Son dos amigos y un perro que decidieron viajar por América con aceite vegetal. Álvaro Besnier (34) y Patricio Hernández (33) partieron desde Chiloé, Chile, con la idea de llegar a Alaska antes del 2022. Lo que ocurra en el medio, poco los desvela: saben que llevan lo necesario para abastecerse a lo largo de todo el camino.

Besnier y Hernández -junto a Meru, el perro golden retriever que los acompaña-, dejaron su Chile natal para cumplir su sueño de conocer el continente entero con el menor impacto posible sobre la naturaleza. Para ello adquirieron una camioneta que luego convirtieron en casa rodante, con cuchetas de madera y demás comodidades, y una combi Volkswagen que transformaron en biblioteca y cafetería móvil.

Vista de la biblioteca. Atrás, clientes bajo la sombrilla de la barra del café.

"Cuando estábamos en Chile trabajábamos en Turismo. Teníamos una agencia junto a otro amigo más, Giovanni Jude, que nos acompañó al comienzo de este viaje pero por un problema de salud que tuvo nos tuvimos que separar", explica Besnier.

Más sobre este temaTradicional y bizarro: la gente del Clásico Santo Patrono Santiago

Es uno de los eventos preferidos por los amantes de las carreras de caballos. Aquí te mostramos cómo se vive este frenesí de música, comida y apuestas.

La agencia turística que menciona Besnier funcionaba en Temuco, al sur de Chile, bajo el nombre Tierra Chakí, el mismo con el que dan a conocer la travesía que emprenden hoy.

Meru tuvo un accidente en el camino pero ya esta pronto a recuperarse.

"En un momento notamos que la camioneta estaba algo vieja para seguir prestando los servicios de traslado y alguien sugirió, durante una conversación, convertirla en casa rodante y viajar por América junto con la combi", continúa Besnier y agrega: "Habíamos conocido una amiga que encontró la forma de transformar su vehículo para que funcione con aceite de cocina como combustible".

La idea no tardó en hacerse realidad. A los pocos meses transformaron el motor de su camioneta para que combine el gasoil común con aceite vegetal reciclado. "De esta forma reducimos el impacto sobre la naturaleza y ahorramos dinero", asegura Besnier.

La transformación del motor fue crucial para la economía del viaje. Una sola carga de gasoil, aseguran, les puede durar seis meses o más.CompartiloTwittealo

Para solventar los costos del viaje, Besnier y Hernández acondicionaron la combi y la transformaron en una biblioteca móvil con cafetería incorporada. Donde paran, extienden las instalaciones sobre el primer rincón que encuentran y reciben a los curiosos que se acercan para comprar o simplemente preguntar. Toda la energía eléctrica que usan, para dar un tono aún más verde a su proyecto, la generan con un panel solar instalado sobre el techo del vehículo.