Tratamiento de residuos, un problema que sigue vigente en toda América Latina

Los desperdicios urbanos causan severos inconvenientes.

Un tercio de todos los residuos urbanos generados en América Latina y el Caribe aún terminan en basurales a cielo abierto o en el medio ambiente, una práctica que afecta la salud de sus habitantes y está contaminando los suelos, el agua y el aire. La poca capacidad de reciclaje es otro de los retos que afronta la región.

La paradoja crea una paradoja: a más desarrollo más residuos generamos; cuantos más residuos generamos, menos desarrollados estamos.

Cada latinoamericano genera un kilo de basura al día y la región en su conjunto, unas 541.000 toneladas, lo que representa alrededor de un 10% de la basura mundial, según un informe de ONU Medio Ambiente. La perspectiva es que la basura continúe creciendo y que en 2050 se alcancen las 671.000 toneladas de desechos. 

Por ello, se necesita hacer una transición hacia la llamada economía circular: los recursos naturales se transforman en materias primas utilizadas en la producción de bienes distribuidos y consumidos por actores públicos y privados, generando residuos que son recolectados, tratados, reciclados y dispuestos finalmente. A través del reciclado y tratamiento se crean nuevos insumos que realimentan el proceso como nuevas materias primas, mejoramiento de suelos o generación de energía eléctrica o calor. O como se muestra en este gráfico:

El principal objetivo de la economía circular es utilizar al máximo los recursos. Los productos deben ser diseñados teniendo en mente la prevención de la generación de residuos, imitando los ciclos de la naturaleza.

Argentina

Argentina no es la excepción, y el problema está latente. Por ejemplo, se precisó que más del 80 por ciento de los residuos no orgánicos encontrados en las playas bonaerenses son plásticos. Así lo informó el tercer Censo de Basura Costera realizado por Fundación Vida Silvestre Argentina.

El censo, realizado junto a ONGs de las principales ciudades costeras de la provincia de Buenos Aires en 813.554 metros cuadrados de playa en 16 localidades, arrojó que de los 46.673 residuos no orgánicos encontrados el 82 por ciento corresponde a plásticos.

Dentro de ese 82 por ciento, los principales residuos detectados fueron bolsas plásticas, colillas de cigarrillos, restos plásticos, restos de nylon, tapitas y botellas plásticas, entre otros.

Según detalló Vida Silvestre en un comunicado, diariamente llegan toneladas de basura a los mares a través del sistema de drenaje (bocas de tormenta, pluviales), ríos, el viento y lo que arrojan las personas en los ambientes costeros. A su vez, el mar recoge los residuos durante la marea alta y los transporta hacia sitios muy remotos.

Algunas de las “principales acciones que contribuyen con la disminución de la entrada de basura al mar son la reglamentación de la entrega de bolsas en los comercios, la promoción de la separación de los residuos en origen y su posterior reciclado por parte de los municipios, y el correcto tratamiento de la basura para evitar que termine en el mar, a través de una mejora en los drenajes de los pluviales”, señaló Verónica García, coordinadora del Proyecto de Basura Marina de Vida Silvestre.

Según diferentes estudios publicados en la revista Science en el 2015, la producción y consumo deliberado que se viene dando hace décadas provocó que desde 1950 hasta el 2015 hayamos generado 6.300 millones de toneladas de basura plástica.

De ese volumen, casi 5.000 millones de toneladas de plásticos aún están en el ambiente, ya sea en predios de disposición final, espacios verdes, en los propios barrios, la playa o el mar. 

El 90,5 por ciento de los plásticos fabricados nunca se recicló y sólo un 9 por ciento de toda la basura plástica que generamos fue reciclada.

Con esta tasa de producción, de reciclado y descarte, los científicos estiman que para el año 2050 unas 12.000 millones de toneladas de plásticos terminarán en los basureros o en el ambiente.

Radiografía

Con una encuesta y un operativo muestral que se realizará en varios municipios, se obtendrá, “por primera vez, una radiografía de la gestión de residuos sólidos urbanos”, informó el Organismo para el Desarrollo Sostenible (OPDS).

El estudio busca “reducir el impacto ambiental a partir de una adecuada gestión de los residuos sólidos urbanos”.

Para alcanzar un diagnóstico, los municipios ya comenzaron a responder una encuesta que indaga acerca de las distintas etapas de la gestión municipal de los residuos: si cuenta con un área específica, cooperativas formales e informales o servicio de recolección administrado o concesionado a una empresa privada, entre otros datos.

El director ejecutivo del OPDS, Rodrigo Aybar, destacó la participación de más de 80 representantes de los municipios bonaerenses: “la planificación y el intercambio con todas las comunas permitirán que este proyecto se convierta en un plan realista”, afirmó.

“Hoy se cuenta con información limitada en materia de tratamiento de residuos sólidos urbanos”, admitió Javier Argilla, director provincial de Residuos, y agregó que “el estudio tiene un fin práctico: dotar de mejores instrumentos a los municipios para el diseño de sus planes de gestión de residuos”.

Argilla llamó a las administraciones locales a realizar “operativos de caracterización periódicos”, ya que “de ese modo se empieza a contar con series históricas de generación de residuos” que permiten conocer las variaciones de la composición y generación.

Los municipios que participan tienen distintos perfiles socioeconómicos y productivos -rurales, industriales, agroindustriales- y de gestión político-partidaria.

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