Trump y Ryan dan un "paso positivo" para unificar el partido Republicano

Trump y Ryan dan un

El aspirante republicano a la Casa Blanca y el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan aseguraron que la reunión que mantuvieron este jueves constituye "un paso muy positivo para la unificación" del partido, aunque reconocieron "diferencias".

"Estamos totalmente comprometidos a trabajar juntos", señalaron ambos líderes republicanos en una declaración conjunta hecha pública tras el encuentro en la sede del Comité Nacional Republicano (CNR) en Washington.

Con dos nuevas victorias esta semana, Trump suma 39 nuevos delegados y está a sólo 90 de la mayoría de representantes que necesita para alcanzar la mayoría absoluta en la Convención Nacional de julio próximo. 

Sólo California, el mayor de los siete estados que aún no votaron, otorga 172 delegados. 

Después de muchas estrategias fallidas, la cúpula del Partido Republicano parece haber aceptado que Trump -un hombre al que los máximos líderes de la fuerza han denostado desde el comienzo de la campaña- será su candidato por la voluntad del voto de la mayoría de sus simpatizantes y militantes. 

La reunión de este jueves tenía por objetivo poner paños fríos a la tensa relación entre el controvertido magnate y el aparato del Partido Republicano con la mira puesta en las elecciones presidenciales de noviembre próximo.

En la declaración, ambos líderes se manifestaron "honestos sobre unas pocas diferencias", pero subrayaron que "hay importantes áreas de terreno común" y acordaron celebrar reuniones "adicionales", informó la agencia de noticias EFE.

Trump y Ryan dijeron estar "confiados en que es una oportunidad para unificar el partido y ganar, y estamos totalmente comprometidos a trabajar juntos para alcanzar este objetivo".

El encuentro de alrededor de 45 minutos se produjo a unas pocas cuadras del Capitolio, en el despacho de Reince Priebus, el presidente del CNR, después de que Ryan dijera apenas hace una semana que no estaba "listo" para apoyar a Trump por el momento.

Las prolongadas primarias republicanas dejaron evidentes grietas entre sus dirigentes, que reflejaron las divisiones en el seno del partido por la llegada de un candidato como Trump, ajeno a la disciplina de la formación y que critica abiertamente al establishment o élite tradicional.

Prominentes figuras partidarias, entre ellos los ex presidentes George H. W. Bush y George W. Bush, descartaron apoyar al magnate.

En los alrededores del edificio donde se llevó a cabo la reunión decenas de manifestantes se concentraron para protestar contra las polémicas propuestas de Trump, como la prohibición temporal de entrada de musulmanes al país o la construcción de un muro en la frontera con México para evitar la inmigración ilegal. 

"Abajo, abajo la deportación. Arriba, arriba la liberación", gritaban los manifestantes mientras Trump ingresaba a la sede del CNR por una puerta lateral.

Poco después, Ryan ofreció otra conferencia de prensa, esta vez solo. 

"Creo que plantamos las semillas para estrechar las diferencias (...) Es muy importante que no creemos una unidad (de partido) fingida, que no finjamos estar de acuerdo", explicó el legislador, quien reconoció que las diferencias con Trump "no se pueden solucionar en un encuentro de 45 minutos".

Según destacó, tuvo una "gran reunión" con el magnate y adelantó que fue sólo el primero de muchos encuentros.

Tras ese encuentro, Trump se reunió con el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, un dirigente que ya hizo el giro de crítico a aliado del multimillonario. 

Todo indica que la cúpula del Partido Republicano y los principales referentes de la fuerza intentarán construir un compromiso con Trump, el hombre que "logró más votos que ningún otro nominado republicano en la historia de nuestro país", según destacó este jueves Ryan ante la prensa. 

Por si esto falla, Trump ya aclaró el miércoles que avanzará en la campaña hacia la Casa Blanca con o sin el apoyo del partido.

"Si llegamos a un acuerdo, será extraordinario", había dicho Trump al canal noticioso de Fox antes de la reunión de este jueves. "Y si no, avanzaremos como lo he estado haciendo yo y ganando todo el tiempo".

El principal temor del establishment republicano no es perder los comicios presidenciales, sino que esa eventual derrota -probable según la mayoría de las encuestas- empuje una derrota en el Congreso, un poder que los republicanos controlan completamente desde hace cuatro años y que les permitió frenar las iniciativas más importantes del segundo gobierno de Barack Obama.

El mayor peligro para los republicanos está en el Senado. 

Las elecciones presidenciales del 8 de noviembre coincidirán con la votación para un mandato de seis años de 34 de los 100 escaños de la cámara alta del Congreso. Si los demócratas logran sumar cuatro escaños más de los que tienen ahora, equilibrarían la balanza y pondrían fin al actual control republicano.

Comentá la nota