Vence hoy el plazo que dispuso la provincia de Buenos Aires para que tenedores de un bono en dólares (BP21) den su consentimiento para aplazar hasta mayo un vencimiento de capital por 250 millones de dólares.

El Ejecutivo bonaerense necesita el visto bueno de los tenedores de bonos que representen al menos el 75 por ciento del capital en circulación del BP21 para poder postergar hasta el 1 de mayo el vencimiento en cuestión, que operaba el pasado 26 de enero.

De no conseguir ese nivel de adhesión y no regularizar el pago antes del próximo miércoles, el distrito sería declarado en cese de pagos técnico, algo que para los analistas sentaría también un mal precedente de cara al acuerdo que Argentina pretende cerrar antes que finalice marzo con sus propios acreedores privados y el FMI para en principio extender los vencimientos de su pesada deuda soberana.

En una entrevista con este diario publicada en la edición de ayer, el gobernador Axel Kicillof admitió que la “situación es delicada” frente al nivel de atomización de los tenedores de los bonos bonaerenses. Pero además aseguró que espera encontrar una solución que permita diferir hasta el primero de mayo este pago.

“La Provincia tiene voluntad de pago, pero no puede hacerlo”, afirmó durante la entrevista y dijo que el resultado de las negociaciones “se conocerá el último día”, el miércoles de esta semana.

El gobierno provincial anunció el viernes a los tenedores del bono BP21 que extendió hasta las 13 de hoy (17 horario de Bruselas/Luxemburgo) el plazo para que puedan otorgar su consentimiento a diferir el vencimiento del pago de capital desde el 26 de enero hasta el 1 de mayo.

Kicillof reiteró, tras culpar de la situación a su antecesora María Eugenia Vidal, que el perfil de la deuda “es insostenible”, remarcó que en los próximos cuatro años hay vencimientos de US$ 9.000 millones, “imposibles de pagar”, por lo que estimó que “lo mejor es empezar a buscar una solución cuanto antes”.

En un comunicado, el Ministerio de Hacienda y Finanzas que conduce Pablo López precisó el viernes que “el pasado 27 de enero, teniendo en consideración la compleja situación financiera existente y la voluntad de pago que siempre exteriorizó esta administración, la Provincia mejoró la oferta ya realizada a los tenedores del bono”.

Se recordó que en esa oportunidad, en busca del acuerdo, se ofreció “cancelar de manera anticipada y en su totalidad los intereses relacionados con el capital diferido (por el período desde el 27 de enero al 1 de mayo)”.

“Los bonistas ahora recibirían, de ser aprobada la modificación, aproximadamente US$ 28.698 cada US$ 1.000 de capital diferido”, se expresó.

De no haber consentimiento, el Estado provincial no ingresará hoy en cesación de pagos, dado que se estableció un plazo adicional hasta el 5 de febrero, 10 días después del vencimiento original.

Pero los tiempos siguen corriendo y este miércoles, sin acuerdo con los bonistas, debe definir si concreta el pago o entra en default. Las negociaciones siguen abiertas, aseguran desde la Gobernación para evitar esta última situación.

LA REACCIÓN DE LOS MERCADOS

Mientras, la saga de la deuda bonaerense, junto a otros factores, golpeó a los bonos soberanos, en un mercado de capitales local que tuvo en enero otro mes en rojo, según un informe conocido ayer.

Las empresas argentinas que cotizan en Bolsa vieron derrumbarse otra vez su valor de mercado, según informa el portal Infobae. La capitalización bursátil de 59 empresas relevadas perdió unos 1.726 millones de dólares en el mes, un 5,33 por ciento de lo que valían al cierre de 2019, después de dos años de duros golpes a sus valuaciones.

Mientras, la baja del 3,76 por ciento que sufrió el S&P Merval se combinó con un avance del dólar contado con liquidación del 14,67 por ciento -superando al dólar turista- en el período para arrojar pérdidas en moneda dura del 19,15 por ciento.

El 14 de enero Kicillof dio a conocer una propuesta de postergación del pago hasta mayo e inició un proceso de solicitud de consenso para cambiar las condiciones de la emisión de manera tal de permitir el impago sin caer en default. La solicitud tuvo ya dos deadlines que se cumplieron sin que se alcanzara el 75% de adhesión necesario. Hoy sería la última oportunidad para alcanzarlo.