Cada vez les va a costar más salir de su casa a las familias que viven en la torre principal de un monoblock del barrio ATE 3. Y es que una vecina de la planta baja decidió construir un departamento para su hija pegado al suyo y a la cochera que hace unos años hizo sin autorización. Pero la nueva propiedad tapará el acceso al resto de los hogares y les dejará a los habitantes del edificio un tramo muy angosto para circular. Según los vecinos, que no quisieron revelar su identidad por miedo a represalias, la mujer no tiene autorización para realizar la obra. Presentaron una nota a la Municipalidad, pero no tuvieron respuesta.

“Es un sector público, un espacio verde y la salida que tenemos para ir caminando hacia la calle”, dijo una señora que vive en el monoblock de la esquina de Yapeyú y Concarán, quien comentó que además de hacerles más complicado el paso hasta sus viviendas, también sería un obstáculo en caso de urgencia. “Si hay un incendio, no van a poder entrar los bomberos o la ambulancia. El otro día una familia casi se intoxica con monóxido de carbono y tenían que salir por una pequeña orillita para llegar hasta el vehículo donde los iban a asistir”, agregó la mujer.

La edificación afectará a unas ocho familias, que son las que habitan toda la torre a la que se agregará la construcción. Y la vecina detalló que quien realiza la obra es una señora de apellido Gutiérrez, que hace más de 20 años que reside en la zona, y que comenzó con el proyecto hace menos de una semana. Hasta ahora sólo sacó algunos árboles, colocó los cimientos y empezó a levantar las columnas.

Otro de los habitantes del monoblock adelantó que el departamento que levantará su vecina, sin permiso del resto de los propietarios ni de un organismo público,  incluirá dos dormitorios y una cocina, para que se traslade la hija de la mujer y sus dos nietas. “No se puede hablar con ella, es intratable y muy maleducada. Tiene gente amiga que es medio pesada”, aseguró el hombre, que al igual que el resto de las personas que charlaron con este medio, prefirieron mantener en reserva sus nombres, para no sufrir agravios o destrozos en sus casas. E incluso una de las mujeres consultadas, se negó a declarar para evitar problemas.

Por miedo a cómo reaccionaría, tampoco hablaron con la responsable de la construcción ni se animaron a reunirse entre ellos para organizar alguna medida. Sí hubo algunos que enviaron una nota al Municipio para contarles el inconveniente que tenían en el barrio, pero ninguna de las personas consultadas tuvo novedades sobre el pedido a la Comuna y no se enteraron de que algún funcionario haya recorrido la zona para ver la obra.

El Diario intentó contactarse con la Dirección de Obras Privadas y Catastro de la Intendencia, para conocer si les había llegado el reclamo, cómo es la normativa para construir en los espacios comunes de un edificio y si habían visitado la zona. Pero al igual que los habitantes del ATE 3, no tuvo respuesta.

Historia repetida

Si bien el departamento en la planta baja fue la gota que rebalsó el vaso, no es la primera vez que la vecina utiliza parte del terreno que pertenece a todos los habitantes. Hace diez años construyó una cochera, que está al lado del sitio que ahora eligió para armar un departamento. Pero no es la única, hay varios dueños que armaron un garaje en la planta baja. E incluso hay una casa que amplió el frente para poner un local comercial.

“Acá cada uno hace lo que quiere. Al frente también cerraron. Vamos a tener que comprar alas para salir. Todos tienen sus cocheras. No está permitido, pero lo hacen. No viene nadie a verificar”, aseguró una señora que hace más de 20 años que está en el barrio.