Vanoli: "Correspondería que Macri me escuche si es electo"

Vanoli:

"Yo me quiero quedar", dice el presidente del Banco Central, que relativizó la imputación en su contra por la venta de dólares a futuro y prometió ganancias para los ahorristas en pesos

Alejandro Vanoli llegó a LA NACION poco después de las 11. Su mañana había comenzado más ajetreada que de costumbre. Junto al jefe de gabinete Aníbal Fernández participó de la conferencia de las 8.30, ratificó la idea de "un allanamiento político" y luego escuchó las distintas declaraciones que lo tuvieron como protagonista.

El allanamiento en las oficinas del Banco Central por la denuncia por la venta de dólares futuros a un precio inferior al del mercado parece no desvelarlo. Tampoco la imputación por la supuesta "defraudación por infidelidad" contra la administración pública. "Son días movidos", admitió. Su tono es más pausado que de costumbre pero no las señales concretas que envía respecto del dólar, su continuidad y hasta las futuras restricciones. Tiene mandato hasta 2019 al frente del banco y quiere respetarlo aunque se imponga el candidato de Cambiemos, Mauricio Macri , en las elecciones del próximo domingo.

"Yo me quiero quedar; aunque obviamente depende de las condiciones", sostuvo. "Quienes tienen mirada más conservadora hablan de la independencia del Banco Central. En el caso de que gane Macri yo creo que lo deseado es que me convoque para dialogar", agregó. No dejó tema por responder: deudas de importadores, su perfil estilo Guillermo Moreno, la falta de cuotas en las opciones de viajes, los niveles de emisión monetaria y hasta las declaraciones de sus rivales políticos.

-Alfonso Prat Gay dijo que "hay un estúpido que te regala el dólar y otro que te lo cobra a lo que vale. Ese estúpido es el Banco Central". ¿Qué reflexión le genera?

-Viste que muchas veces se dice que en el Gobierno hay un grado de agresividad e intolerancia, bueno... El Banco Central está actuando normalmente en el mercado cambiario. Estamos en una sociedad democrática y cada uno puede opinar, pensar lo que quiera o estar de acuerdo o no, pero creo que hay que elevar la calidad del debate y sobre todo no hay que judicializar las cuestiones de política económica.

-El juez Bonadío también declaró que no puede cerrar su juzgado por las elecciones.

-No me parece oportuno polemizar. El juez tiene que actuar y yo por supuesto tengo el derecho a ejercer mi defensa. Nosotros espontáneamente presentamos al juzgado el viernes y el martes toda la información respecto a los expedientes y las decisiones de directorio. Vamos a colaborar con la Justicia y demostrar la línea técnica está formada por profesionales que yo no he nombrado y que operan en los mercados. Se puede acordar o discrepar, pero acá hay una utilización política de cuestiones judiciales en un momento muy sensible, porque el domingo hay elecciones nacionales, y creo que motiva esto.

-¿El dólar a $10 le parece sustentable a largo plazo?

-Yo creo que sí, que la flotación administrada es la mejor política para cumplir los objetivos del BCRA, que son la estabilidad monetaria, la estabilidad cambiaria y financiera y el crecimiento con desarrollo. Creo que hay que tener cuidado con el tipo de cambio. Si uno quiere discutir cuestiones de competitividad tiene que hacerlo con una batería de instrumentos, pero quien quiera, a través de devaluaciones bruscas, mejorar la situación de la economía, creo que se equivoca, porque la historia de nuestra economía nos muestra que no es el camino para mejorar el país.

-Los empresarios decían antes que Guillermo Moreno les trababa la operatoria a raíz de las DJAI. Ahora usted es el nuevo Moreno.

-Yo tengo una trayectoria de 27 años, soy una persona que dialoga. Todos los que me conocen saben de mi tarea bursátil en el rol de la CNV y del BCRA; saben que soy abierto a las discusiones, a las opiniones. en el ejercicio de mis funciones y en el contexto en el que nos desenvolvemos tengo que tomar decisiones. Nosotros pagamos cronogramas de importaciones que son acordados por sectores económicos con una mesa que está integrada por el Ministerio de Economía y el Ministerio de Industria que acuerdan determinadas pautas de importaciones. Lo único que hace el BCRA es ajustarse y pagar por criterios de empresa y sectores que el BCRA no determina.

-El número es de U$S 8.000 millones, que para los importadores está como en un limbo, latente, por ser pagado. ¿coincide con esa cifra?

-No coincido. Te doy un dato objetivo: el año pasado pagamos U$S 40.000 millones de importaciones. Hay una especulación respecto a lo que puede suceder con la política cambiaria en el nuevo gobierno, que está induciendo a una parte importante de los exportadores a retener exportaciones.

-¿De cuánta plata estamos hablando?

-Hay estimaciones que hablan de entre U$S 8.000 y U$S 11.000 millones que no han ingresado en estos meses, pero que seguramente van a ingresar pronto, cuando la incertidumbre electoral haya cesado. ¿Qué pasa del otro lado del mostrador? Así como los exportadores retienen, muchos importadores tratan de precancelar deuda porque suponen una devaluación. Se genera esta concentración de corto plazo que es un fenómeno coyuntural. Muchos importadores quieren precancelar deuda, pero te digo, no es un tema de solvencia. Hay que mirar los dos lados: hay menos reservas, pero también menos deuda.

-Las reservas se redujeron en US$ 1000 millones este mes.

-Aproximadamente. Se debe a una intervención que debimos hacer para atenuar las expectativas y para hacer que el tipo de cambio fluctúe en esta política administrada, dentro del rango que estamos previendo. Quiero decirte algo más: hay una ley de presupuesto vigente que fija un dólar de 10,60. La política cambiaria la determina el Congreso y no puedo desatender esas indicaciones.

-¿Esperaba la imputación?

-Yo sabía que, habiendo elecciones e intereses en juego, algún tipo de denuncia iba a venir. Específicamente por esta denuncia, tengo que decirte que todos los bancos centrales operan a futuro. El BCRA lo hace desde 2007 aproximadamente. Hemos ganado y perdido con la operatoria de futuros. Se hace para estabilizar el mercado y fijar una curva de tasa de interés.

-Pero la brecha es más grande ahora, entre lo que hay en el mercado de futuro y esos $14,65 que se tomaban en la causa.

-Están tomando para comparar lo que son los mercados locales, como el MAEy el Rofex, donde nosotros fijamos una tasa de interés, con un mercado distinto como lo es el NDF. Uno es el mercado de futuros en la Argentina y otros son las operaciones extrabursátiles que se hacen en Estados Unidos y eso es como comparar peras con manzanas. En la Argentina hay controles de capital, y nadie puede arbitrar esos mercados, son distintos. Me acusan de rifar las reservas, pero no lo hacemos: operamos en pesos de acuerdo a reglas de política monetaria y cambiaria.

-Un número que cuantifican economistas que no son de la oposición habla de $ 30.000 a 40.000 millones de perjuicio que tendrán que pagar quienes asuman el próximo gobierno. ¿Coincidecon esta cifra?

-Yo no coincido y te diría algo: durante la gestión de Martín Redrado, el BCRA perdió US$ 2.100 millones entre 2008 y 2009; con Fábrega esa pérdida fue de 10.000 millones. Ahora yo no los estoy enjuiciando a ellos. Actúo en base a la política monetaria que, entiendo, es mejor para los objetivos del Banco Central y de la economía argentina. Si a futuro hubiera otra persona con otras pautas de política, que produjera una gran devaluación, que yo creo que sería un gran error, no habría perjuicio para el Banco. ¿Sabés por qué? Tenemos activos y pasivos. Los activos en dólares superan largamente a los pasivos, con lo cual una devaluación generaría un beneficio patrimonial para el banco.

-Pero no así a los acreedores entre los que se encuentra el Estado.

-Los acreedores locales, dependen en qué activo están. Uno no hace operaciones para ganar plata. Hace acciones a futuro para fijar políticas cambiarias. El BCRA ha ganado o perdido. No son cuestiones judicializables, son cuestiones de política económica que tienen que ver con generar beneficios mayores para la economía argentina y que se prevean estabilidad financiera y crecimiento.

-Un economista muy consultado dice que cuando abran la heladera de las reservas no se van a encontrar ni con las cubeteras, ¿es así?

-Miente. No es así. Tenemos U$S 26.000 millones aproximadamente, que informamos diariamente y son auditadas por la AGN y por una auditoría externa. Ahí hay oro, hay euros, hay dólares depositados en el Banco de Basilea, hay yuanes, que son una moneda de reserva y transable en cualquier mercado.

-Pero hay que pagar el swap, a la larga hay que devolver esa plata.

-El swap es una operación de canje de monedas que han celebrado 35 países desarrollados y en desarrollo con China. Generalmente son operaciones que se renuevan y que son de a tres años de plazo. Existen por dos fines: un uso financiero, para fortalecer las reservas, y para propender al comercio internacional. En este caso, el comercio bilateral con China está creciendo y es natural que haya un swap para usar yuanes y reducir el uso de dólares en las operaciones de comercio.

-Pero cuando se analizan las reservas, la mayoría de quienes las vemos con asiduidad empezamos a restar: los encajes, el swap, U$S 1.500 millones que están en el limbo con Griesa.

-Las reservas reales son las que están contabilizadas. Respecto a esas cuestiones, son muy discutibles. El tema de los encajes: los depósitos vienen creciendo. ¿Por qué reducir los encajes? Son la contrapartida de mayores depósitos. Y mencionabas otras operaciones que todos los bancos centrales tienen. Pasada esta semana, hay U$S 8.000 millones por liquidarse que van a entrar por exportaciones. Tenemos un país desendeudado que va a permitir a futuro adquirir créditos en organismos internacionales o acordar otros swaps. Si tenemos menos reservas, es porque nos hemos desendeudado. Cuando uno mira el activo, también debe mirar el pasivo.

-Nos desendeudamos externamente, pero nos endeudamos localmente.

-Bueno, en general, vos sabés que desde una perspectiva de solvencia, siempre es mejor, y los países desarrollados así, lo hacen, tener deuda con sus residentes que con sus no residentes.

-Hay muchos empresarios enojados porque se van bajando los cupos de autorización inmediata de dólares, que hasta ahora está en U$S 50.000. ¿Por qué se toma una decisión así?

-Cuando nosotros reducimos el cupo, en realidad no es que pagamos menos importaciones por esa reducción. Ese umbral informativo lo que nos permite es tener al día el detalle de las operaciones. Las operaciones más chicas las tenemos con dos días de rezago. En momentos como estos existen algunas empresas u operadores que, de los cronogramas que tenemos acordados, agregan operaciones por el segmento del chiquitaje y aumentan de una manera que transgreden estos acuerdos que tenemos con el Ministerio de Economía. Es para controlar

-¿Se va a seguir bajando? ¿Vamos a llegar a los U$S 25.000?

-Yo creo que U$S 50.000 es un umbral razonable; acá hay una suerte de trade off de compensaciones en tener un cuadro más general, que es importante con el grado de detalle de la información. Por el momento no hay ninguna decisión de modificarlo. Yo entiendo que hay decisiones que generan cierto estrés en el mercado.

-¿Usted dice que las elecciones son culpables de esta situación?

-Siempre en momentos de elecciones hay dolarización y muchas expectativas. Vos tenés un candidato que dice que va a mantener una flotación administrada con dólar en torno a $ 10, y otro candidato que dice que hay que llevar el tipo de cambio a un valor cercano al dólar ilegal. Yo sé que todos estamos viviendo el día a día, pero hay que salirse un poquitito de la coyuntura y pensar en el país y reconocer que este desendeudamiento que se produjo y determinadas fortalezas de estos años son una plataforma importante para que, gane quien gane, la Argentina tenga un crecimiento sostenido en el tiempo.

-Gane quien gane, los candidatos ya han decidido con quién endeudarse .

-Creo que hay que guardar equilibrio. La deuda en sí misma no es buena ni mala. Depende del grado, con quién se contrae y para qué se utiliza. La Argentina se desendeudó mucho y tiene margen para obtener financiamiento en los próximos años sin comprometer el futuro. Hay que evitar como quien viene de una tradición de alcoholismo: una cosa es tomar un vaso de vino y otra cosa es volver a una oleada de endeudamiento que genere complicaciones. Yo espero que los argentinos hayamos aprendido la lección, y gane quien gane, no volvamos al endeudamiento generalizado. Creo que hay un discurso polarizado, crispado, pero confío en el futuro de la Argentina y creo que habrá mucha más racionalidad por parte de quien le toque gobernar.

-Mauricio Macri celebró que le haya puesto su renuncia a disposición. ¿Lo sorprendió?

-Yo quiero ser honesto: en general, quienes tienen una mirada ortodoxa, siempre han dicho que la independencia del Banco Central es algo sagrado y que hay que respetar los mandatos. Yo percibo ahora que desde el macrismo y desde determinados sectores perciben diferencias ideológicas conmigo, o que actúo dentro de la ley, con mucho celo para que no se vulneren las normas, percibo este apuro porque renuncie o porque me vaya. Yo tengo mandato otorgado por el Senado hasta 2019. Ellos hablan del respeto institucional. Vamos a suponer que gane Macri: creo que lo correcto es que me convoque, me escuche y podamos salir de la polaridad. Ahí veremos si hay posibilidad de coordinar políticas.

-¿A qué se refiere concretamente?

- Me parece un gran progreso ver si se puede convivir. Hasta ahora, ningún presidente de la República desde Carlos Menem y Roque Fernández- Carlos Pou no hubo un cambio de presidente del BCRA con un cambio presidencial. Yo me quiero quedar, pero si la política que se quiere hacer difiere de lo que yo creo, evaluaré si tengo que seguir o no. Estoy seguro que si gana Scioli ya ha definido que ha respetado el mandato, y hubiera un presidente de una formación más conservadora o cercana al sistema financiero, habría editoriales y llamamientos a mantener al presidente del BCRA. No puede ser que por coincidir o discrepar con Vanoli se cambie el criterio.

-¿Qué es el dólar blue? Para Kicillof es "la nada misma".

-Es la operatoria ilegal en el mercado de cambios. Es la compra y venta de dólares. Es un mercado ilegal de cambios que siempre ha existido aquí y en todo el mundo. No es representativo. Las operaciones de comercio exterior van al mercado único y libre de cambios, donde hemos pagado más de U$S 40.000 millones de importaciones. Después está el dólar ahorro, que el BCRA va a seguir abasteciendo.

-¿A este ritmo? Todos los meses informan de las compras de dólar ahorro que quiebran sus propios records. ¿no está barato por la demanda?

-Estamos viviendo una situación particular porque hay expectativa. Creo que si el nuevo gobierno define una política cambiaria en coordinación con el Banco Central, esas expectativas se van a revertir. Creo que con un nuevo gobierno que anuncia un plan económico, determina que hay que fortalecer las reservas y detalla de dónde vienen -sea blanqueo, financiamiento de organismos, liquidación de exportaciones, etc.- estas expectativas se van a revertir. Yo he tomado medidas monetarias, he subido la tasa de interés en pesos. Hay una dolarización que atendemos, pero por otro lado hay un fuerte crecimiento de los plazos fijos en pesos, con una tasa del 50 por ciento anual. Coordinaremos con el nuevo gobierno y estoy seguro que este estrés se va a revertir a partir del 10 de diciembre.

-¿Cuánto hay de causa y cuánto de consecuencia por la inflación en el rol que tiene el BCRA hoy?

-La inflación, medida como la quieras medir, por el IPC nuevo o los índices de las consultoras o del Congreso, la inflación bajó 12 puntos. Muchas veces se habla de una enorme expansión monetaria. Durante este año, vinculado a la recesión producto de la crisis internacional, hubo que tener un sesgo monetario y fiscal expansivo para poner a la economía en crecimiento. La expansión de la política monetaria no generó inflación.

-¿Hay que acordar con los fondos buitre?

-Tuvieron una posición muy intransigente. La declaración de algunos candidatos para llegar a un acuerdo o pagar el 100 por ciento no ayudó o pusieron a los buitres en una posición intransigente. Ya no es una cuestión ideológica: depende de los términos, como en toda negociación. Con un año de gobierno y una perspectiva de que ya ha pasado mucho tiempo y la Argentina ha podido transitar este período, vamos a estar en condiciones de llegar a un acuerdo.

-La gente que planificó sus vacaciones con antelación está contenta, porque pagó en cuotas. Pero los que todavía no lo hicieron se quedaron sin financiamiento.

-Hay un poco de todo. No hay culpa del BCRA. Vivimos un período donde hay una concentración y quienes tiene que liquidar importaciones lo hacen, y también tenemos muchos pedidos de divisas que estamos atendiendo a través del dólar turista y proveyendo a las agencias cantidades crecientes para el turismo. Son públicas las estadísticas de que más argentinos tienen cada vez más posibilidades de viajar y consumir en el exterior.

-¿Entonces, no hay que hacer ninguna modificación en la política de dólares para el turismo?

-Tendré que sentarme con el nuevo gobierno y ver el grado de ajuste de la política monetaria y cambiaria que exceden al Banco Central. Me refiero a la política fiscal y de ingresos y otras decisiones estructurales. No hay que tomar decisiones extremas en política cambiaria. Tenemos que acomodar gradualmente. Gane quien gane, lo que viene para mí es gradualismo, porque sería muy malo hacer políticas de shock. Tendrían consecuencias inflacionarias, recesivas. Gradualmente ajustaremos las políticas y es importante sentarnos con todos los sectores e ir acordando de alguna forma el acceso al mercado cambiario de acuerdo a las nuevas condiciones.

-La última.¿Ahorrá en plazo fijo o en dólares?

-Plazo fijo. Es importante: quien invirtió en pesos, le ganó sistemáticamente al tipo de cambio y le ganó al dólar ilegal. El blue ha caído, aún en este contexto. Vamos a trabajar para que el que ahorre en pesos siga ganando.

-¿No viene una devaluación?

-A ver. hay una flotación administrada. Bajo mi mandato no va a haber ninguna devaluación brusca.

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