Como cada fin de año, con la llegada de las fiestas reaparecen las preocupaciones por las consecuencias provocadas por la pirotecnia: niños y adultos heridos o muertos, y animales desconcertados y lesionados.

Ante este escenario, integrantes de asociaciones proteccionistas de animales y funcionarios destacan la necesidad de imponer mayores restricciones a esta actividad y recomiendan cuidados para las mascotas.

Antonela Casimo y Luciana Gómez Panizza, integrantes de la Asociación Juninense Protectora de Animales (AJPA), en diálogo con LA VERDAD, relataron que “en Junín hubo un proyecto para la reglamentación de la pirotecnia, pero que no llegó a ser aprobado como Ordenanza por el Consejo Deliberante”.

Asimismo, contaron que desde su organización están trabajando activamente en el tema y “maximizamos los esfuerzos, con el apoyo de la comunidad, mediante la recolección de firmas para lograr de una vez y para siempre su prohibición”, a la vez que mostraron optimismo respecto a esta posibilidad, teniendo en cuenta que “en varias ciudades de Argentina ya se logró y si sumamos la lucha de proteccionistas, pedíatras y padres lograremos que se consiga en todo el país”.

Proteccionistas

independientes

Alicia Oliva y Silvina Adami son proteccionistas independientes que a diario se dedican a rescatar a perros en situación de riesgo y también a la difusión de la adopción de mascotas. En una entrevista con este medio, narraron lo que sucede en los días festivos cuando la gente lanza al aire fuegos artificiales y bombas de estruendo.

“El 24 diciembre y el 1 de enero aparecen perros ‘a patadas’. También, por ejemplo, cuando ascendió Sarmiento, tuvimos una gran cantidad de anuncios sobre perros perdidos. Algunos lamentablemente no aparecen más, porque salen enloquecidos y los atropellan”, graficó una de las entrevistadas.

“Le rogamos a la gente que trate de retener a los perros perdidos. A los dueños que los identifiquen con chapitas o escribiendo un número telefónico al dorso del collar. El que vea un perro de la calle, aunque sea por la noche de Navidad o Año Nuevo, que lo meta adentro de su casa”, reclamaron.

Sobre qué les pasa a los perros cuando escuchan fuertes estruendos explicaron que “les causa pánico la pirotecnia, es similar al ataque de pánico de los seres humanos. Presentan jadeos, palpitaciones, salivaciones, sensación de falta de aire, aturdimiento, hasta pueden llegar a perder el control”, detallaron.

También hicieron una serie de recomendaciones concretas para disminuir el sufrimiento de los animales durante las fiestas: “hay que tenerlos en lugares cerrados, donde se sientan cómodos y seguros. Generalmente se meten debajo de la cama. Con mucha agua, con un juguete que puedan morder, correr los muebles para que no se golpeen si ellos pretenden salir corriendo; evitar que se escapen es lo fundamental. No hay que atarlos, no hay que dejarlos en terrazas o balcones”.

Tampoco hay que consolar al perro con caricias porque, según las proteccionistas, eso refuerza el temor del perro ya que el animal toma el mimo como recompensa.

Además, advirtieron que el uso de sedantes, siempre que sea necesario, debe ser consultado con un médico veterinario. De todas maneras, las dos proteccionistas aseguraron que “el perro siente, tiene adormecido el cuerpo pero escucha todo lo que está pasando y a veces es más traumático para el perro, se puede lastimar al querer escapar”.

“Los perros no entienden lo que pasa, a diferencia de nosotros que decimos ‘hay un irresponsable tirando bombas’. Hay casos de perros que se han muerto de ataques cardíacos mientras tiraban fuegos artificiales”, lamentaron.

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Asociación

Juninense

Protectora

de Animales (AJPA)

Aunque se los considera sinónimos de fiesta y alegría, los fuegos artificiales provocan consecuencias perjudiciales para el medio ambiente y todos los animales humanos y no humanos en el mundo que convivimos.

Recordemos que la pirotecnia es la técnica de fabricación y utilización de materiales explosivos o fuegos artificiales. Desde sus orígenes, se divide en dos: la militar y la civil. Esta última se utiliza en distintos festejos durante todo el año, fiestas tradicionales, inauguraciones, eventos particulares y celebraciones donde se emite un confuso mensaje donde se emite, paradójicamente, paz.

El uso de pirotecnia genera en los animales taquicardia, temblores, falta de aire, nauseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo y hasta puede ocasionar la muerte. Los efectos son diversos y de diferente intensidad y gravedad. Las aves reaccionan frente a los estruendos con taquicardias que pueden provocarle la muerte. Los gatos suelen correr detrás de los explosivos por simple curiosidad pudiendo ingerirlos, perder la vista o lesionarse. Los perros suelen sentir temor y al huir pueden ser víctimas de accidentes o perderse. Su capacidad auditiva es de 60.000 ciclos por segundo, a diferencia de la del humano que es de 20.000 ciclos por segundo y, por ende, poseen una gran sensibilidad para captar sonidos a altas frecuencias. Pueden captar grandes densidades de ondas por segundo, como el sonido de un murciélago o una rata que para el hombre son imperceptibles. Todas estas características les provocan a nuestras mascotas “hipersensibilidad auditiva”.

Desde AJPA, pedimos que la gente tome conciencia, no sólo por los animales domiciliados sino, fundamentalmente, por los animales que se encuentran en situación de calle y no tienen protección.

No hay pirotecnia buena o mala, ni autorizada ni no autorizada. todos los productos son nocivos para animales y personas

Dra. Luciana Gómez Panizza y Antonela Casimo (AJPA).