Venta ilegal: un negocio que le quita casi $ 60.000 M por año al comercio regulado

Venta ilegal: un negocio que le quita casi $ 60.000 M por año al comercio regulado

La venta ilegal encubre un negocio millonario diseñado por mafias organizadas que desarrollan un sistema de trabajo esclavo, talleres clandestinos, contrabando, robo y piratería de mercadería, competencia desleal, narcotráfico y corrupción. 

Según cifras dadas a conocer por la CAME, la venta informal ascendió a $ 4.988 millones sólo en febrero de este año. El dato corresponde a una muestra de 451 ciudades del país. Si se proyecta en un año, arroja una cifra de $ 59.857 millones (ver el mapa). El monto no sólo significa un enorme perjuicio para el comercio formal, sino también para las arcas del Estado, que sólo por IVA se pierde de recaudar casi $ 12.000 millones al año. Ámbito Biz plantea un extenso debate que involucra a los principales actores. Cámaras, funcionarios y feriantes tienen la palabra.

Es sábado, promedia el mes de mayo y las primeras heladas del año obligan a los feriantes de un galpón instalado en el conurbano bonaerense, partido de Ituzaingó, sobre colectora, a retocar sus "vidrieras". Los abrigos comienzan a teñir el paseo de compras de gris, marrón y negro. Un local de camisetas de fútbol y su vecino con juguetes les aportan algo de color al pasillo 4. Lo mismo sucede en el pasillo 1, ocupado en el comienzo por un videoclub que invita a comprar "películas que están actualmente en los cines y las que aún no están en el cine en calidad final y en blue ray, 3 x $ 55 con caja y cada 6, te llevás una de regalo". Al final del mismo corredor, una señora y su hija acomodan la pecera llena de tortugas de agua al lado de una jaula con chanchitos de la India peruanos "que se pueden bañar, peinar, cortar el pelo y se domestican como los perros. Cuestan $ 350, a diferencia de los cobayos comunes, que valen $ 100", aclara la dueña del local. Las paredes del lugar están vestidas con iguanas, ranas de cautiverio, arañas, cotorras australianas, peces y accesorios para animales en general. Lindante con este pet shop no tradicional, y compartiendo el olor característico de un lugar donde convive todo tipo de animales, está el patio de comidas con especialidades "regionales" entre otras propuestas de comida al paso "a precio de amigo".

La escena se repite casi sistemáticamente durante todos los viernes, sábados, domingos y feriados del año, no sólo en esta localidad de la zona Oeste del conurbano, sino en varios puntos del país, de norte a sur, con formatos de "Saladitas", manteros y otras modalidades de venta informal. En otras palabras, la Argentina está hoy "apestada" de gente que comercializa mercadería que ingresa en forma ilegal al país y que genera desde pérdidas económicas en la industria regulada, hasta enormes disrupciones en toda la cadena formal.

"ES UNA LOCURA"

"Patio de comidas, espacio de juegos para niños... ¡Hay ferias ilegales bancarizadas, donde el cliente puede pagar la mercadería ilegal con tarjeta de crédito o débito! Es una locura", dispara Vicente Lourenzo, secretario de prensa de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME). "Se dan el lujo de bancarizarse porque no hay nadie que los controle".

"A los municipios, que son los encargados de controlar, lo único que les interesa es recaudar, que haya actividad, y que el dueño de la feria le pague el canon correspondiente. Las 'Saladitas' pasaron a ser un gran negocio inmobiliario. Es todo un gran negocio, deberían inspeccionarnos como cuando inspeccionan a la gente que tiene un local en regla, pero sabemos que eso nunca va a suceder", reconoce Víctor, un estudiante de contador público de 26 años propietario de un local de venta de audio y video en una feria del Gran Buenos Aires. "No consigo trabajo en lo mío y es la única forma de ganar el mango", confiesa el joven, quien reconoce no haber entregado "jamás una factura de compra". Víctor, quien abre su puesto sólo 8 días al mes (no trabaja los viernes), arroja un dato que llama la atención: "Por fin de semana vendo aproximadamente entre 600 y 900 películas; más de 200 copias de CD y traigo por encargue algunos juegos de Play y otras cositas de electrónica que me traen de afuera". El futuro contador se niega a dar la cifra de lo que recauda por mes, pero algunos precios están a la vista: cada película en formato DVD cuesta 20 pesos y un CD vale 15. Sólo por música y películas, la venta mensual oscilaría los 120.000 pesos (96.000 pesos en video y 24.000 en audio), sin contar los juegos de Play ni los artículos electrónicos, que el hombre no especifica cuáles son ni de dónde provienen. 

LA PREGUNTA DEL MILLÓN

La pregunta cae de madura: ¿cuánto le quita realmente el mercado informal a la venta legal en la Argentina? En promedio, y según los consultados por Ámbito Biz, le estaría sacando entre un 35% y un 45% de las ventas totales. Respecto de las modalidades de comercialización informal, la realidad marca que la venta ilegal de mercadería no solamente se produce con ocupación del espacio público sino a través de la réplica del modelo comercial de la Salada de Lomas de Zamora. "Nosotros las denominamos 'Saladitas'. ¿Cómo puede ser que nadie les pregunte de dónde sacan la mercadería que venden a precios irrisorios? Está claro que esa mercadería surge de talleres clandestinos, de contrabando y de piratas del asfalto", afirma Lourenzo. 

"Con esta red de distribución mayorista, como se da en Lomas, o como minorista, como se da en más de 500 'Saladitas' que tenemos detectadas a nivel nacional, alguien se roba un camión de camisas y en menos de tres días ya las tiene colocadas en cientos de puntos diferentes a nivel minorista y mayorista en distintas regiones del país. Es más, antes de robarla la tienen vendida", explica Lourenzo, quien confiesa que "es muy difícil detectar la ruta de esa mercadería robada. En consecuencia, el circuito formal no se termina de armar nunca, porque el comerciante de pueblo, por ejemplo, que hizo un viajecito a la Salada de Lomas de Zamora y compró esa partida de mercadería sin saber que era robada, paga un precio irrisorio y la vende en negro. No existe comerciante que compre una mercadería en negro y la venda en blanco. Cualquiera que sabe de negocios entiende que si así lo hicieras estarías cargando con IVA, Ganancias, etc... Es simple, si tu mercadería viene de un circuito negro, continúa en el mismo camino", se sincera el vocero de la CAME. 

"Hay épocas en que el desequilibrio es mucho más evidente. Un ejemplo claro se dio con el inicio del ciclo lectivo, con la venta de mochilas. Lógicamente, familias con varios hijos se volcaron al mercado ilegal porque les sale mucho más barato. La ecuación es simple: el jefe de familia necesita estirar su salario y si tiene que comprar tres mochilas va a Once o a la zona de Flores, sobre la avenida Avellaneda, y no le importa de dónde salió la mercadería. Analiza la compra en función del costo, y es obvio que el precio es irrisorio en comparación con lo que cuesta en un negocio formal".

Lourenzo ensaya una pregunta y se responde a sí mismo: "Usted preguntará, como hacen muchos, cómo puede ser que el circuito formal no pueda ajustar los precios en vez de vender a precios altos. Le digo: por la carga fiscal. Todo sale de la misma venta, no hay distintas cajas. En Capital, por ejemplo, se paga IVA, Ingresos Brutos, Ganancias, tasa de ABL, alquiler... Llega un momento que es pagar y pagar. Ahora pregunto yo: ¿si eso no lo saca del precio, de dónde lo va a sacar? Sucede que éste es un modelo de país que tiende a no pagar impuestos y perjudica a todos los segmentos y estratos sociales. Es cierto que hay muchos fabricantes de jeans, por ejemplo, que proveen a marcas que duplican el valor de esa mercadería, pero es porque tienen que pagar campañas, posicionamiento de marca, presencia en los shopping, etc. Los shopping hoy cobran no sólo el alquiler y el fondo de expensas, sino que cobran además un fondo de promoción y comercialización, que es variable, por eso hay tanta rotación en los shopping y cierran tantos negocios. La realidad es que hoy quien está en los shopping es para posicionar su marca, no para ganar dinero. No hay números que alcancen para estar en los shopping. Hay que pagar tres turnos de empleados, horas extras, pagarle al shopping. Por eso, hoy sólo las grandes marcas se mantienen allí, y es justamente porque un jean que vale 600 pesos lo venden a 3.000". 

"Si yo soy fabricante y me sacás toda la carga fiscal que tengo sin dudas vendo más barato. Pero la realidad te hunde: si por cada 100 pesos que cobra una empleada en blanco usted paga 56 pesos entre retención y transporte, las cuentas no cierran. Si además, cada vez que vende con tarjeta de crédito le retienen no sólo el 5% de comisión sino IVA, Ingresos Brutos y Ganancias, y encima le cobran el impuesto por adelantado, no hay ecuación que cierre. Esto es un combo letal si se tiene en cuenta que las pymes atraviesan una caída en la actividad, con ingresos que bajan y costos en alza, a un nivel explosivo. También aumenta el sueldo de su contador por la inflación. Y uno como dueño del local se atrasa en dos o tres impuestos y está obligado a salir a pedir plata al banco, que el único crédito que te está dando es un descubierto al 60% o al 70 % del costo financiero total. Si no recaudás, ¿de dónde sacas el dinero? Hoy la situación de la pyme es crítica, y no me vengan con que son ciclos, porque antes, en procesos inflacionarios con actividad, aumentaban los ingresos de la misma forma en que aumentaban los costos. Pero ahora los costos siguen aumentando y los ingresos están a la baja". 

LA PUNTA DEL ICEBERG

"El comercio ilegal es la punta de un gran iceberg que nos obliga a hacer un análisis más profundo del tema, dado que no existiría venta si no hubiera compradores, para eso los consumidores deberían saber realmente qué están comprando. En última instancia no hay venta si no hay consumidor que realiza una compra. El consumidor es el eslabón más poderoso de la cadena y deberíamos generar un cambio cultural", expresa Pedro Cascales, presidente de la Cámara Argentina de la Máquina Herramienta y Tecnologías para la Producción (Carmahe).

De acuerdo con cifras oficiales relevadas por CAME, este tipo de comercio abarca en la Argentina a más de 570 "Saladitas", con 81.032 puntos de venta entre puestos y manteros. Los rubros más afectados son confección textil, calzado, juguetes e industria cultural a través de DVD de películas y CD de música, pero también abarca rubros tan dispares como cigarrillos y electrónica, entre otros. Sólo en el rubro textil y calzado se calcula que al menos el 30% de las ventas son de origen clandestino (talleres informales, ingreso ilegal o mercadería robada).

La venta ilegal no sólo afecta a la producción sino también a la propiedad intelectual y marcaria. La Oficina de Comercio Exterior de Estados Unidos (USTR) publicó recientemente su Reporte Especial 301 sobre las violaciones de los derechos de propiedad intelectual y patentes a nivel mundial en temas tan variados como las películas piratas y las licencias farmacéuticas. El informe incluye una "lista negra" con los países que más piratean y una lista secundaria con aquellos 25 "a vigilar". La "lista negra" de la piratería incluye 11 países, entre los cuales hay tres de América Latina: la Argentina, Chile y Venezuela.

"Todo esto es un grave flagelo que afecta en primer lugar al comercio, pero en forma solidaria a la industria, al fisco y al desarrollo sustentable de la sociedad. Los impuestos que se dejan de percibir van en detrimento de los ingresos del Estado, por ende de la jubilación, la salud, la educación, la seguridad, etc.", opina Cascales. "El punto central es que detrás de todo este tipo de ventas irregulares se esconde generalmente una manufactura asociada a un trabajo esclavo, ilegal y en condiciones infrahumanas. Ya sean producidos en el país o el exterior e independientemente de si arriban a los puntos de venta en forma legal o no, son todas igualmente dañinas para el comercio, la industria y la economía del país", asegura.

"Mientras que los estados nacional, provincial y municipal deberían redoblar su actuación en clausurar los talleres de producción clandestinos y los circuitos de ingreso de mercadería por vías ilegales, se debería hacer un análisis profundo de la legislación laboral e impositiva para regularizar el trabajo domiciliario, permitiendo que el cuentapropista o una familia puedan actuar dentro de la legalidad y facilitar el ingreso de este tipo de minipymes a la economía formal. Deberíamos generar un marco impositivo adecuado para que trabajar y producir sea factible, pagando impuestos sobre ganancias reales no inflacionadas, que los impuestos vuelvan con servicios de calidad a la sociedad, donde las horas de trabajo sean para trabajar y no para solucionar problemas burocráticos o laborales, en síntesis, que podamos tener una industria más competitiva", sintetiza Cascales. 

"El otro gran cambio que debería generarse es crear una certificación del trabajo legal a nivel nacional e internacional de los rubros antes mencionados que certifique que el producto o servicio fue producido con trabajo legal, con normas de higiene, salubridad, seguridad social y no utilización de trabajo esclavo, de menores o trata de personas. En el ámbito de la madera esto ya existe y los países desarrollados sólo compran madera cuyos bosques sean sustentables y no hagan tala indiscriminada sin reposición. La certificación forestal FSC es el instrumento que garantiza el origen sostenible de los productos forestales", agrega el vocero de la CAME.

TEXTIL

Claudio Drescher, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), refuerza esos números: "Son cerca de 25.000 las personas en la ciudad que trabajan en la informalidad y más de 5.000 las que lo hacen en condiciones de esclavitud. Estamos hablando de un flagelo que hay que destrozar, nunca sabemos si la Argentina tiene déficit fiscal o en realidad hay mucha gente que no paga. Hay unos pocos que pagamos mucho, demasiado y otros que no pagan. Entonces hay un desequilibrio fiscal que es difícil de resolver". Respecto del tema del contrabando, Drescher destaca que "se esté encarando en la Aduana un trabajo que ha tenido en estos pocos meses muchísimos elementos favorables, atacando el ingreso ilegal de miles de containers, que van directamente a una evasión fiscal punta a punta, porque ingresa por Aduana sin pagar, pero después se multiplica en las ventas que se hacen con el mismo concepto". Drescher opina que "hay núcleos de trabajo informal principalmente en la indumentaria, que es necesario resolver, pero que para eso lo que estamos esperando del Gobierno es una ley que incentive a que muchísimos talleres y fábricas que no están en blanco regularicen su situación. Hay una negativa a hacerlo porque es muy difícil una vez que entrás al circuito formal, volver a salir. Lo que nosotros proponemos es una ley que incentive a ponerse en blanco a través de una disminución de las cargas sociales y patronales, pero que esa disminución vaya a favor de la baja del precio y un aumento del salario". 

Según un relevamiento de la organización social La Alameda, el 78% de la indumentaria que se fabrica en la Argentina proviene de talleres clandestinos que emplean a más de medio millón de personas que trabajan en condiciones de esclavitud. En la Ciudad de Buenos Aires, este número alcanza aproximadamente a 30.000. La Alameda tiene 112 denuncias a diferentes marcas de ropa por esclavitud y trata. En su mayoría, los trabajadores llegan procedentes del Norte del país y de Bolivia, Paraguay y Perú.

JUGUETES

Matías Furió, presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, considera que la venta ilegal "es un flagelo que afecta tanto a la industria nacional como a la importación legal, distorsionando el mercado. Hay varios factores nocivos; la evasión impositiva, el fraude marcario y el más importante de todos es que los juguetes que ingresan de contrabando no pasan por los controles de seguridad y normas técnicas. Esto es grave para la salud de nuestros niños, ya que se trata de los de peor calidad del mercado asiático. Hemos encontrado plomo en las pinturas de los juguetes y ftalatos, que es un plastificante prohibido por ser cancerígeno".

Hasta 2015, el 30% del mercado de producto era ilegal y el 70% del mercado legal se repartía en partes iguales entre producción nacional e importadores legales. "Esto es algo que veníamos denunciando públicamente, y gracias al trabajo que viene realizando la Aduana, estamos notando que el contrabando de juguetes está mermando, lo cual es una excelente noticia", admite Furió. "Pero la merma que está mostrando el juguete no se traslada a otros sectores. Si usted se da una vuelta por Once, verá que los sudafricanos, por ejemplo, venden todo tipo de mercadería sin estampillas ni controles. Es mercadería ingresada de contrabando". 

El titular de la Cámara del Juguete reconoce "el buen trato que tenemos tanto con Miguel Braun (secretario de Comercio de la Nación) como con Leyla Nazer (secretaria de Comercio Exterior), quienes incluyeron a los juguetes dentro de las licencias no automáticas para monitorear las importaciones. Además desde la Subsecretaría de Comercio Interior, luego de conversar con Javier Tizado, se comprendió la necesidad de incluir a los juguetes de industria argentina en el programa Ahora 12.

Esta vez, en coincidencia con Furió, Lourenzo destaca que "desde que el presidente Mauricio Macri asumió a nivel nacional y Horacio Rodríguez Larreta a nivel local, la Ciudad de Buenos Aires adoptó una política positiva para erradicar o por lo menos para desocupar el espacio público. Hasta el año pasado tenía la excusa de que ambos gobiernos eran de distintos colores políticos, que no podían contar con la Policía Federal, etc. Hay que destacar que Macri está cumpliendo con la promesa de campaña, y que por lo menos en algunos puntos neurálgicos de la Ciudad se está trabajando correctamente". 

CALZADO

"En los últimos años hemos visto una gran preocupación en el sector por el aumento de la informalidad desde contrabando hasta talleres clandestinos, que se desprenden de los textiles que fueron encontrando una nueva usina de la ilegalidad. Estos productos carecen de normas y parámetros de control en referencia a su producción y su incidencia en la salud, ya que, los materiales con los cuales son confeccionados además de proporcionar un perjuicio en la salud son de mala calidad y poca durabilidad", dice Fabián Castillo, presidente de la Cámara de Comercio del Calzado y Afines de la República Argentina. 

"Quiero destacar que existe una aplicación para realizar las denuncias de manera anónima geolocalizando el lugar del ilícito ingresando a www.argentinailegal.com. En menos de un mes hemos recibido más de 1.600 denuncias de todo el país", agrega Castillo, quien es también coordinador de la Mesa Nacional Contra la Piratería y el Comercio Ilegal de CAME, que recientemente desbarató una organización que actuaba en la Ciudad de Buenos Aires (en la calle Avellaneda) con camionetas Trafic que se utilizaban para comercializar calzado ilegal. "Llegamos a los depósitos y talleres secuestrando miles de pares en la zona de La Matanza", relata Castillo, quien se siente "orgulloso de integrar la CAME, única entidad que lucha contra este mal y a favor del desarrollo de las pymes que generan en nuestro país no sólo la validación de los oficios, sino también más de 5.300.000 puestos de trabajo".

 

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