Urtubey, Massa y Monzó ahora trabajan una ruptura del bloque de diputados del kirchnerismo

Respondería a los gobernadores y le serviría al PRO para negociar. La fractura del Senado

El bloque de diputados del Frente para la Victoria podría partirse formalmente en unos veinte días, poco antes que empiecen las sesiones ordinarias, con una minoría referenciada en los gobernadores y más acuerdista con Mauricio Macri.

El impulsor de la fractura es el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, quien el viernes se reunió con Sergio Massa y Diego Bossio como parte de su hasta ahora infructuosa carrera para presidir el Partido Justicialista.

El primer coletazo será en la Cámara de Diputados, donde el bloque del Frente para la Victoria que conduce Héctor Recalde sigue la agenda de Cristina y Máximo Kirchner e ignora por completo las urgencias de los gobernadores.

Si bien el rechazo a los primeros decretos unió a la bancada en algunas conferencias, las últimas movidas se realizaron sin consultarlos, como el abrazo al Congreso para reclamar extraordinarias, impulsado por La Campora y la bizarra agrupación Resistiendo con Aguante.

Los camporistas repudiaron el acercamiento de Urtubey a Massa por lo que la relación ya no tiene retorno. El salteño se puso al hombro la ruptura y un primer punteo lo dejó con una base de 22 diputados, sobre los 98 ostentados por el Frente para la Victoria. 

Se trata además de un movimiento que forma parte de un desplazamiento más amplio y que no puede aislarse de, por ejemplo, lo que sucedió hoy en la provincia de Buenos Aires donde la bancada de diputados kirchneristas se partió, dejando al camporista José Ottavis en minoría en su rechazo al endeudamiento que solicitó María Eugenia Vidal.

La ruptura en la Cámara de Diputados dejaría al frente Cambiemos como primera minoría, un golpe de efecto duro para los resabios del kirchnerismo. Uno de los problemas que tiene esta jugada, es la defectuosa capacidad de operación política de Urtubey, por eso el macrista Emilio Monzó y Sergio Massa están interviniendo en la rosca con los diputados que podrías fracturar la bancada.

Uno de los problemas que tiene la jugada, son las limitaciones de Urtubey, por eso Emilio Monzó y Sergio Massa están interviniendo en la rosca con los diputados para acelarar la fractura de la bancada kirchnerista.

Además de los dos salteños (Pablo Kosiner, Eva Isa y Néstor David) y Bossio, se sumarían los emisarios de los gobernadores, como los ex mandatarios Luis Beder Herrera (La Rioja), Maurice Closs (Misiones) y José Luis Gioja (San Juan), todos con sus coterráneos. Los únicos mandatarios que se diferenciaron de la línea Urtubey fueron el chaqueño Domingo Peppo (todavía subsumido a la conducción de Jorge Capitanich) y Juan Manzur, quien lideró un asado con los intendentes del PJ que habían repudiado el encuentro de Massa y el salteño.

El resto prefiere quedarse a la retaguardia para no perder posibles beneficios. Hasta el entrerriano Gustavo Bordet, que pasó el primer mes de su gestión tomándose fotos con Rogelio Frigerio.

El formoseño Gildo Insfrán tiene a Juan Carlos Díaz Roig (por ahora, Luis Basterra está más cerca de Recalde), uno de los más activos cuando pelearon por las autoridades de la Cámara.

Más problemas tendrán los gobernadores cuando toquen la puerta de la Casa Rosada, si sus diputados boicotean cada proyecto del Ejecutivo. De hecho, en un trabajo de pinzas, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, ya tuvo dos rondas de reuniones con cada uno de los gobernadores peronistas.

La negociación ya comenzó. Como adelantó LPO, para levantar la ley cerrojo y abrir una negociación con los fondos buitres el presidente les ofrecería a las provincias tomar deuda externa, sólo posible con autorización de la Nación.

Serán todavía más necesarios los senadores del peronismo, con capacidad de quórum propio.

Ahí la relación es inversa: la minoría de la bancada está integrada por kirchneristas duros, que la semana pasada firmó un comunicado en rechazo de los despidos del Senado, avalados por Miguel Pichetto.

Es un grupo de no mucho más que una decena, pero que si Pichetto lo pierde resigna también su chapa de dueño del quórum. Por esa razón, los kirchneristas, siempre más beligerantes, no quieren irse y hablan de “dar la pelea por dentro”.

Pero a los gobernadores tal vez no les moleste echarlos y allanarle el camino al presidente. Al menos en los primeros meses de su gestión, tiempo de acuerdos.

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