La Universidad Nacional recuerda los 30 años de la primera asamblea

"Hemos arribado al momento culminante de la normalización universitaria en nuestra casa y en todo el proceso de recuperación del sistema universitario argentino, que observa cómo hoy finaliza esta etapa previa a la recuperación de la tan ansiada autonomía en la última universidad nacional de acuerdo con el calendario de normalización previsto" Víctor Iriarte, 30 de abril de 1986

El 30 de abril de 1986 la comunidad de la Universidad Nacional de Mar del Plata tuvo la oportunidad de elegir por primera vez un rector. Días previos se designaron los claustros y los decanos, dejando así escrita en la página de la historia de la casa de altos estudios al mes de abril del 86′, como una fecha en la que la democracia fue la protagonista.

Se cumplen 30 años de aquel día histórico para la Universidad, donde en el aula magna Coca Maggi del Complejo Universitario, se designó a Javier Rojo como rector. Recuerdos, discusiones y muchas emociones genera entre los protagonistas rememorar ese proceso eleccionario que se comenzó tiempo antes con los comicios de los claustros y luego con los decanos.

Corría abril y en la Universidad Nacional ya se sabía que ese era un mes clave. El rector normalizador, Víctor Iriarte, había anunciado tiempo antes que se comenzaría con todo el proceso eleccionario, así que en este marco los centros de estudiantes, los docentes y graduados, iniciaron las charlas, negociaciones y comenzó la “rosca política”.

Los tres candidatos con posibilidades de quedarse con el máximo cargo eran el entonces rector normalizador, Víctor Iriarte; el decano normalizador de Arquitectura, Javier Rojo, y el titular de Ingeniería, Daniel Avalos.

Pero para entender el significado del acontecimiento, vale la pena recordar que tras la derrota de Malvinas, en 1982, y la llegada de la democracia, los “primeros que impulsaron los vientos de cambio” fueron los estudiantes. Así lo entendió el arquitecto Hernán Vela, quien entre 1983 y 1986 fue presidente de la Federación Universitaria Marplatense. En diálogo con LA CAPITAL recordó: “Los centros de estudiantes y sus federaciones universitarias, concretaban actos de alto contenido simbólico y político como la quema de las chequeras de arancelamiento o, en el caso de Arquitectura, el descubrimiento de un mural con las fotos de los estudiantes detenidos-desaparecidos”.

Contexto

Las elecciones del 83′ se polarizaron entre dos propuestas: una representada por el peronismo con Italo Lúder, quien en el plano universitario, “todavía estaba en la memoria la nefasta gestión educativa del tándem Ottalagano -Ivanissevich en el gobierno de Isabel Martínez de Perón”, dijo Vela. La otra, encarnada por Raúl Alfonsín, quien sobre las universidades proponía “la restauración de los principios de la Reforma del ’18 es decir, autonomía universitaria, cogobierno, concursos docentes, periodicidad y libertad de cátedra”.

Vela recordó que la Universidad no estuvo al margen de estas cuestiones políticas y la Federación Universitaria Marplatense organizó el primer debate de los candidatos a intendente en el aula magna de Ciencias Económicas.

Con la llegada de Alfonsín al poder, se decretó la normalización de las universidades y se designaron los rectores normalizadores. En ese marco desembarcó el contador Víctor Iriarte , y llevó adelante la labor de crear -entre 1984 y 1985-, el primer estatuto universitario. Se concursaron gran cantidad de los cargos públicos de oposición y antecedentes con reconocidos jurados en cada materia, con participación estudiantil y de graduados. Entre el 9 y 11 de abril comenzó la elección de claustros y consejeros en las 8 facultades existentes.

“Para variar, en abril del 86′, ya nos jugábamos una parada difícil porque el candidato oficial del radicalismo era el rector normalizador, Víctor Iriarte, que estaba apoyado por figuras nacionales. Y nosotros, como regional Franja Morada de Mar del Plata, habíamos hecho una excelente relación con el arquitecto Javier Rojo y lo impulsábamos a él”, recuerda el ex intendente Daniel Katz. En este marco el 13 de abril la coordinadora avaló el plan universitario de Franja Morada, que estaba en desacuerdo con seguir lo establecido a nivel nacional que era apoyar a Iriarte.

“Recuerdo aquellas épocas con mucha movida, tratando de bloquearnos alguna asamblea en un local partidario para imponernos un candidato”, rememoró Katz y añadió: “Felizmente pudimos ganar, y seguimos trabajando árduamente por la candidatura de Javier Rojo, logramos el apoyo del MNR (brazo universitario del partido socialista popular) y luego fuimos sumando algunas otras agrupaciones estudiantiles”.

En este marco comenzaron las conversaciones para posicionar a los tres candidatos. Previamente, el 24 de abril, se eligieron seis decanos. Arquitectura y la Escuela de Ciencias de la Salud y el Comportamiento fueron las únicas que no lo hicieron. En Agrarias resultó electo José Pérez; en Derecho, Omar Jorge; Económicas, Juan Carlos Germain; Exactas, José Luis Cionchi; Ingeniería, Jorge Petrillo y en Humanidades, Liliana Belfumo de Boschi. Dos días después de la elección, el rector normalizador Iriarte anunció la anulación de las elecciones en Ingeniería y Derecho por “no ajustarse al estatuto de la Universidad al emitir el voto público en vez de secreto”.

En medio de “una rosca política” jamás vista, se llegó al 30 de abril. El aula magna Maggi del Complejo Universitario “estaba repleta”. La crónica del día dice que había 96 asambleístas presentes y que el ganador necesitaba alcanzar 49 avales. “Fue un tiempo de trabajo muy fuerte y se llegó a la asamblea con 3 grupos que descontaban el triunfo,” dijo Katz.

La votación terminó con Rojo con 52 votos, Avalos 30 e Iriarte, 13. “Faltando 10 o 12 votos, alcanzamos el número y se consagró Rojo rector. Por su puesto estallamos de alegría y algo que es para destacar de aquella época de la universidad, es la corrección de los otros sectores y candidatos, quienes se sumaron a los festejos”, recordó Katz, quien luego fue secretario general de la Universidad Nacional de Mar del Plata y tiene buenas evocaciones de aquellos años de gestión junto al rector.

Sin duda 1986 fue un año de mucha vida política dentro de la Universidad. En esos tiempos se terminó de conformar las bases del funcionamiento de la casa de altos estudios, y en ese espacio nacieron personajes y políticos que fueron haciendo historia en la ciudad. A 30 años de aquel momento, muchos miran con nostalgia aquellos tiempos pero sienten que dieron un paso importante en la democracia universitaria.

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