Trump pierde impulso y ya se habla de una convención abierta

Trump pierde impulso y ya se habla de una convención abierta

Ted Cruz se impuso anteanoche en Wisconsin y alejó las chances de que el magnate sume los delegados necesarios para asegurar su nominación; Sanders da pelea en el bando demócrata

Dos meses después del inicio de las primarias, en Iowa, la interna presidencial de Estados Unidos ha quedado bajo el yugo de la calculadora.

Los actos, los debates, las entrevistas, las polémicas, los correos electrónicos, las fotos en Instagram y los mensajes en Twitter han sido eclipsados por la matemática. Los números, de a poco, comienzan a marcar el desenlace: Ted Cruz, fortalecido, amplió las posibilidades de frenar a Donald Trump, y Hillary Clinton, aun tras perder las seis últimas elecciones, avanza hacia la candidatura demócrata.

Anteanoche, en Wisconsin, Cruz, el senador ultraconservador de Texas, y Bernie Sanders, el senador socialista de Vermont, triunfaron en la primaria y brindaron mensajes aguerridos y entusiastas, cargados de optimismo, en un intento de mostrar que la elección podía torcerse a su favor.

"Esta noche es un punto de quiebre", dijo Cruz. Ante una multitud, Sanders dijo que tenía a su favor el "impulso" de las últimas victorias.

Pero, calculadora en mano, todo el mundo contaba delegados en busca de la respuesta a las dos preguntas que dominan la interna: si los republicanos lograrán forzar una convención abierta en Cleveland o si viajarán a ungir a Donald Trump, y cuándo se terminará la primaria demócrata y cantará victoria Hillary Clinton.

"Cosas que no importan: narrativa, momentum y expectativas. Cosas que sí importan: matemática, delegados y organización", fue el baño de realidad que ofreció en Twitter Dan Pfeiffer, uno de los cerebros de las dos campañas presidenciales de Barack Obama.

Cruz y Sanders recortaron la ventaja que llevan Trump y Clinton en el conteo de delegados, los representantes que viajarán a las convenciones partidarias para elegir a los candidatos de cada partido. Aun así, ambos siguen lejos de la punta: Trump tiene 742 delegados de los 1237 necesarios para ganar, contra 505 de Cruz; Clinton tiene 1279 de los 2383 que necesita para ser la candidata, contra 1027 de Sanders.

La interna demócrata dejó dos datos: Clinton cuenta, hoy, con una ventaja superior a la que había amasado Barack Obama en los dos primeros meses de la interna de 2008, y si se tienen en cuenta los "superdelegados" -figuras partidarias que pueden votar a cualquier candidato-, la antigua secretaria de Estado estira su ventaja a 1748 votos en la convención, contra 1058 de Sanders.

Además, Clinton aparece como la gran favorita para quedarse con los últimos tres estados "grandes" que votarán en las próximas semanas, Nueva York, su hogar político por adopción, Pensilvania y California.

Trump también es favorito para ganar las elecciones en esos estados, pero se enfrenta a una ofensiva mucho más pulida: la del establishment republicano.

Cruz, su rival directo, ha comenzado a recibir el respaldo de figuras de peso dentro del partido, espantadas ante la idea de que Trump sea su abanderado. En Wisconsin, donde tuvo el apoyo explícito del gobernador, Scott Walker, Cruz logró su triunfo más amplio: obtuvo un 48% de los votos, contra un 35% del magnate.

Anoche, Cruz se preocupó por inflar el respaldo que ha cosechado para proyectar una imagen de fortaleza, sin preocuparse mucho por el hecho de que se trata de un fenómeno recostado, más que nada, en el espanto que despierta Trump y la falta de opciones en la interna partidaria, antes que en su atractivo político.

En un intento de proyectar una imagen más "presidencial", Cruz prometió unir al partido, y citó a John F. Kennedy y a Winston Churchill en su discurso.

"Ya sea antes de Cleveland o en la convención en Cleveland, juntos ganaremos una mayoría de los delegados y juntos venceremos a Hillary Clinton en noviembre", pronosticó. "Tenemos todo el espectro del Partido Republicano juntándose, uniéndose detrás de esta campaña", se entusiasmó.

El Partido Republicano ha comenzado a prepararse para una convención abierta, a la cual ninguno de los candidatos llegue con los delegados necesarios para reclamar la nominación, algo que no ocurre desde 1976.

Tras la dura derrota en Wisconsin, Donald Trump prefirió mantenerse alejado de las cámaras de televisión. Su campaña difundió un agrio comunicado, en el que prometió cobrarse revancha en Nueva York, su hogar y cuna de su imperio inmobiliario.

"Ted Cruz es peor que una marioneta. Es un caballo de Troya que está siendo usado por los jefes del partido que intentan robarle la nominación al Sr. Trump", sostuvo el mensaje, que volvió a calificar de mentiroso al senador por Texas.

Ahora, la atención ha recaído sobre Nueva York, amante del protagonismo, donde todos los candidatos, incluidos los tres "nativos" (Trump; Sanders, nacido en Brooklyn, y Clinton, que nació en Chicago, pero convirtió a la ciudad en su hogar político), traerán durante las próximas semanas la pelea por la Casa Blanca.

Las opciones de Trump

Lo que le espera en la recta final

743

Delegados tiene el magnate

494

Le faltan para ganar

Si llega

Nominación automática

Si alcanza la cifra mágica de 1237 delegados tras las primarias, se convertirá de manera automática en el candidato y la convención de Cleveland de julio será un trámite

Si no llega

Convención abierta

Si no reúne los 1237 delegados, se dará un escenario poco habitual: una convención abierta llena de negociaciones. En este caso, el partido podría darle la espalda y quedarse sin nada

Próximas primarias

19 de abril

Nueva York

95 delegados en juego

26 de abril

Connecticut, Delaware, Maryland, Pensilvania y Rhode Island

229 delegados en juego

7 de junio

California, Montana, Dakota del Sur, Dakota del Norte, New Jersey y Nuevo México

662 delegados en juego

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