El turismo para parejas gay crece en la Argentina

El turismo para parejas gay crece en la Argentina

Argentina fue el primer país de Latinoamérica en legalizar el matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Con la sanción, en julio de 2010, de la ley 26.618, más conocida como de matrimonio igualitario por otorgarle a las parejas homosexuales los mismos derechos que siempre tuvieron las heterosexuales, la vida de muchos argentinos cambió.

Pero también la de los extranjeros que cada mes viajan al país para formalizar y legalizar su relación amorosa así como para conocer un destino con multiplicidad de atractivos culturales, geográficos, históricos y turísticos.

De su mano, también surgieron oportunidades de negocios. Así, todos ganan porque, a modo de referencia, casarse y disfrutar de una luna de miel en la Argentina es entre un 50 y un 25 por ciento más barato que en los Estados Unidos o Europa según diversas fuentes consultadas.

Según datos del Instituto Nacional de Promoción Turística (INPROTUR), la llegada de visitantes del segmento LGBT (gay, lésbico, bisexual y transexual) superó el año pasado la cifra récord de 445.000 turistas, con un aporte a la economía del país de más de u$s1.200 millones.

Por lo pronto, son 22 los países que permiten la unión legal homoparental pero la mayoría posee restricciones, de modo tal que no equipara los derechos que poseen los hombres y mujeres que se casan entre sí. En ese sentido, Pablo de Luca, presidente de la Cámara de Comercio Gay Lésbica Argentina (CCGLAR), explica a BAE Negocios que, en el país, “con la ley de matrimonio igualitario hubo un antes y un después. Por un lado, porque es el único país en el que pueden casarse gays extranjeros. Y como la ley habla de contrayentes, y no de hombre y mujer, no hizo falta adaptar ni la ley de divorcio ni la de adopción” como sí ocurre en otras naciones.

Así, “la sensación que existía respecto a que Argentina es un destino gay friendly, ahora es un hecho”, explica Lucas Lanosa, dueño de la Agencia Travel 54. Será por eso que “cada vez tenemos más matrimonios gays que eligen la Argentina. Ya lo hacían antes de la ley de matrimonio igualitario pero decisiones políticas como esas van muy de la mano con un cambio respecto a la actitud y la visión que tiene, en general, la sociedad”. Otro aspecto a favor es que en este segmento “funciona el boca a boca. Es una comunidad que se basa mucho en recomendaciones”.

Otro dato a destacar es que en cada vez más localidades argentinas es posible el casamiento exprés. Es decir, que no hace falta que los extranjeros esperen los treinta días reglamentarios para sacar el turno en el registro civil y hacerse los análisis premaritales que se exigen, sino que con sólo cinco días de estadía en determinadas ciudades del país, pueden contraer matrimonio. Ellas son la provincias de Mendoza, Santa Fe y Misiones y las ciudades de Buenos Aires, Salta, Carlos Paz, Ushuaia y Puerto Madryn y “como San Martín de los Andes trabaja muy bien lunas de miel para este mercado, estamos haciendo gestiones para que Neuquén también pueda adaptar sus tiempos al matrimonio exprés”, señaló De Luca.

Casamiento para todos y todas

Lo cierto es que los matrimonios de parejas extranjeras del mismo sexo son recurrentes en la Argentina. Laetitia Orsetti, la francesa que desde hace años vive en el país donde está al frente de Faboulous Weddings, empresa que organiza casamientos, tanto hetero como homoparentales, asegura que “desde 2010, más de 12.500 parejas gays se casaron en la Argentina; un promedio de 200 por mes”. Ella, quien también los asesora para que puedan realizar los trámites y para que pasen algunos días en el país a modo de luna de miel, indica que sus clientes provienen de todas partes del mundo. Desde Inglaterra y Francia pasando por República Dominicana y hasta de Trinidad y Tobago, por mencionar sólo algunos países.

A diferencia de las bodas heterosexuales que tiene su temporada alta, las fiestas del segmento LGBT se realizan en cualquier momento. Orsetti asegura celebrar entre dos y cuatro por mes. Suele hacerlo mediante “ceremonias simbólicas. Y, previamente, los novios toman un día de shopping vip en el que van a buscar el vestuario” que lucirán para la boda. También es habitual que compren en el país los anillos. En cuanto a la sesión de fotos, la hacen “en la ciudad o en la habitación”. Como no existe esa tradición heterosexual por la cual los novios no puedan ver su vestimenta hasta último momento, en estos casos es común que la producción fotográfica se realice antes de la ceremonia.

Por su parte, Sandra Laperrausaz, dueña de Planifica Eventos, compañía que también se ocupa de organizar celebraciones de bodas hetero y homoparentales, indica que “los gay son más exigentes y creativos, además de glamorosos y, por sobre todas, las cosas detallistas”. Lo que se traduce en que “invierten entre un 20% y 30% más que los hetero”.

Finalmente, Orsetti identifica tres perfiles de parejas homoparentales. Las que viene a casarse y luego viajan por el país. Recientemente, por ejemplo, unos clientes australianos se tomaron “tres meses en los que no sólo recorrieron la Argentina sino también parte de Latinoamérica”. Otro perfil lo representan quienes celebran la boda con familiares y amigos en hoteles o estancias “y pueden llegar a tener 120 invitados”. Y finalmente, están los que pertenecen a la tendencia buddy moon, que es reciente, y que consiste en parejas que viajan con amigos. Es con ellos con quienes celebran su casamiento y luna de miel.

“Eso te abre, como país, una ventana enriquecedora en materia de turismo”, destaca Marcelo Costa, responsable del segmento LGTB del Inprotur desde 2012, cuando se formó esta unidad de trabajo.

Luna de miel en grupo

“Argentina está de moda. Tienen fascinación por ella”, asegura la wedding planner Orsetti. Es que vienen atraídos por “la onda de la gente, la carne, los vinos y juegan o toman clases de polo” y visitan estancias bonaerenses, bodegas mendocinas y, en la ciudad de Buenos Aires, no dejan de ir a bailar tango. Y, según indica Laperrausaz, cuyos clientes son de Latinoamérica y Estados Unidos, “también aprovechan a conocer destinos como Bariloche y su fiesta de la nieve gay”.

La estadía en el país promedia los 15 días. Pero hay quienes se quedan incluso un mes. Los destinos que solían atraerlos eran, según Orsetti, México y El Caribe. “Ahora, Irlanda es el número uno; pero Argentina sería el número dos. Con la diferencia de que en Irlanda, las parejas deben presentarse 15 días antes de su boda mientras que acá basta con menos de una semana”. En ese sentido, De Luca, señala que “Argentina y Tailandia disputan como destino exótico para lunas de miel. Pero Tailandia no tiene legislación para casamiento de extranjeros así que Argentina es la combinación perfecta: paisajes variados y legislación”.

Por otra parte, Lanosa confirma lo que se dice a vox populi respecto a que “las parejas gays, por el estilo de vida que llevan, tienden a gastar más dinero en viajar”. Pero no porque no suelan ser padres. Eso ya no es más así. “Hemos tenido parejas que han venido con hijos”. A su vez, De Lucca afirma que “gays y lesbianas latinoamericanos, de entre 30 y 40 años, gastan entre tres y cuatro veces más que los heterosexuales en turismo. Pero no porque en cada viaje compremos más, sino porque viajamos más veces. Si son europeos, se multiplica hasta siete veces más. Por eso somos clientes más atractivos”.

Otro aspecto que cambió, es el de los servicios para el mercado gay. “Antes, sobre todo la gente más grande, requería que todos los servicios fueran súper gay. Tours muy orientados al segmento e incluso guías gay. Ahora todo es más natural. Ya no tienen el miedo que tenías otras generaciones: la gente no los miran mal ni se sorprende cuando, por ejemplo, solicitan una cama matrimonial”, destaca. En ese sentido, Lanosa advierte que quienes vean al segmento como una oportunidad de negocio deben entender que lo estos clientes “buscan calidad. No tenés que hacer algo puntual. Aunque, sobre todo en el rubro hotelería, es muy importante entrenar a los empleados para que den un trato adecuado. Hoy, está tan sofisticado todo, que los servicios tienden a la personalización. Siempre. Por lo que el estereotipo que indica que a los gays sólo les interesa la moda ya no va más”, subraya.

Sin embargo, precisamente para desterrar prejuicios y estereotipos, desde el Inprotur, Costa expone un informe, que realizó junto a la Cámara de Comercio Gay Lésbica Argentina (CCGLAR), en el que se relevó, entre otras cosas, las preferencias de los turistas del segmento. Entre otros gustos, se observan que, generalmente, las parejas de lesbianas prefieren realizar actividades culturales o al aire libre mientras que los matrimonios de gays prefieren los atractivos ligados a la gastronomía y la moda. Concretamente, ellos priorizan destinos urbanos.

En el reciente estudio, también se indicó que los extranjeros homoparentales eligen venir a vacacionar muchos de ellos en plan de luna de miel- sobre todo a las ciudades de Buenos Aires, Mendoza, El Calafate, Bariloche e Iguazú; mientras que en el caso de las lesbianas, los principales destinos son Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario y Salta.

“Las lunas de miel son viajes muy especiales por lo que suele tener todo coordinado. Es un público muy detallista que desea que cada experiencia sea inolvidable. Entonces, ir a Calafate, por ejemplo, y no tener reservado una navegación para ver un glaciar, es inconcebible”, explica Lanosa. En especial los canadienses y estadounidenses “necesitan asistencia porque, por su personalidad, precisan tener muchas certezas. Los europeos son más relajados”.

También Costa resalta la tendencia de viajar “con un mínimo de cinco amigos. Las parejas de hombres suelen hacerlo con amigos de distintas edades mientras que las parejas de chicas son más conservadoras. Generalmente, vienen con grupos de su misma edad”. En estos casos, se suele, por ejemplo, “cerrar una cava para ellos y organizar una degustación cerrada; o una clase de tango grupal”, apunta Lanosa, quien describe que los itinerarios suelen incluir cuatro o cinco días en la cosmopolita ciudad de Buenos Aires, otros tres en Mendoza, cuatro en Patagonia y dos en Iguazú. Además, asegura, que “todo se hace en avión y está todo muy cronometrado. Es increíble porque se van a la selva, después a viñedos, más tarde a la estepa patagónica y antes o después recorren barrios porteños tan distintos como San Telmo y Recoleta. Incluso disfrutan de la vida nocturna. Con tanta oferta, estar en Argentina es como estar en muchos países”.

Uno de los países más activos

Por tercer año consecutivo Argentina lideró a nivel internacional en 2014 el segmento de Turismo Gay de Alta Gama, tal como destacó la Gay European Travel Association, especialista en este rubro.

En la Ciudad de Buenos Aires, del total de turistas que recibió el año pasado, el 20% correspondió al segmento LGBT, lo que representa un incremento sustancial respecto al 2013, confirmó el director de Promoción Turística porteño, Valentín Díaz Gilligan.

La relevancia que se le da a Argentina como destino amigable para el turismo gay se vio reflejada en la 7° Conferencia Internacional sobre Negocios y Turismo LGBT, Gnetwork360, que se realizó en agosto en un hotel céntrico de la ciudad de Buenos Aires.

Argentina también lideró por quinto año en la feria internacional ITB Berlín el sector turismo LGBT y participó en los denominados ‘Pink Corner‘ de las Ferias de Madrid, San Pablo y Buenos Aires, entre otras.

Empresas turísticas locales salen a promocionarse en el extranjero

El país expone, a través del Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur), sus atractivos turísticos para el segmento LBGT a través de acciones de marketing. En ese sentido, Brasil, Estados Unidos, Canadá, Francia, Chile, Reino Unido, Colombia, México, España, Ecuador, Venezuela e Italia son considerados mercados prioritarios por la cantidad de pasajeros, de distintos segmentos, que suelen visitar la Argentina. “Alemania pasó recientemente de ser estratégico a ser prioritario porque sus ciudadanos viajan habitualmente por el mundo, dejan mucho dinero cuando lo hacen y también visitan mucho nuestro país”, explica Marcelo Costa, responsable del área.

Paraguay, Uruguay, Perú y Bolivia son estratégicos porque están geográficamente cerca; y, en el caso de Israel y Australia, fueron sumados a esa categoría porque “se incrementaron los pasajeros de esos países que llegaron a la Argentina a partir de nuevos vuelos de compañías árabes”.

Para incentivar el interés por los destinos locales, el país participa en ferias internacionales de turismo como las de Brasil, Alemania y Colombia que tienen pink corner (espacio para instituciones privadas o del Estado para promover el LGBT); “convenciones de cámaras de comercio gay-lesbica mundiales (las principales están en Estados Unidos, México, Perú y ahora Chile está formando una) y en más de 50 misiones comerciales. En este caso nos presentamos junto con el Ministerio de Turismo, cámaras y entes privados. Se suelen hacer workshops donde se expone el destino, el modo en que se comercializa y cuáles son las tendencias del segmento y el tipo de vocabulario que hay que conocer”.

Es que el segmento LGBT tiene sus características propias, como cualquier otro, y es jugoso en términos de negocio. A partir de cifras de la Organización Mundial de Turismo y apreciaciones del instituto, Costa señala que se estima que “alrededor del ocho por ciento de los turistas del mundo pertenecen a este mercado”. Esto equivale a más de 374 millones de personas.

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