Tregua entre la gendarme y el dialoguista para no detonar la oposición

Tregua entre la gendarme y el dialoguista para no detonar la oposición

Referentes de las dos tribus del PRO, Larreta y Bullrich expusieron sus diferencias, limaron asperezas y sellaron un acuerdo de no agresión. El acercamiento del jefe de Gobierno a los ultras.

Por GONZALO PALESE.

La agenda política de Horacio Rodríguez Larreta se desarrolla en dos locaciones: la quinta de Olivos y su despacho de la Jefatura de Gobierno de Parque Patricios. En el marco de la pandemia, se hizo habitúe de la residencia de Alberto Fernández para concatenar esfuerzos en el combate al coronavirus. La segunda la reserva para recibir a los dirigentes de Juntos por el Cambio que le cuestionan su cercanía con el Presidente. El jefe de Gobierno destinó los últimos quince días a enhebrar los hilos que componen la coalición opositora y, convencido de que no alcanzan las reuniones virtuales, citó a Patricia Bullrich a un almuerzo de distención que parió una especie de entendimiento, aunque inversamente proporcional al que forjó con el Presidente.

El encuentro estaba pautado desde hace semanas y tenía como objetivo dialogar sobre la vida partidaria del PRO, pero la coyuntura desacomodó el temario. Bullrich le adelantó a Rodríguez Larreta que seguirá en la trinchera y no dejará de cuestionar a viva voz al Presidente, a la gestión y, por extensión, al peronismo. El jefe de Gobierno escuchó el planteo, hubo intercambio de visiones y, cuando fue su turno, remarcó que diferenciarse políticamente sería un "error".

En ese intercambio, siempre en buenos términos, Rodríguez Larreta repitió que continuará, mezcla de necesidad para paliar la emergencia y de convicción, su vínculo con Fernández y Axel Kicillof. El pensamiento de Bullrich y la justificación de su confrontación directa y constante con el Frente de Todos se puede resumir en una frase que le dijo a Larreta ese mediodía: "Ellos siguen haciendo política", advirtió en el almuerzo que, como reveló Infobae, fue a solas.

La jefa del PRO considera que la oposición está "dormida" y tiene "vergüenza" de discutir con el oficialismo. Larreta evita la confrontación y piensa lo contrario: ante su equipo, admite que "sacar ventaja política sería un error" y generará un "castigo" del electorado. A Bullrich se lo matizó: "No es momento de diferenciarse porque sí", le dijo, según pudo reconstruir Letra P.

El jefe de Gobierno defiende ese marco conceptual en línea con el clima que recogen los sondeos de opinión que encarga su gobierno. No los enumeró, pero su mesa política devora encuestas de las consultoras PoliarquíaAresco y del propio Jaime Durán Barba, asesor estrella del macrismo, que aún tiene teléfono abierto con Parque Patricios. Desde que comenzó la cuarentena obligatoria esos trabajos coinciden en un punto: cerca del 70% de los votantes de Larreta le piden que mantenga la sintonía con la Casa Rosada para atacar la pandemia.

El cruce de posturas y visiones quedó claro en ese cónclave. También, hubo un acuerdo simbólico y ajustado a los términos de la cuarentena y la mudanza de la política al terreno digital: hace días que Bullrich limita a sus redes sociales personales los cruces con el oficialismo. El contenido de las cuentas oficiales del PRO y Juntos por el Cambio pasÓ a una fase de curaduría para evitar los mensajes belicosos contra el peronismo. En rigor, Rodríguez Larreta le adelantó a la exministra de Seguridad que no habrá unanimidad para rechazar cada medida del Gobierno, pero sí habrá foto conjunta con algunos temas, como pasó con los pedidos de excarcelaciones que todas las tribus del PRO salieron a reprochar a coro.

La presidenta del PRO aceptó ese convenio, pero no dejó de cuestionar al oficialismo en duros términos. Y lo seguirá haciendo: está convencida de que el macrismo necesita dirigentes dispuestos a poner la cara para confrontar al Frente de Todos y, en las últimas horas, puso en marcha un tour federal digital para estar en contacto, vía Zoom, con referentes de toda la Argentina.

RODEO. Rodríguez Larreta se encargó personalmente de tender puentes con los sectores antikirchneristas de Juntos por el Cambio. Tras el encuentro con Bullrich, el jefe de Gobierno se reunió con Miguel Pichetto y el diputado nacional Waldo Wolff. En las últimas horas, enviados del jefe de Gobierno también hablaron con Eduardo Amadeo, que no ocupa cargo público en la actualidad ni integra el PRO pero tiene mucha exposición pública y los medios lo consultan como una voz autorizada del pensamiento opositor.

Larreta escucha a todos y los deja criticar. Sabe que, en su afán de mantener el vínculo con un sector del electorado que pide a gritos mantener la tensión con el peronismo, hay un sector de Juntos por el Cambio que lo corre por derecha y tilda como "blanda" su postura ante el oficialismo. Quiere y busca ser referenciado como el referente centrista de la oposición y, con la mira puesta en 2023,  juega un pleno al dialoguismo proselitista.

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