Vaciamiento en el ex Diario El Atlántico: Crónica de una muerte anunciada

Vaciamiento en el ex Diario El Atlántico: Crónica de una muerte anunciada
Los trabajadores de Crónica de la Costa continúan de paro desde el lunes y detallaron en un comunicado qué fue lo que ocurrió a lo largo de estos meses de conflicto.

Los trabajadores del ex Diario El Atlántico iniciaron el lunes un paro por tiempo indeterminado en reclamo de la reincorporación del fotógrafo Diego Izquierdo, despedido arbitrariamente días atrás. Además, exigen que se resuelva la situación de otros dos trabajadores que se dieron por despedidos; y solicitan que el Grupo Crónica presente el plan de reestructuración de la empresa.

A través de un comunicado, los trabajadores explicaron y repasaron qué fue lo que ocurrió a lo largo de este mes y medio de conflicto, que incluyó la desvinculación de más de 25 personas de la empresa, presión psicológica, maltrato laboral y poca claridad por parte de los hermanos Raúl y Alejandro Olmos, propietarios de Crónica.

Como extrabajadores del diario El Atlántico de Mar del Plata, que hasta el viernes 29 de noviembre pertenecía al Grupo Olmos (diario Crónica, BAE, Democracia, Crónica de la Costa y Diario Show) queremos dar a conocer la situación que nos toca vivir, y que arrastramos desde hace tiempo.

Hoy estamos de paro, en una medida de fuerza que comenzamos el pasado lunes 13 de enero y que se mantendrá hasta que la empresa nos dé las repuestas pertinentes. Se cumplen cuatro meses del inicio de un conflicto en el que la empresa, hasta el momento, se desprendió sin ningún tipo de escrúpulos de 23 trabajadores. De los 49 que éramos meses atrás, actualmente quedamos 26, con un futuro por demás incierto.

A mediados de septiembre de 2013, desembarcó en el diario una consultora de medios denominada “La Máquina de Ideas”, prometiendo el mejor producto del mercado. Los puestos de trabajo, dijeron, no se tocarían. Un mes después comenzaron los rumores, y las versiones fuertes sobre una reestructuración, luego fueron rumores de despidos.

Se aclaró que los puestos de trabajo no se tocarían. Y aunque sólo se abriría un registro de retiro voluntario, lo cierto es que hubo 10 “retiros inducidos”. A esas personas, la empresa las convocó para intentar llegar a un acuerdo económico, argumentando que de esa manera se estabilizarían las finanzas del Grupo, para así poder seguir adelante. En ese contexto, también se despidió al director, Oscar Ortiz.

Entonces, una vez más, nos dijeron que los puestos de trabajo no se tocarían, que se estaban analizando las propuestas de la consultora, que el diario que había empezado a salir de 32 páginas saldría de nuevo de 40, porque no había que demostrar que el diario retrocedía. Cuando las versiones sobre la venta eran cada vez más fuertes, lo consultamos al director periodístico del Grupo Olmos, Rodrigo Conti. Dijo que no sabía nada.

El viernes 29 de noviembre, las autoridades de la empresa -Conti, Juan Pablo Vieytes (jefe de Medios Digitales) y Alejandro Olmos (director general y hermano de Raúl Olmos, CEO del Grupo)- nos dijeron que ese mismo día haríamos por última vez en esa redacción el diario El Atlántico.

Que la marca se había gerenciado por un año con opción de compra, que el empresario Néstor Otero -fuertemente ligado con el dueño del multimedios La Capital, Florencio Aldrey Iglesias- había pagado, y que sólo 5 de nosotros irían a la nueva redacción montada en Belgrano casi Córdoba.

A pesar de que inicialmente la responsable de Recursos Humanos del Grupo, Cristina Quintana, dijo que en caso de no querer trabajar para la nueva empresa, los trabajadores podían negarse y continuarían perteneciendo al Grupo Crónica, finalmente, cuando se encontraron con condiciones de trabajo muy precarias y expresaron su voluntad de retornar al Grupo, la empresa se negó.

El resto -trabajadores de redacción, armado, corrección, fotografía, administración, publicidad y recepción-, anunciaron, nos quedábamos en ese viejo edificio de gran valor inmobiliario, trabajando para el portal www.cronicadelacosta.com y para el resto de los productos del Grupo Olmos, sin mayores precisiones ni certezas.Con el paso de los días, una vez iniciado el proyecto digital y a pesar de los anuncios realizados, la empresa siguió llamando trabajadores para inducirlos, una vez más, a retirarse.

De esta manera, el Grupo Olmos se desprendió de dos trabajadores más, uno de ellos, con más de treinta años de antigüedad en el histórico diario El Atlántico.

El discurso – mientras tanto- continuó siendo el mismo que al comienzo del proceso: no se tocarían los puestos laborales y el proyecto, a pesar de las deficiencias a la vista, era una apuesta fuerte de la empresa.

Pocas semanas después, volvieron los llamados. Esta vez fueron tres los compañeros “invitados a retirarse”, porque “había que reducir el plantel estable de la redacción”, algo que nunca antes se había dicho, es más, lo habían negado.

Ante esta situación de desgaste psicológico y las graves irregularidades en cuanto al cumplimiento del convenio colectivo (incorrecta categorización) uno de los periodistas decidió reclamar su regularización a la empresa, a través de vías legales. Así fue que, ante la falta de voluntad y respuesta del Grupo, el compañero se dio por despedido y al día de hoy su situación continúa sin resolución.

En paralelo, el mes pasado, los dos fotógrafos que cumplían funciones para Crónica de la Costa -quienes no estaban contratados por la empresa, sino que debían facturarle desde hace años, ante la negativa de las autoridades de blanquearlos- cobraron sus sueldos quince días después que el resto de sus compañeros y, ante el reclamo efectuado, las autoridades adujeron no tener fondos para depositarlos.

Toda esta situación de continuo desgaste -sumada a la falta de garantías de continuidad laboral, dado el cese de un contrato temporario- llevaron a que una de las reporteras gráficas también decidiera reclamarle a la empresa su regularización, a través de vías legales. La respuesta del Grupo fue no reconocerle su relación laboral y negarle cualquier tipo de arreglo económico, por lo que se dio por despedida.

Finalmente, el pasado viernes 10 de enero, la empresa concretó el primer “despido formal”. El único fotógrafo que quedaba, quien tampoco estaba contratado por la empresa y a quien aún se le adeudan los haberes correspondientes al mes de diciembre, se encontró a imposibilitado de ingresar a su puesto de trabajo, como consecuencia de una decisión tomada por el jefe de medios digitales del Grupo Crónica, Juan Pablo Vieytes.

El encargado de comunicarle la novedad fue Oscar “La Momia” Demelli -representante del Grupo en Mar del Plata- quien le impidió el ingreso al edificio ubicado en Bolívar 2975.

Ante todo este escenario, los trabajadores y trabajadoras de Crónica de la Costa comenzamos a partir del lunes 13 de enero una medida de fuerza, que involucra una retención de tareas por tiempo indeterminado en reclamo de:

- La reincorporación del compañero despedido sin aviso previo y a quien le impidieron el ingreso a su puesto laboral.

- La resolución de la situación legal de los compañeros, quienes se dieron por despedidos ante la negativa de la empresa a regularizar su situación laboral.

- La recategorización y regularización del personal que cumple funciones para el Grupo Crónica, acorde al convenio colectivo de trabajo vigente en Mar del Plata(346/75).

- La presentación del plan de reestructuración del medio.

- El suministro de los recursos básicos para cumplir acabadamente las tareas periodísticas correspondientes (actualmente no contamos con fotógrafos, movilidad, área de publicidad, jefes ni una estructura organizativa).

Hasta que la empresa no ofrezca una respuesta a la altura de las circunstancias ni regularice los incumplimientos, continuaremos con la medida anunciada.

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