Luego de una serie de reclamos que incluyeron el acuartelamiento, en diciembre del año pasado las fuerzas de seguridad consiguieron mejorar su sueldo: el mínimo inicial pasó de $5.400 a $8.700, un incremento del 61 %. Ese empujón salarial fue el gancho que sedujo a miles de jóvenes sanjuaninos que corrieron este año a inscribirse a las carreras de seguridad que dicta la Universidad Católica de Cuyo. En comparación con el 2013, hubo el doble de interesados en ser agentes penitenciarios y un 25 % más de aspirantes a suboficiales.

Según informaron desde la UCC, este año las carreras de seguridad fueron furor durante las inscripciones. Mientras que en el 2013 hubo 850 interesados en ingresar a la Diplomatura en Seguridad Ciudadana (su culminación posibilita ser suboficial) este año hubo 1.020, un 20 % más. En la Tecnicatura en Seguridad Ciudadana también se registró un salto: mientras que el año pasado hubo 200 interesados, ahora hubo 286 jóvenes en busca de convertirse en oficiales de la Policía de San Juan.

Si bien en las carreras mencionadas se dio un importante incremento, la vedette fue la Diplomatura en Seguridad Penitenciaria (que posibilita ser agente penitenciario). La cantidad de interesados se duplicó: pasó de 70 a 141 en sólo un año.

“Año a año va creciendo la matrícula, pero este año las carreras de seguridad fueron un furor”, dijo el Decano de la Facultad de Derecho, a cargo de las carreras de seguridad, Javier Vera. Uno de los aditivos que convirtió a estas carreras en boom fue el aumento salarial que recibió la Policía de San Juan en diciembre pasado.

El incremento salarial es una de las razones del salto, pero según Vera también tiene que ver la profesionalización de la carrera, lo que permitió que una mayor cantidad de mujeres quisieran entrar a la fuerza ya que además de evaluarse la parte física también se evaluaría la formación teórica.

Tras la protesta de la Policía de San Juan a principios de diciembre, que incluyeron acuartelamientos en algunas comisarías de la provincia, hubo una reunión con las autoridades del ministerio de Gobierno y de Hacienda, la cual derivó en un incremento salarial del 61 %.

El increíble salto de interesados no implica que haya más lugares disponibles en la fuerza de seguridad. Los números se mantienen al igual que en años anteriores. Este año ingresarán 300 suboficiales, 60 oficiales y 50 agentes penitenciarios.

Si algo sorprendió a los profesores del cursillo de las tres carreras fue el nivel de preparación que tenían los aspirantes, tanto en la parte física como en la intelectual. “Este año un alumno era mejor que el otro, hubo una gran cantidad de aprobados en la parte física al igual que en la teórica, los profesores se tuvieron que quedar con los mejores y quedaron muchos muy buenos afuera”, agregó Vera.

Los cursillos arrancaron a fines de diciembre y terminaron en febrero. Las clases arrancarán formalmente el 26 de marzo con todos los estudiantes que hayan logrado superar ambas pruebas.

Desde el 2012 la formación de aspirantes a policías y a agentes penitenciarios pasó de estar en manos de la Policía a ser un tema manejado por la Universidad Católica de Cuyo. Los aspirantes rinden la parte física con policías que integran la fuerza y la parte teórica con policías y también abogados.

El decano de la Facultad evaluó el boom de las carreras y dijo que esperan grandes niveles de convocatoria como este año porque permite realizar una mejor elección de las personas que integrarán las fuerzas de seguridad.

“Este año un alumno era mejor que el otro, hubo una gran cantidad de aprobados en la parte física al igual que en la teórica, los profesores se tuvieron que quedar con los mejores y quedaron muchos muy buenos afuera”, Javier Vera, decano de la Facultad de Derecho de la UCC.

El rouge pisa fuerte en la Policía

De acuerdo a las estimaciones policiales, hace diez años apenas el 10 % de los estudiantes para ser suboficiales eran mujeres. El año pasado, la primera vez que dictó la carrera la UCC, cambió radicalmente la proporción con un 60 % de hombres y un 40 % de mujeres. Pero recién en este 2013 la proporción se invirtió con un 52 % de alumnas mujeres y un 48 % de hombres.

Hace 20 años, las mujeres no podían cumplir con cualquier actividad dentro de la fuerza policial. Estaban confinadas a tareas administrativas en su gran mayoría. Ahora están posibilitadas a realizar cualquier actividad: desde motoristas hasta protagonistas y líderes de allanamientos. Este cambio también pesó en este creciente interés femenino en formar parte de las fuerzas de seguridad.