece enormes flancos débiles en secretarías y direcciones, y no lo hicieron nunca. Mario Fiad, marcó también un nuevo liderazgo, las cifras del domingo lo muestran con quince mil votos más que sus correligionarios provinciales. Por otro lado, GM, arrastra el estigma de haber perdido la gobernación con el peronismo en cada ocasión que lo desafió, lo que para muchos, es hasta una mezcla de cuestión de política y cábalas. Pero, claro, por ahora en la UCR, a nadie, ni siquiera a los caciques mencionados, se les ocurriría cuestionar la voluntad de quien es el referente máximo, la figura nacional que se admira y respeta, y que de última, si su voluntad es probar de nuevo con estas nuevas condiciones, echarán el resto acompañando su intento. ¿Cuáles son las condiciones? Rápidamente la victoria local, la mala elección nacional del oficialismo, haber ganado la intendencia de Humahuaca con lo que en casi toda la Quebrada el radicalismo se volvió más fuerte, y sus triunfos en ciudades como Palpalá y Libertador General San Martín. Y claro, apuestan a que el PJ tendrá su propio calvario a resolver en los próximos dos años.

Analizarán sus estrategas los errores cometidos, el desgaste de diez años de gestión, la ola nacional le negó a los propios el entusiasmo de elecciones pasadas, y hasta rencillas domésticas que hartaron al electorado. Las derrotas de Palpalá y de Libertador, fueron dolorosas para el peronismo, pero el mea culpa debería incluir el espectáculo que las diferentes corrientes ofrecieron a los votantes, no ahora, sino desde hace ya varios años, las peleas se salieron de madre y en algunos casos como en la ciudad ramaleña, hasta dejaron expuestos en la Justicia los costados más desagradables de la intolerancia y la falta de sentido común, por no agregar hasta un mínimo instinto de supervivencia. Todo esto habrá ponderado el gobernador, cuando decidió, viniendo además de un dibujado consenso interno para armar listas oficialistas y colectoras, y se cargó a la espalda una campaña intensa y muy fuerte, pero que careció de ganchos comunicacionales y sin atractivos electorales. Y éste es un punto importante a considerar: hasta dónde ésta performance electoral ha erosionado la figura del líder del PJ y del Gobierno, figura que es considerada y respetada a nivel nacional, por propios y ajenos, y que hoy se ha visto súbitamente afectada por una cuestión doméstica (las transmisiones de la TV pública, obviamente, evitaron contactar con Jujuy en la noche de la elección). Tuvo igualmente pequeñas ganancias: frente a todas las adversidades enviará un diputado nacional a Buenos Aires, y al lograr diez bancas provinciales retuvo la mayoría en la cámara. Hay 24 legisladores propios, más una diputada del Frente Primero Jujuy que hoy adscribe al PJ y ante una eventualidad, aún tiene a su favor el desempate del vicegobernador. En la Capital la horrible derrota le dejó sin embargo una maquinaria que se había puesto el objetivo de marchar hacia la recuperación de la intendencia y que no deberá desmovilizarse nunca desde hoy al 2015. Algo más: la experiencia vivida, indica que los consensos nunca más deberían reemplazar a las internas (esto parece instalado a nivel nacional). En adelante, el peronismo debería volver al ejercicio de legitimarse en sus propias urnas para disfrutar de la democratización tan refrescante. Y también se renovarán los afectos y las lealtades internas y externas. El vicegobernador Guillermo Jenefes dijo con todas las palabras que se debe rescatar el refrán que enseña: “cría cuervos...y te sacarán los ojos”. En síntesis, contra la corriente, el FPV se mantiene erguido, pero no le sobra absolutamente nada.

Los terceros del domingo, finalmente fueron ganadores de alguna manera. En el Frente Unidos y Organizados, con cuatro diputados provinciales, un concejal en Capital y varios candidatos electos en el interior (ganaron en Calilegua) pueden darse por satisfechos. Ahora, si esperaban como decían, que la enorme estructura, el despliegue infernal de gastos y publicidad y propaganda, los planes sociales que manejan y los supuestos votos cautivos de redes sociales y cooperativas les respondieran plenamente, su performance fue magra. Sus candidatos electos, son sin duda, los más costosos de la provincia. Estarán analizando internamente qué actitud tomar con aquellos que contaban como seguros y que evidentemente, no respondieron. Quedó demostrado que llenar los estadios no les alcanzó para una mejor elección, y que a pesar de la rigidez en el manejo de su tropa, la insubordinación fue finalmente, bien alta. Los índices de imagen negativa de la señora Milagro Amalia Angela Sala, que se mostraba en las encuestas previas, finalmente, conspiró en su contra dentro del propio FUO, y evidentemente, le impidió captar voluntades por fuera. Pero hoy, son la tercera fuerza. Igualmente el entusiasmo los ganó al punto de haber lanzado en medio del brindis del domingo, la campaña hacia la gobernación en el 2015. Queda un interrogante: ¿qué estarán pensando en Buenos Aires, mientras miran los números de la elección y comprueban que los votos del FUO, adscripto al modelo kirchnerista, no acompañaron a los candidatos a diputados nacionales que necesitaba la Presidente de la Nación en el Congreso?. La dirigente social, hoy política, y líder del sector, ¿seguirá gozando del incondicional aprecio y apoyo que le brindaron hasta hoy en los despachos de la Casa Rosada? En política, suele decirse, ninguna de estas cuentas, quedan pendientes. Como sea, el FUO hoy es una tercera fuerza, diseminada por todo el territorio jujeño, y su futuro, dependerá de ellos mismos.

Quedaron en el camino, una apreciada Izquierda de los Trabajadores, expresada en la figura de su principal candidato Alejandro Vilca, quien, seguramente, como no está atado a la obtención de cargos, seguirá trabajando en la Provincia. Pero quedaron en el camino, el Frente Primero Jujuy con una Isolda Calsina descorazonada y reconociendo que “algo hicimos mal”, y también, hechos pedazos, el optimismo a ultranza de Dago Pubzolu y su frente PRO.

Es ésta una pequeña y rápida interpretación de lo sucedido, que deberá seguir mirándose con cuidado y minuciosamente en los próximos meses. Se vendrán cambios, pases de facturas, el gobernador tiene in pectore -dicen- un nuevo gabinete para el 2014; los radicales, exultantes, sólo disfrutan y sacan pecho. En tanto la Provincia, necesita un recambio de su sistema político, y sobre todo, hasta un retoque de su código electoral, que transforme la realidad en un esquema más abarcativo y plural. En treinta años de democracia, ahora, se espera el salto cualitativo.

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