Unidos por el espanto en la provincia

Unidos por el espanto en la provincia

El fracaso de las políticas económicas del Gobierno nacional obligaron a la gobernadora María Eugenia Vidal a volver a la primera línea de fuego para ponerse al frente de la defensa del nuevo ajuste que deberá aplicarse como consecuencia del acuerdo con el FMI, que además no está dando los resultados que Cambiemos esperaba para el corto plazo.

 

Se hizo evidente que los estrategas de la política electoral del oficialismo decidieron adelantar los tiempos y volver a mostrar a la mandataria bonaerense para que intente recuperar la iniciativa que ante la crisis perdió, y no puede retomar, el presidente Mauricio Macri.

Pero por supuesto que una decisión de esa naturaleza tiene un costo político que, de acuerdo a como se comporte la relación de fuerzas en la provincia, podría ser altísimo para el oficialismo. 

Es que esta permanente oscilación entre ocultar y exponer a Vidal para defender decisiones que además rara vez tienen que ver con la provincia, empieza a desgastar la idea de autonomía frente al presidente y queda cada vez más claro que más que el funcionamiento de un equipo de trabajo lo que hay es una total subordinación a Balcarce 50.

Las noticias para la mesa chica de la gestión provincial son malas. Los indicadores económicos obligan a una profundización del recorte en obra pública, incluso antes de que se materializara completamente el que ya se había anunciado apenas comenzada la corrida cambiaria de hace 2 meses.

En materia de negociación salarial sobrevino otro dolor de cabeza con la "autorización" de nación de rediscutir aumentos de hasta 25 puntos, lo que obliga a revisar los pocos acuerdos firmados y fortalece la posición de los sectores más combativos, que hoy son amplia mayoría, y que podrán exhibir los números de la inflación como un triunfo en términos analíticos, ya que sus proyecciones fueron muchísimo mejores que las del gobierno.

Esta semana Vidal debió admitir que el aumento de precios será mayor al esperado y en paralelo intentó retomar la iniciativa política con una especie de relanzamiento de la gestión mediante el anuncio de un aumento en las jubilaciones mínimas y en las asignaciones familiares y en un adelantamiento del medio aguinaldo, que sin embargo no lograron causar el impacto esperado.

Es que en términos concretos el adelanto del aguinaldo fue de apenas 3 o 4 días, de acuerdo al cronograma de pago de los estatales, el aumento anunciado dejó a las jubilaciones apenas por encima de la línea de pobreza, y la actualización de las asignaciones familiares no fue suficiente para recuperar la pérdida con respecto a la inflación del año pasado.  Es decir que esta vez la puesta en escena no convenció y expuso la debilidad de un gobierno que se va quedando sin ideas.

En la vereda de en frente los sectores del peronismo rápidamente olieron la sangre de un cuerpo herido y se retomaron contactos para tejer alianzas eventuales en la Legislatura y ante alguna situación concreta, pero con los ojos puestos en las elecciones de 2019, en las que creen que Cambiemos no podrá repetir candidatos por la brusca caída en la imagen del presidente.

El kichnerismo, el Frente Renovador y el PJ Unidad y Renovación recuperaron la armonía y demostraron esta semana que tienen capacidad de articular algunas iniciativas en el ámbito legislativo, sin que el gobierno pueda hacer primar los "acuerdos de gobernabilidad", lo que sumó un elemento más de preocupación entre los armadores del macrismo bonaerense.

El pedido para que se dé marcha atrás con el recorte en los Equipos de Orientación Escolar y uno similar para que el gobierno intervenga en la situación que está atravesando el Hospital El Cruce, lograron reunir a dirigentes de todos los bloques peronistas, dejando en claro que en los ejes “Salud” y “Educación”, ya no hay chances de alcanzar ningún acuerdo político.

Claro que esto está lejos de representar algún acuerdo de unificación.  Pero si es más que suficiente para comenzar a delinear algunos límites a las políticas de ajuste, y en términos políticos para empezar a discutir quienes serán los encargados de disputarle los lugares a Cambiemos en 2019.

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