Turquía vuelve a sufrir por un atentado: 10 muertos en el corazón de Estambul

Turquía vuelve a sufrir por un atentado: 10 muertos en el corazón de Estambul

Tres meses después del ataque en Ankara, un suicida se inmoló en la explanada de Sultanahmet; ocho de los muertos eran alemanes; Erdogan apunta a EI

ESTAMBUL.- Una bola de fuego dominó la explanada de Sultanahmet, en el corazón turístico de Estambul, y puso en guardia al resto del mundo, en un atentado terrorista que dejó diez muertos, nueve de ellos extranjeros, perpetrado por un atacante suicida que el gobierno turco atribuyó a Estado Islámico (EI).

La potente explosión, que se sintió a varios kilómetros de distancia, ocurrió a las 10.15 (hora local) en las inmediaciones de la basílica de Santa Sofía y de la Mezquita Azul, dos de los monumentos más visitados de la ciudad. Pasado el pánico inicial de los turistas que huían en todas direcciones, se comprobó que ocho de las víctimas eran de Alemania y una de Perú, en tanto la décima no fue identificada. Hubo 15 heridos, nueve de ellos también alemanes. El atacante habría sido un sirio de 27 años, según el gobierno.

"Oí una fuerte explosión y luego muchos gritos. Luego vi una bola de fuego y me fui corriendo", relató un testigo que no quiso dar su nombre. "Estoy completamente seguro de que no era una bomba, sino un atentado suicida", agregó, cuando aún no se esclarecía el origen ni el alcance del atentado terrorista.

Ambas cosas fueron rápidamente determinadas por el gobierno turco, que en los últimos meses pasó a ser blanco de EI, el movimiento terrorista con base en la vecina Siria e Irak y que el gobierno de Recep Tayyip Erdogan combate como miembro de una coalición internacional.

El país "es el primer objetivo de todas las organizaciones terroristas que actúan en la región, porque Turquía lucha contra ellas de forma decidida", señaló Erdogan. Acusado de ser demasiado contemplativo con los jihadistas, el año pasado el mandatario no sólo decidió finalmente integrar la alianza contra EI, sino que también arrestó a varios sospechosos de militar en ese movimiento jihadista.

El precio fue tener que vivir en estado de alerta permanente desde el doble atentado suicida del 10 de octubre en Ankara, perpetrado por EI, que dejó 103 muertos y 500 heridos y que estuvo dirigido contra manifestantes kurdos en la estación de tren de la ciudad. Los kurdos, los más aguerridos combatientes contra el dominio de EI en Siria e Irak, eran un blanco propicio para los terroristas.

La canciller alemana, Angela Merkel, calificó el atentado en Estambul como "acto asesino" y expresó su profundo pesar por la muerte de ocho compatriotas, sucedida cuatro días después de que Alemania enviara aviones de combate para tareas de reconocimiento a Siria.

"Hoy le tocó a Estambul, antes a París, Copenhague, Túnez y tantos otros lugares. El blanco siempre es el mismo: nuestra vida en libertad y nuestras sociedades libres. Los terroristas son enemigos de todos los seres humanos libres. Sí, son enemigos de toda la humanidad", afirmó Merkel.

Que el ataque fue un tiro por elevación a toda la comunidad internacional fue una opinión compartida por el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, para quien el atentado de ayer "es uno de los ejemplos más bárbaros de las acciones de la organización terrorista Daesh", el acrónimo en árabe de EI que usan en la región.

Otra víctima inmediata fue la industria del turismo de Turquía, fuente primordial de ingresos para la economía nacional. El país incluso se había beneficiado cuando las empresas rusas de turismo desviaron a muchos de sus viajeros hacia allí, después de que un avión de línea ruso fuera derribado, en octubre pasado, luego de despegar de Egipto.

"Hay 7000 hoteles en esta zona. Los turistas ahora quieren irse. Ya están buscando pasajes. Con esta explosión este año se ha terminado para nosotros", lamentó el presidente de la Asociación Sultanahmet de Turismo, Yasar Yavuz.

La explanada de Sultanahmet, que comunica la Mezquita Azul con la basílica de Santa Sofía, es el lugar más turístico de Estambul, ciudad que recibe 10 millones de viajeros al año. La zona fue blanco de un ataque un año atrás, el 5 de enero de 2015, cuando una ciudadana rusa de EI se hizo detonar en una comisaría muy cercana a la explanada. El ataque dejó un policía muerto, pero no impactó de lleno en el turismo.

La reacción internacional no se hizo esperar. La Casa Blanca condenó "en los términos más enérgicos" el atentado y reafirmó su apoyo a Turquía, "un socio fuerte y un valioso miembro de la coalición contra Estado Islámico". También hubo condenas de la ONU, la Unión Europea (UE) y países de la región.

Rusia, distanciada del gobierno de Erdogan por un reciente roce diplomático, también se solidarizó con Turquía y calificó el atentado como un "crimen cínico" que demuestra la necesidad de formar un frente común contra el terrorismo.

La condena de los líderesRecep Erdogan 

Presidente de Turquía

"Este acto lo cometió un suicida sirio. Turquía es el blanco principal de todas las organizaciones terroristas en la región"

Angela Merkel 

Canciller de Alemania

"El objetivo de los terroristas es la libertad de nuestras vidas. Son enemigos de toda la humanidad"

del editor: por qué es importante. De confirmarse que EI está detrás del ataque en Estambul supondría una prueba más de cómo la guerra en la vecina Siria se filtra en Turquía.

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