Tras el regreso de Giri al gabinete, quién es quién en el entorno de Arroyo

Tras el regreso de Giri al gabinete, quién es quién en el entorno de Arroyo

De manera silenciosa y sin demasiado revuelo, el intendente Carlos Arroyo confirmó el regreso de Emiliano Giri a la gestión municipal como director ad honorem. No es uno más de los tantos cambios que realizó el jefe comunal en su equipo de trabajo. Se trata de una pieza clave en el entramado político que le permitió a Arroyo llegar a la Intendencia y, luego, en el funcionario de mayor peso dentro del gabinete hasta que renunció de manera prematura cuando quedó envuelto en un escándalo de corrupción, en una causa por la que luego fue sobreseído.

 

El hermetismo de su regreso al equipo de Arroyo contrasta con el show que significó su anterior aproximación, cuando durante semanas se habló de su desembarco como coordinador de gabinete hasta que el propio Arroyo confirmó que le había ofrecido el puesto y una hora más tarde Giri confirmó a través de distintos medios que había rechazado la propuesta. Esta vez, con reuniones que comenzaron hace más de un mes, se dieron pasos más cautos y prolijos.

El regreso de Giri a la gestión hace suponer que el expresidente del Emtur volverá en poco tiempo a convertirse en un hombre de peso dentro del equipo del intendente. Y también sirve para lanzar un interrogante: ¿quién es quién en el gabinete de Arroyo?

Está claro que el flamante director de Obras Sanitarias es una referencia. Y todo indica que en un mes “ascenderá” y reemplazará a Mario Dell Olio en la presidencia de la empresa. Hasta el 20 de diciembre, el actual jefe máximo de Osse se encuentra de licencia y es probable que luego de esa fecha avance con su jubilación y le despeje el camino a Giri, que deberá ser avalado por el Concejo Deliberante.

En los últimos meses, el empresario marplatense comenzó a reunirse con el intendente Arroyo en su despacho. “Sí, se reunieron varias veces, pero Emiliano todavía no volvió a formar parte del círculo más cercano a Arroyo”, aseguran fuentes del entorno del jefe comunal.

Otros, en cambio, lo ven con un poder creciente. A su retorno a la gestión, hay que sumarle que varios funcionarios del equipo del jefe comunal le responden: los secretarios de Cultura Christian Rabe y de Salud, Gustavo Blanco; el subsecretario de Comunicación Agustín Neme y si bien no forma parte de su equipo aseguran que gestó un buen vínculo con el secretario de Educación Luis Distéfano.

Giri, además, suma otro capital político: funcionarios provinciales que no toleran el “círculo íntimo” de Arroyo ven en él expresidente del Emtur un dirigente con el cual pueden lograr entendimientos.

Un escalón por encima de Giri en cuanto al nivel de confianza se encuentran los dos secretarios con mayor nivel de exposición: Alejandro Vicente (Gobierno) y Hernán Mourelle (Hacienda).

Vicente, uno de los pocos funcionarios que se mantiene en el cargo desde el comienzo de la gestión Arroyo, siempre fue un hombre de peso para el jefe comunal. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría en otras épocas, en los últimos tiempos Arroyo les restó protagonismo a otros dirigentes. Para el intendente se trata, además, de uno de los funcionarios más leales y el que más da la cara, cada vez que hay un conflicto o una polémica. Ese nivel de exposición le valió más de un cuestionamiento de dirigentes del radicalismo (partido de origen de Vicente) con los que compartió la gestión de Daniel Katz, incluido del exintendente.

Mourelle llegó a Mar del Plata hace poco más de un año, enviado desde el gobierno provincial para ordenar las finanzas del municipio. Desde hace meses que el municipio no tiene dificultades para pagar los sueldos y otras cuestiones parecen haberse ordenado (algunos creen que a fin de año podría haber alguna sorpresa por la utilización de fondos afectados). Pero además, el estilo directo y confrontativo de Mourelle “enamoró” a Arroyo.

“A veces habla de más, pero me encanta. No tiene miedo de enfrentarse con nadie, es muy parecido a mí”, les suele decir a sus colaboradores Arroyo.

Otro hombre que desde hace un tiempo tiene predicamento sobre el jefe comunal es un abogado sin cargo: Andrés Barbieri. Si bien en algún momento se especuló con la posibilidad de que asumiera un cargo formal (se mencionó subsecretario de Gobierno), nunca se concretó su desembarco. Sin embargo, se lo puede ver habitualmente en el despacho del jefe comunal.

Es uno de los principales asesores del municipio en materia de derecho administrativo. Fue, por caso, un férreo defensor del decreto de Arroyo de tolerancia cero de alcohol al conducir, que fue cuestionado jurídicamente por distintos especialistas. Es, por el momento, un asesor ad honorem, aunque Barbieri espera que su aporte tenga premio antes del final de la gestión del jefe comunal: su nombre figura en uno de los sobres que contiene la terna para ocupar uno de los cargos vacantes como juez de Faltas. No obstante, pese a contar con el guiño del arroyismo por ahora no logró avanzar en el Concejo Deliberante.

Durante buena parte de su gestión, la mesa chica de Arroyo siempre tuvo dos lugres reservados para su hijo Guillermo y su (ahora ex) yerno Mauricio Loria. De un tiempo a esta parte, ambos concejales bajaron el perfil y perdieron predicamento, más allá de que el jefe comunal los sigue considerando de su círculo íntimo.

El secretario privado Hernán Tillous, que llegó a la gestión de la mano de Arroyo hijo y Loria, sin embargo, sigue formando parte de las reuniones más selectas. Es que, a diferencia de los dos concejales de la Agrupación Atlántica que tienen un vínculo resquebrajado con la oposición e incluso con algunos funcionarios, Tillous es apreciado como un interlocutor más certero, algo que en el arroyismo no es una cualidad que abunde. 

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