UNEN no pudo acordar su programa y aplaza el acto de relanzamiento

a interna opositora. Diferencias entre Sanz, Cobos, Binner y Solanas. Los presidenciables se iban a mostrar el 18 por primera vez desde el portazo de Carrió. Ahora no saben cuando será.

Si de señales se trata, la suspensión del acto de presentación del plan de gobierno del Frente UNEN se aproxima mucho al de un réquiem. El rezo de la despedida, que de todos modos los referentes del espacio se resistirán a dar por el momento, sobrevolará el espacio de centroizquierda de confirmarse que el jueves próximo, en el teatro Astros, no posarán para la postal de reconciliación los cuatro presidenciables que quedan en pie tras la ida de Elisa Carrió.

La cita se había promocionado con bombos y platillos, pero las divergencias internas les deparó un estancamiento en la propuesta y ahora no encuentran una nueva fecha para el aplazamiento obligado. Es que ya llegan las Fiestas y enseguida las vacaciones, que cada candidato aprovechará para llevar agua de campaña a su molino.

En público, los integrantes de la mesa nacional de UNEN, que integran segundas líneas de las 8 fuerzas del Frente, sólo admiten que se les complicó la convocatoria porque la semana que viene habrá una maratón de sesiones en las dos cámaras parlamentarias que muchos de los referentes partidarios integran. Suena a excusa, porque las sesiones estaban programadas desde hacía tiempo.

Otras fuentes que suelen ser más sinceras con los pormenores políticos –tanto en las buenas como en las malas– le confesaron a Clarín que las razones son bien diferentes. A saber:

Por un lado, las desavenencias entre los presidenciables que se fueron agigantando tras la breve tregua a la que se vieron obligados a someterse por el sonoro portazo de Carrió, que puso en riesgo la supervivencia del propio Frente. Unos silenciosamente alimentaron la pista asfaltada por la chaqueña para rumbear al espacio detrás de Mauricio Macri. Otros, como Julio Cobos lo hizo sin disimulo, se plantaron del lado de enfrente para negociar con Sergio Massa. El agua y el aceite, a esta altura de la precompetencia electoral.

Los que no quieren aliarse ni con uno ni con otro quedaron desorientados. Entre ellos los socialistas, que esperan el regreso de su líder, Hermes Binner, el lunes desde Europa (donde visitó a sus pares de la socialdemocracia), para saber cómo seguir.

Otro motivo: el programa está avanzado en temas como economía, política social y educación, pero hay insalvables diferencias sobre seguridad, energía y política exterior. Pino Solanas no cede en su rechazo al “fracking”. Los socialistas auténticos resisten la socialdemocracia y prefieren los lazos con la Venezuela chavista, según las fuentes. El economista radical Javier González Fraga fue el que más suerte tuvo al lograr coincidencias para sus planteos de inversión, producción y distribución.

Igual, en UNEN creen que no todo está perdido. Y encargaron a la mesa que siga tejiendo acuerdos. Alicia Ciciliani (PS), Juan Manuel Casella (UCR), Pablo Javkin (ARI), Ricardo Vázquez (GEN) y Humberto Tumini (Libres del Sur) son, entre otros, los que deben asumir esa misión “casi” imposible. 

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