Ucrania: Obama y Putin hablaron, pero no logran destrabar la crisis

Ucrania: Obama y Putin hablaron, pero no logran destrabar la crisis
Fue el segundo tenso contacto en menos de una semana. El jefe de la Casa Blanca pidió el retiro de las tropas. El ruso defendió su derecho a intervenir. Ambos dijeron que se debe seguir conversando.
Barack Obama usó ayer el teléfono rojo. No fue el mítico aparato de la Guerra Fría, aquella línea exclusiva entre la Casa Blanca y el Kremlin cuando algún hecho de extrema peligrosidad acechaba, pero la situación se le pareció bastante: el presidente estadounidense llamó ayer a la madrugada a su colega ruso Vladimir Putin, cuando la situación en Ucrania se ponía cada vez más caliente. En un ambiente tenso, hablaron por más de una hora pero no llegaron a ningún acuerdo, salvo seguir dialogando a través de sus respectivos cancilleres.

Desde la Casa Blanca, donde casi todos los días hay en la vereda protestas de ucranianos con banderas y pancartas, Obama le comunicó formalmente a Putin las sanciones impuestas ayer contra Moscú, pero insistió en que todavía existe “un camino para solucionar la crisis en Ucrania por vías diplomáticas”, según se informó oficialmente.

Obama insistió en que la solución pasa porque “los gobiernos de Ucrania y Rusia sostengan conversaciones directas, facilitadas por la comunidad internacional” y que Moscú acepte el despliegue de “observadores internacionales que aseguren los derechos de todos los ucranianos, incluidos los de la etnia rusa”, en preparación de las elecciones de mayo.

La conversación tuvo un tono cordial, pero fue por momentos tensa. Putin coincidió en la “importancia fundamental de las relaciones entre ambos países para garantizar la estabilidad y la seguridad en el mundo”. Sin embargo, el ruso no se movió un centímetro de lo que viene diciendo desde que el presidente ucraniano Victor Yanukovich fue destituido tras varias semanas de revueltas populares. “Fue un golpe de Estado anticonstitucional que no tiene respaldo nacional”, dijo Putin a Obama, según el comunicado difundido por el Kremlin.

Putin resaltó, además que las nuevas autoridades ucranianas “imponen medidas ilegítimas en las regiones del sureste, el este y en Crimea”. Y dijo que por eso el gobierno ruso actuó “apropiadamente y en plena conformidad con el Derecho Internacional”. Inmediatamente, Obama le replicó: “Rusia está violando la soberanía de Ucrania”.

El diálogo entre los mandatarios se produjo luego de que el Parlamento de la autonomía ucraniana de Crimea, poblada mayoritariamente por rusos étnicos, decidiera incorporar su territorio a Rusia y convocara a una consulta popular para el 16 para refrendar esa situación. Este referendum fue declarado ilegal por Ucrania y la comunidad internacional. En la conversación, Obama le exigió a Putin que las tropas rusas estacionadas en suelo ucraniano “vuelvan a sus bases”.

Pese a la rispidez del diálogo, los presidentes acordaron seguir dialogando a través de sus respectivos cancilleres. John Kerry y Serguei Lavrov “continuarán las discusiones con las autoridades de Ucrania y otros socios internacionales” para tratar de encontrar una solución negociada, dijeron.

Obama había anunciado el jueves que aplicaba restricciones de visas a ciudadanos rusos y otros adversarios del gobierno de Ucrania en Kiev y autorizó penalidades financieras más amplias contra los involucrados en la intervención militar. Pero dos senadores estadounidenses quieren ir más allá y golpear a Moscú en su punto más débil, el fútbol. Los republicanos Mark Kirk y Dan Coats mandaron una carta a la FIFA para que suspenda a Rusia como miembro de la asociación y que le impida, además, participar en la Copa de Brasil de este año. Solicitaron que también se le retire a Moscú la organización del Mundial 2018.

La Unión Europea tiene una posición más tibia. Suspendió conversaciones con Moscú sobre acuerdos económicos y los planes de conceder libertad de visas dentro de la UE. Pero los presidentes y primeros ministros europeos están divididos sobre sanciones más enérgicas, como la congelación de bienes y prohibición de viajes a funcionarios rusos. La UE cree que apuntar contra los magnates o compañías rusas que gastan millones en Europa podría perjudicar la economía del bloque. La alemana Angela Merkel dijo que las medidas europeas contra Rusia dependerían “de cómo funcione el proceso diplomático”. El comercio de EE.UU. con Rusia es menos de una décima parte del europeo.

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