Ultimos días del mandato de Lamosas; luego, incertidumbre

A partir de este lunes se consumen los días finales del mandato legal del ntendente municipal. Desde diferentes instituciones avalan su gestión de cuatro años. La oposición asegura que la crisis sanitaria expuso su falta de liderazgo. Propios y extraños encuentran razones de elogio y críticas a su estilo de gobernar. La bandera de llegada está cerca pero en estos días de pandemia todo parece lejano.

Si la política fuera una disciplina del atletismo, el intendente de Río Cuarto sería un corredor de fondo, no un velocista. Desde que puso el primer pie en el terreno de los asuntos públicos siempre se caracterizó por las largas distancias y no en el pique corto en velocidad. Pero en estos  últimos metros se vio obligado a acelerar la marcha cuando en su planificación de carrera estaba pensando en el largo aliento de los próximos cuatro años y no en transformarse en un corredor de cien metros llanos con los obstáculos de la pandemia.

“Esta gestión no va a pasar a la historia. Tuvo un período de desarrollo con apoyo nacional y provincial como creo que ningún otro gobierno municipal había tenido. Y, sin embargo, cuando uno mira hacia adelante, busca lo trascendente de esta gestión, lo recordable, es difícil encontrar algo. Otros han hecho con mucho menos, mucho más”, asegura Humberto Benedetto, el diputado del Parlasur por Cambiemos. Para el hombre fuerte del juecismo en Río Cuarto, la gestión de Llamosas ha sido pobre pero el intendente se las ha arreglado para mostrar como algo importante hasta el más mínimo detalle como, por ejemplo, la pintura de refacción de un edificio público.

En el otro extremo, la directora del Centro Cívico Provincial opina que “en estos últimos cuatro años Río Cuarto ha tenido un crecimiento importante, se ha ido notando, no solo en las obras, la presencia del Estado, la posibilidad de haber podido haber trabajado en equipo, de que cada uno de los programas, cada acción puntual de las distintas jurisdicciones del Estados pudieran ir en conjunto, permitiendo la optimización de los recursos que han llegado a la gente en las diferentes esferas de lo que la ciudad necesita”, asegura la abogada Samanta David, la mujer fuerte puesta por Carlos Gutiérrez al frente de la Delegación del gobierno de Córdoba en la capital alterna.

Entre la crítica ácida y el elogio endulzado hay una realidad que ha caracterizado al mandato de Llamosas que está llegando a su fin. Es cierto que Río Cuarto recibió recursos significativos, sobre todo de la Provincia, para apuntalar una administración peronista en una ciudad básicamente radical refractaria a la lógica del ejercicio del poder emparentada al Partido Justicialista. Pero también es verdad que el intendente con su estilo supo ponerse en sintonía  tanto con El Panal como con la gestión macrista para conseguir recursos para sus arcas. El estilo dialoguista de Llamosas lo ayudó en esa estrategia.

“Yo creo que es un persona que socialmente se ha manejado bien, que ha tenido llegada con todos los sectores, con el empresariado, con los sectores más vulnerables; me parece que todo el equipo que tiene en la parte social es destacable, por los menos si uno evalúa la gestión completa”, considera el Federico García, Vicepresidente del servicios del CECIS (Centro Empresario, Comercial, Industrial y de Servicios) de Río Cuarto.

El Intendente logró buena sintonía con las diferentes instituciones de la ciudad, algunas de las cuales justifican sus déficits en los tiempos adversos que le tocó gobernar. “Es muy difícil generar políticas de gestión cuando los recursos se encuentran muy subestimados; para mi la intendencia de Juan Llamosas ha sido acorde a los momentos que nos tocan vivir a quienes estamos en gestión. En estos momentos es cuando la acción política es revalorizada. Llevar adelante la posibilidad que tiene la ciudad en todo lo complejo que tiene en lo social y en lo económico en momentos de gravísimas dificultades es sumamente difícil y creo que el intendente ha estado a la altura del cargo que le ha tocado ocupar, no tengo ninguna duda”, asegura Jorge González, vicerrector de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

La institución educativa que es conducida por un directivo de extracción radical y otro de origen peronista ha trabajado de manera conjunta con la Municipalidad en uno de sus principales iniciativas, el presupuesto participativo. Además durante la pandemia se articuló el trabajo entre el Palacio de Mójica y el Campus universitario.

Si bien Llamosas tiene el beneficio del entendimiento respecto de los tiempos duros y de vacas flacas que le tocó atravesar, también está sometido a los pendientes que en sus cuatro años de gestión no pudo solucionar. El irresuelto mantenimiento de la infraestructura vial, su mala gestión de la deuda heredada y el propio compromiso tomado en dólares. En el debe también está la ineficaz regulación del  servicio de transporte y sobre todo el pesado costo de la higiene urbana.

“Cotreco ha sido una dificultad para gobernar, que es una herencia de Cambiemos. Nos parece importante la remunicipalización del servicio en su conjunto, integrando un sistema que tenga mucho más que ver que con la recolección de residuos, con el tratamiento y el reciclaje, la articulación de los cartoneros que deben ser sumados a las políticas públicas. Esto y el sistema de transporte urbano son cuestiones modificables”, opina Federico Giuliani, Secretario General de ATE a nivel provincial.

El dirigente gremial culpa al macrismo del momento actual al que califica “la peor pesadilla para los trabajadores” y justifica las defecciones de Llamosas en la pesada herencia de la gestión anterior. Giuliani sorprende pidiendo cuatro años más de gobierno para evaluar al final de dos períodos de manera “más clara y más fina; es más importante juzgar una gestión en 8 años que en 4, por eso sería fundamental que el peronismo tuviera en setiembre la posibilidad de, por primera vez en la historia, ser gobierno en Río Cuarto por dos veces consecutivas”.

¿Qué cosa fuera si la pandemia no existiera?, ejercicio contra fáctico de difícil adivinación. Se puede especular que Llamosas tenía la reelección cocinada si el coronavirus no le hubiera apagado el fuego. En donde unos encuentran virtud en el intendente, otros defectos.

“En el período de pandemia se mostró una de las características del jefe municipal que es la falta de decisión, uno lo que hacía era verlo pidiéndole permiso a Córdoba y viendo que pasaba a nivel de Buenos Aires, pero jamás planteando una decisión propia; a mí me da que pensar porque el escenario que viene va a ser muy complicado y no estoy seguro que Llamosas esté capacitado para ser un piloto de tormentas”, cuestiona Benedetto.

Como era de esperar Samantha David tiene una óptica diferente del rol del intendente. “Nosotros llevamos 100 días de pandemia y no hemos tenido grandes inconvenientes… Por supuesto que estuvo alineado con la Provincia y esta con la Nación, es una situación de fuerza mayor que nunca nos había pasado y todo esto tenía que tener un orden que ha sido muy beneficioso y por eso se han generado los COE, creo que hemos trabajado muy bien. ¡No sé qué pretenden! ¿Que mañana el  intendente defina que se terminó el aislamiento?”.

La incertidumbre por cómo se resolverá el conflicto institucional, ahora judicializado, más el indudable desgaste que ha sometido a todos los gobernantes la pandemia y sus consecuencias ponen a la elección que viene en un plano de competitividad que no tenía antes de los primeros días de marzo. Los candidatos opositores los saben y buscan con urgencia encontrar el desfiladero por dónde transitar para hallar las palabras justas y así articular un mensaje que interprete el indescifrable humor social de este tiempo.

Unos optaron por poner todas las fichas en el coronavirus. Otros, en cambio, quieren hablar de la deuda y sus consecuencias. Pero tal vez se estén olvidando que una gestión municipal es juzgada por coyunturas locales antes que por problemas macro estructurales. Un intendente que ahorro en obras para pagar deudas y perdió. Otro que no tapó los baches y se lo facturaron en las urnas. Samanta David con su intuición de mujer política le hace sonar la campanita al Intendente. “Más allá de la pandemia que estamos atravesando, si yo como ciudadana le tengo que pedir algo es que nuestro centro tenga otra vida, a lo mejor no es lo más trascendente pero me parece que nos está faltando eso, tener más emprendimientos; por ahí veo que la ciudad se va quedando comparando con otros lugares; me gustarían más paseos, embellecer un poco pero teníamos mucho para hacer primero”.

Entre el covid-19 y la emergencia sanitaria, entre la economía y su cuesta abajo en la rodada, entre una sociedad ansiosa y angustiada, los dirigentes políticos riocuartenses deberán en 90 días convencernos de un proyecto de ciudad para los próximos cuatro años. El intendente corría confiado en el aire que regulaba cuando la carrera estaba planteada de largo alcance. Ahora ha tenido que acelerar en un sprint de cierre que llena de incertidumbre sobre con cuánto oxígeno arribará a la meta final. Así son las cosas.

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