Qué triste, cuando la única meta de un gobernante es “subsistir” y “resistir”

Qué triste, cuando la única meta de un gobernante es “subsistir” y “resistir”

Cuando uno elige mediante el voto, a quienes van a gestionar y/o administrar un país, una provincia o un municipio, es para que ponga creatividad, sabiduría, cintura política, ingenio y profesionalidad en la tarea que de por si es difícil, pero mucho más difícil si se trata de nuestro país. Decepciona totalmente cuando vemos que el que llegó, parece haber despertado de sopor o haber llegado de Marte. De pronto, del gran planificador resulta un funcionario que resiste. No hay excusa: o se es políticamente correcto o se es un fraude. 

Votamos a un presidente que viene con el logo de “Cambiemos” y después de andar unos meses, gran parte de las promesas de campañas no las puede cumplir. Más allá de darle el margen lógico de no poder cambiar el desastre mundial que le dejó el kirchnerismo, al menos hay señales que se deben dar claramente: prioridades en el gasto público (Futbol para todos sigue y los hospitales no tiene ni gasas); tarifazo descomunal (aumento de entre el 500 y 1.500% de las tarifas, midiendo el bolsillo por el bolsillo de los empresarios en el gobierno de Macri); un “pobreza cero”, “inflación cero” y control de la inseguridad, cuando vemos que llegamos al 40% de la inflación, hay más pobres que en diciembre y nos matan en cada esquina o nos secuestran como antes; y así podemos ir mencionando muchos ítems que fueron promesas que hasta hoy no se han cumplido. ¿Queremos volver al kirchnerismo?, por supuesto que no, nunca mas. Pero eso no quiere decir que debamos cerrar los ojos y aceptar lo que venga sin controlar la improvisación de quienes nos vendían honestidad, gestión y transparencia.

A nivel provincial ¿Qué decir?. Estamos como siempre, con los de siempre. No se le puede pedir peras al olmo, decía mi padre y tampoco se le puede pedir honestidad intelectual al rezago kirchnerista que se atrincheró en Santa Cruz para refundir la provincia. Ya la fundieron por 25 años, ahora van por más.

La gobernadora es evidente que se propuso llegar, aún violentando la Constitución provincial, porque pensó que la fiesta seguía con Scioli. Pero, gracias a Dios, el ex gobernador alfombra perdió (y ojalá no vuelva nunca más) y el futuro se empañó. El horizonte político se ennegreció, desaparecieron las cajas robadas en los jardines de la Rosada y así, sin plata y sin el poder omnímodo, Alicia Kirchner no puede ni sabe gobernar. La democracia no es para cualquiera, sino para los que saben y ella, no sabe.

Los municipios, han sido fieles reflejos de los otros estadíos de gobierno superiores (provincia y nación), solo que con mayor dependencia política y financiera que los primeros, con una autonomía mentirosa y por el contrario, bajo una dependencia atroz, absolutamente desfinanciados por sus elefantismos que los hacen ingobernables, mamotretos administrativos inviables, usados por años como agencia de empleos y cajas de la política, generadores de millones de pesos en subsidios y cajas de ex intendentes atorrantes que se enriquecieron a través de la supuesta “institucionalidad”, excusa que usaron para matar la política y la gestión de cada municipio y la oposición para embaucar al electorado, de que ellos llegaban para revertirlo.A 6 meses de gestión, ni siquiera han denunciado a su antecesores.

¿Y los candidatos de ayer, hoy a cargo de los Ejecutivos?. Esos fueron unos antes y otros después, como dijimos. En campaña teníamos un presidente con iniciativa de cambio total, que prometía bajar todo a “cero”, sostener el fútbol “gratis” y elevar la clase más pobre, acomodar a la clase media que mueve el engranaje de la producción y hacerle pagar a los que más tienen. Todo al revés.Le dio 40% más que el kirchnerismo a la AFA, liberó a las mineras de pago de impuestos y en vez de generar más empleos, las empresas multinacionales se quedaron con la diferencia y actualmente echan gente. Al campo le giró la realidad 180º y los rurales no le respondieron con el corazón, sino con el bolsillo. El gasto público no se pudo bajar como se había prometido y la política que lleva adelante el gobierno nacional está enfocada en el ensayo de “prueba y error”. Ni Macri ni su gabinete de notables, había dicho nada de esto en las instancias previas de las elecciones; es decir, nos vendieron un buzón para que pusiéramos la carta. Hoy, con el buzón lleno, el gobierno no tiene la logística para repartir esa correspondencia que le dejamos en la mano.

Alicia Kirchner hace lo que puede. Y lo que puede para el kirchnerismo es la acumulación de fondos, para generar poder, para ganar las elecciones de 2017, para perpetuarse, para seguir teniendo inmunidad e impunidad y no perder el último reducto donde aún lo votan: en Santa Cruz.

La provincia desfinanciada, se da el lujo de tener fondos a plazo fijo, jugar con los Lebac y pelearla como puede. Claro, ya no está la teta de la vaca gorda que desde diciembre quedó anémica con un claro guiño desde Nación de “arreglate como puedas”, en una clara acción de revanchismo político de Macri que cree, aún, que en Santa Cruz solo viven los Kirchner y quienes fueron sus funcionarios. ¡Hola!, aviso para el presidente y su gabinete: en Santa Cruz vivimos 300 mil personas en remera y en pata de tanto calor que tenemos en nuestras casas, por efecto de derroche del gas (como él piensa).

Y Alicia no sabe qué hacer, porque nunca le preocupó saberlo. Ellos (el kirchnerismo) tenían todo trazado para navegar con piloto automático los próximos 4 años. Alguien le desprogramó el vuelo, están en el aire, sin paracaídas y como de gobernar no saben nada, porque tampoco fue una preocupación para llegar al poder, Alicia esta sola, sin paracaídas, rodeada de inútiles y a 11 mil pies de altura. Le queda poco combustible y lo peor que en ese avión, vamos todos.

¿Qué decir de los intendentes?, es un panorama similar pero más patético; porque en las principales localidades la oposición arrasó con los eternautas del FPV y hoy tienen en sus manos una papa caliente que no saben como sacarse de encima. Río Gallegos y Caleta Olivia son los municipios “ejemplos” de lo que no se debe hacer en materia de gestión; pero aún yendo un poco más allá, son la muestra de cómo llegar al poder, conociendo por años la verdad y llorar de pena una vez asumido, creyendo que fue engañado, cuando sabemos que en política no hay ningún inocente y si alguien es el que engaña, es quien está en campaña y quiere, cueste lo que cueste, llegar a ese poder.

Ni Roberto Giubetich ni Facundo Prades, saben qué hacer con las municipalidades más grandes de Santa Cruz. Pugnaron por llegar con un discurso casi de izquierda revolucionaria y ni bien asumieron tiraron el habano, se sacaron la boina, se afeitaron y fueron a besarle la mano a la gobernadora. Ni siquiera tenían asegurado la línea política con Nación, que es parte del frente armado por su propio partido (UCR). No sabían qué hacer con la superpoblación de empleados; están espantados por las cajas vacías que les dejaron, la falta de infraestructura, la escasa o nula recaudación y podríamos seguir anotando la infinidad de realidades que los “sorprendieron”. La pregunta que le hacemos a estos genios de la política vernácula es ¿Y si no lo sabían para qué mintieron diciendo que sí y que iban a revertir el estatus quo?. Es raro, porque los medios que no tenemos el conocimiento ni el tiempo para estudiar minuciosamente al poder, sabíamos de antemano lo que se robaba, la gente que ingresaba, los desmanejos de los intendentes, los subsidios y el déficit que irremediablemente iba a ser un salvavidas de plomo si se cortaban los fondos nacionales que usó el kirchnerismo para lograr, precisamente, esto: que le los municipios les sean ingobernablen a cualquiera que no siga su receta.

¿Nada de esto vieron los intendentes cuando eran candidato? ¿O callaron? ¿O sabiendo que podrían llegar se plantearon: “lleguemos, algo vamos a hacer”? ¿No es esto una notable improvisación de gente que tal vez en algún momento las buenas intenciones le jugaron una mala pasada inversamente proporcional al acercamiento a ese poder con el que soñaron durante tantos años?. Dicen que la moral y el discurso de un político es inversamente proporcional al acercamiento que tenga con el poder; es decir, hablando en criollo, cuando se es oposición pura se “cacarea” sin límites y cuando se asume cuelgan el discurso combativo y se insertan en la realidad. Y esa realidad siempre estuvo ahí, solo que antes la veían y en función de acomodar el discurso, alentaban los cambios. Una vez en el poder, esa realidad pasa a ser parte del otro mundo (el real) de los candidatos y es entonces cuando dejan colgados en la percha los discursos y las convicciones, para hacer lo que deben hacer, de acuerdo a la realidad que les toca vivir a ellos como gestionadores públicos.

Habrá que plantearse entonces si los que llegan hoy a la política tienen convicción, planes, proyectos, esperanzas y básicamente capacidad, o son meros improvisados que aprovechan la coyuntura de cambio y luego se transforman en simples sobrevivientes de un poder que les ha quedado grande. En ese caso, les ha faltado prognosis (conocimiento anticipado de los hechos, para actuar sobre esos hechos con conocimiento previo), no han sabido ver en perspectiva y solo atesoraron el objetivo de llegar, creyéndose inmunes a las leyes universales establecidas en materia de poder y política. El próximo cambio de las nuevas generaciones políticas en el país, debe ser por hombres que tengan, además de la honestidad suficiente, los conocimientos necesarios y la fuerza para cambiar lo establecido. Quienes no tengan estas condiciones, deberán renunciar a una candidatura para la que no están preparados ni son capaces. Seguramente nos alejaremos de charlatanes y ambiciosos para mejorar la calidad de la democracia en el futuro.

Una frase de la escritora británica Joanne Kathleen Rowling, lo resume todo: “No hay ni bien ni mal, sólo hay poder y personas demasiado débiles para buscarlo…”

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