Tras una nueva ronda de negociación, Guzmán presentará la enmienda entre jueves y viernes

Tras una nueva ronda de negociación, Guzmán presentará la enmienda entre jueves y viernes

El Gobierno calibra la oferta final bajo el paraguas del FMI y busca sumar avales entre los bonistas. La versión definitiva será enviada a la SEC y se oficializará con un DNU en el Boletín Oficial

 

 

Comienza una semana clave de cara a la reestructuración de USD66.200 millones de deuda externa con acreedores privados. Según pudo confirmar BAE Negocios con fuentes oficiales, la enmienda final a la oferta de canje será presentada entre el jueves y viernes. Antes de eso, el ministro de Economía, Martín Guzmán, encarará una nueva ronda de reuniones virtuales con los grupos de bonistas con el objetivo de conseguir algo más de respaldo para su propuesta definitiva en torno a los UDS50 de valor presente neto (VPN), que aún guardaría una distancia considerable con las pretensiones de los grandes fondos de Wall Street.

Además de enviarse a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC), por normativa la enmienda deberá realizarse mediante un decreto, como ocurrió con la oferta original. A diferencia de las tres extensiones de plazo que se sucedieron, esta vez no basta con una resolución ministerial. Una vez enmendada, la oferta estará abierta durante otro período de diez días, el tiempo mínimo que establece la SEC. “La intención es llegar a un acuerdo en ese lapso pero está la posibilidad de extender por otros diez días, siempre con el objetivo de cerrar el canje cuanto antes”, explicaron en Economía.

Finalmente, la oferta definitiva no se presentará a comienzos de la semana, como especulaban algunas versiones. Bajo el paraguas del Fondo Monetario Internacional, que avaló al Gobierno para ofrecer una mejora en los pagos a los acreedores dentro del marco de sustentabilidad, Guzmán encarará una tanda de conversaciones con los bonistas con un nuevo acuerdo de confidencialidad.

En ellas, el ministro discutirá las modificaciones que planea incorporar para elevar el VPN desde los USD47 –a una tasa de descuento del 10%- de la última versión de la propuesta hasta alrededor de los USD50, el límite que fijó el FMI para que sea compatible con su análisis de sostenibilidad.

La razón principal de la dilación es que los clubes de tenedores aún no se bajan de sus pretensiones que rondan los USD53. Y tal como contó este diario, el Ejecutivo busca que la enmienda llegue a la SEC con el mayor consenso posible. O, al menos, que los tenedores “la consideren dentro de un marco de razonabilidad como para continuar negociando”, confiaron en el entorno del ministro.

Guzmán dijo este domingo en una entrevista con Perfil que la declaración del Fondo sirvió para “anclar expectativas” y afirmó que “hoy no estamos en condiciones de enmendar la oferta pero sí apuntamos a enmendarla”. Allí, también advirtió que algunos acreedores pueden querer trabar “una reestructuración razonable” para Argentina como forma de aleccionar a otros países en vías de renegociar su deuda a raíz de la coronacrisis. Con todo, consideró que es necesario conseguir la adhesión de los principales bonistas, como Blackrock, para arrastrar al resto: “Tenemos fondos de inversión muy grandes en el mundo, que podrían generar un efecto si nos acompañan sobre el resto”.

Entre las alternativas en estudio para intentar cerrar la brecha y lograr las mayorías necesarias -66% en los bonos emitidos por Mauricio Macri y 85% en los surgidos del canje 2005 realizado por Néstor Kirchner- para avanzar en un canje general sin riesgo de litigios en los tribunales neoyorkinos, que en los últimos días con el fallo en contra del país en la causa por la expropiación de YPF dieron una nueva muestra de su peligrosidad, están la inclusión de un cupón atado al PBI y la posibilidad de capitalizar los cupones impagos.

Ya en la segunda versión se recortó un año el plazo de gracia propuesto, se redujo la quita de capital en los bonos más cortos, se elevó un tato los cupones, se acortó los vencimientos de la mayoría de los nuevos títulos y se reconoció el pago de los intereses devengados a través de un nuevo bono.

Lo cierto es que para el Gobierno es una prioridad alcanzar un acuerdo con los areedores para despejar el horizonte de la deuda, más aún en plena agudización de la crisis a causa de la pandemia, y devolverla a un sendero sostenible que le permita en el mediano plazo recuperar el acceso a los mercados, luego de un proceso de endeudamiento récord en la era Cambiemos.

Como contó BAE Negocios, el propio Alberto Fernández les transmitió a los empresarios que lo visitaron en Olivos el miércoles pasado: "Yo soy un presidente que quiero arreglar la deuda".

En ese marco, el representante argentino en el directorio del FMI, Sergio Chodos, volvió a mostrarse optimista. En diálogo con Radio 10, dijo: "Todo se define al final del período de suscripción, tenemos que removernos de la idea de la ansiedad de cuándo, cómo y quién acuerda. Estimo que haya acreedores que no digan nada o tengan reservas y a último momento entren. En 2005 hubo una cantidad de acreedores importantes que se pasaron todo el período de suscripción diciendo que la oferta iba a fracasar y era un desastre, y a último momento entraron. Tenemos que tener una cierta cautela y ser no pesimistas".

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