La Unidad que profundiza la grieta interna

La Unidad que profundiza la grieta interna

El peronismo y el kirchnerismo irán otra vez juntos a las urnas bajo la conducción de Cristina, pero se vio con claridad en Arsenal: la versión 2017 de la ex presidenta los aleja más.

“¿Te acordás cuando Néstor no nos dejaba cantar la marcha? Bueno, eso: volvimos a la transversalidad.”

En la conclusión que se le escuchó este martes a un dirigente histórico del conurbano a la salida del estadio de Arsenal se nota el regusto amargo que parece sentir en el paladar la dirigencia peronista más apegada a la tradición partidaria cuando traga la Unidad Ciudadana presentada por la versión más desperonizada que haya ofrecida Cristina Fernández de Kirchner de sí misma.

La paradoja de la Unidad Ciudadana, el frente electoral que la ex presidenta construyó en la provincia de Buenos Aires arrumbando a un costado al Partido Justicialista, columna vertebral del movimiento fundado por Juan Perón, esconde la paradoja de ser una unidad que, hacia adentro del mundo peronista, profundiza una grieta que ya es folclórica: el kirchnerismo es cada vez menos peronista y el peronismo, cada vez menos kirchnerista.

El acto que Cristina protagonizó -con excluyente protagonismo- en el club que fundara su ex socio político Julio Grondona ofreció una diversidad perturbadora de condimentos políticos que expresaron la tensión que retuerce por dentro al armado que el grueso del peronismo bonaerense aceptó sacar a la cancha de estas elecciones legislativas.

En la organización del acto hubo peronismo explícito: los caciques del conurbano aportaron aparato movilizado en cientos de colectivos que colapsaron la bajada de la Autopista Buenos Aires La Plata y la avenida que corre paralela al viaducto. Hubo, en un radio de cinco cuadras a la redonda, choripán del mejor a 40 pesos. Y hubo, en el campo de juego y en las tribunas del estadio, dedos en V. Pero no hubo, por pedido de CFK, banderas que identificaran a las agrupaciones, a los movimientos sociales, a los sindicatos. Estuvo en el palco el barón metalúrgico de Tres de Febrero, Hugo Curto, pero en la cancha no hubo ninguna bandera de Curto Conducción.

La alfombra de banderas argentinas que mostraban los drones que sobrevolaban a la multitud y las apelaciones de Cristina a la ciudadanía -no al Pueblo-, a la sociedad y a los compatriotas –no a los compañeros ni a las compañeras- podían habilitar a un desprevenido a confundir la presentación de Unidad Ciudadana con el lanzamiento de un frente de la derecha liberal.

La entonación del Himno Nacional y no de la Marcha –sofocada por la aparición, enganchada como por un DJ al término de la canción patria- de la muy kirchnerista Juguetes perdidos de los Redondos a todo volumen podía consolidar la confusión.

Un dato: en medio del discurso de Cristina –que hizo eje en la necesidad de construir algo más grande, casi disolvente, de los partidos políticos- una vez se escuchó el cántico “Cristina Senadora, Cristina Senadora“ y otra vez “Se siente, se siente, Cristina Presidente”. Esos cánticos se escucharon, pero no fueron un trueno.

Tras el final sin Marcha, en las caras de muchos de los que pisaban el césped de Arsenal este cronista creyó ver muecas de algo que podría identificarse como resignación, acaso insatisfacción –como en un recital sin bises. Cristina –menos confrontativa, menos vehemente, encima con su garganta maltrecha- había conmovido pero no había enfervorizado. El frío del martes polar nunca fue calor de un día peronista, a pesar de la multitud reunida en Avellaneda. 

El regreso a las fuentes de la política celebrada en actos masivos con los líderes de cuerpo presente frente a sus seguidores acaso haya sido sólo una apariencia. Quizás el destinatario del mensaje de la Cristina 2017 haya estado del otro lado de las pantallas de televisión y no en la cancha ni en las tribunas. Una pista la dio ella, que esta vez no convocó a la militancia: llamó a saltar la “endogamia de los dirigentes” para movilizar “a la sociedad”, sujeto político de su Unidad Ciudadana.

¿El peronismo orgánico ortodoxo pejotista partidocrático o como se le quiera llamar le dará la espalda a la versión menos peronista que Cristina haya ofrecido de sí misma? Difícilmente. El grueso de la dirigencia del PJ ya decidió: estuvo representada este martes en Arsenal y hasta el sábado pujará por un lugar en las boletas de Unidad Ciudadana, esa criatura que, alumbrada en aquella mañana lluviosa de abril de 2016 en Comodoro Py, profundiza la grieta interna sin hacer otra cosa que reeditar, con nuevos bríos, la transversalidad que Néstor Kirchner supo concebir.

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