El triunfo en la provincia no le alcanzó a Scioli para torcer el resultado final

Venció por menos de dos puntos; retuvo el conurbano, pero perdió en el interior

 Daniel Scioli ganaba anoche en Buenos Aires, al obtener el 50,87% de los votos, contra el 49,13% de Mauricio Macri. Scioli debía ampliar la diferencia si quería vencer en la general. No pudo, y su ajustada victoria en el territorio que gobernó durante ocho años no le alcanzó para revertir la derrota en el orden nacional.

Por el contrario, y aun "perdedor", el volumen de sufragios que sumó Cambiemos en esta provincia, que concentra 11,8 millones de votantes (el 37% del padrón electoral del país), fue determinante en el resultado de este ballottage. Para eso fue crucial la irrupción en el panorama político bonaerense de María Eugenia Vidal, que al sumar casi el 40% de los votos, el 25 de octubre pasado, quebró la hegemonía justicialista: hace 28 años que el peronismo gobierna aquí.

"¡Sí, se puede!", dijo Vidal durante toda su campaña. Y ayer, a las 19.30, cuando el triunfo era tendencia, se subió al escenario del búnker de Cambiemos para repetir esa consigna y arengar: "¡Vivamos esta noche histórica que va a quedar en nuestros corazones, siempre con paz, con esperanza!".

Luego, a las 22, Macri le agradeció a Vidal, "que dio la batalla difícil". En la primera vuelta la gobernadora electa había obtenido 3.478.505 votos, 379.605 más que su contrincante, Aníbal Fernández. En una elección marcada por un notorio corte de boleta, que afectó a las dos fuerzas mayoritarias, Vidal sumó 447.337 votos más que Macri, e incluso 59.464 más que Scioli.

Ayer terminó de cristalizarse el magro papel del Frente para la Victoria en la provincia. Y quedó claro, también, que no era tan concluyente como se creía la influencia negativa del candidato a gobernador oficialista. Acaso el electorado bonaerense no está del todo conforme con la gestión de Scioli, tanto que no pudo despegarse de Macri: al cierre de esta edición había logrado unos 207.000 votos más que su competidor.

Los 135 distritos bonaerenses están repartidos en ocho secciones electorales. Macri se imponía notoriamente en las seis del interior. En las secciones Capital, cuarta y séptima, Macri aventajaba a Scioli por más de 16 puntos; en la segunda, por más de 8; en la quinta, por casi 17, y en la sexta, por 24 puntos. Aquellos casi 450.000 votantes que el 25 de octubre votaron a Vidal y no a Macri parece que esta vez sí eligieron al líder de Cambiemos.

Hubo varios municipios en los que en la primera vuelta ganó Scioli y ahora, Macri: Pehuajó, General Pinto, Leandro Alem, Carmen de Patagones, Monte Hermoso, San Nicolás, Ramallo, Carmen de Areco, Chivilcoy, General San Martín, Juárez, Gonzales Chaves.

En el conurbano

Scioli ganó en las dos secciones que agrupan a los partidos del Gran Buenos Aires: en la primera, que tiene 4.124.182 electores, con el 50,31% de los sufragios y en la tercera, de 4.132.956 votantes, con el 58,48%.

Uno de los distritos clave del conurbano y del país, con 953.356 electores, es La Matanza, gobernada por el presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza. Allí, Scioli obtuvo el 63,21% de los votos. Tras conocer los resultados, Espinoza dijo: "El peronismo se debe un período de reflexión y buscar la unidad de todos los sectores. Estoy seguro de que con la unidad del peronismo garantizaremos la unidad nacional". Agregó que el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, tiene "las puertas abiertas, si reconoce que tuvo errores ante el pueblo peronista".

En Tigre y San Fernando, donde en octubre ganó Massa, ahora triunfó Macri. En el primer distrito, Macri obtuvo el 51,32% y en el segundo, el 53,19%. No está del todo claro cómo operó el Frente Renovador para este ballottage. Por un lado, Massa se inclinó hacia Macri, como se lee en los números. Pero no toda su tropa actuó igual; muchos hombres del frente de tradición justicialista no estaban dispuestos a trabajar a favor de Macri; uno de sus hombres, Felipe Solá, que compitió por la gobernación, había dicho que el suyo era un "voto peronista".

Macri también debió sumar algunos votos progresistas: la semana pasada, Vidal y Margarita Stolbizer posaron juntas para las fotos. El radicalismo (de donde proviene Stolbizer) halló en el frente Cambiemos un lugar para recuperar el espacio político perdido en los últimos años.

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