Trump aseguró que su proyecto de reforma de salud "no está muerto"

El presidente de Estados Unidos aseguró que el oficialismo republicano continúa negociando un proyecto consensuado con toda la bancada para reemplazar la reforma de salud aprobada en 2010 por el ex presidente Barack Obama.

"Cualquiera (especialmente los medios de comunicación falsos) que crea que la derogación y el reemplazo de Obamacare (como fue bautizada la reforma de Obama) está muerto, no conoce el amor y la fuerza que hay en el partido R", escribió Trump en referencia a su fuerza política, en su cuenta de Twitter.

"Las conversaciones para derogar y reemplazar Obamacare están, y siguen en curso, y continuarán hasta el momento en que, con suerte, se alcance un acuerdo", agregó Trump.

El mandatario y la cúpula oficialista tuvieron que retirar los dos proyectos de reforma que habían presentado en el Congreso porque una veintena de legisladores republicanos se negaron a apoyar la iniciativa, a la que consideraban muy tibia, mientras que la oposición demócrata lo rechazaba por considerarlo muy extremo.

El fallido proyecto de reforma de salud pretendía generar un sistema de créditos fiscales para incentivar a la gente a comprar seguros médicos y eximir a las empresas de tener que ofrecer una alternativa de cobertura a sus empleados.

Además, los proyectos de ley no incluían ninguna estimación de cuánto costará la nueva reforma de salud, ni aclaran cuánta gente perdería la cobertura que obtuvo gracias a Obamacare. Una oficina no partidaria del Congreso, sin embargo, calculó más tarde que millones de ciudadanos se verían afectados.

Frente a su primera derrota legislativa, Trump continuó mostrando optimismo y adelantó que pronto llegarán a un nuevo acuerdo ya que, según su análisis, el sistema establecido por Obama "explotará" este año.

Mientras su vicepresidente, Mike Pence, buscó tranquilizar este fin de semana a los simpatizantes del gobierno al afirmar que el oficialismo está negociando "ahora mismo" un nuevo texto de reforma de salud, el entorno de Trump y el propio mandatario ya lanzaron una campaña pública de amedrentamiento contra los legisladores republicanos disidentes, que tiene como objetivo llamar a un boicot de sus intentos de reelección en los comicios de medio término del año próximo.

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