Tras el éxodo, el camino del regreso y el desafío De reconstruir en Jujuy

Transcurridas pocas horas de la histórica conmemoración del Bicentenario del Exodo, viene a la mente una multiplicidad de imágenes que entremezclan historia, presente y futuro, introduciendo de manera indefectible nuestros pensamientos en la actualidad imperante y lo que les depara a las próximas generaciones de jujeños.
Atrás quedaron jornadas colmadas de vertiginosa dinámica, producto de la variada propuesta cultural y popular que, tanto Gobierno de la Provincia, como Municipalidad de San Salvador de Jujuy (con cercana apoyatura del Concejo Deliberante), se encargaron de diseñar criteriosamente para abarcar el gusto y la preferencia de todos. Ahora se viene un tiempo de reflexión y hay que aprovecharlo. En definitiva el Bicentenario de la máxima gesta de los jujeños, tiene que constituirse en espacio para la reflexión, encuadrada en una nueva oportunidad de enseñar a partir de lo ocurrido y aprender de los legados.

Tal vez para los más jóvenes, la celebración del Bicentenario sea simplemente motivo de un amplio movimiento popular. Será responsabilidad de los que tienen más rodaje terrenal evitar que este acontecimiento pase inadvertido por las jóvenes y despreocupadas conciencias.

Para los que peinan canas y vivieron las frecuentes crisis económicas, sociales, políticas, financieras e institucionales, surge el deber de darle al 23 de Agosto el significado que realmente tiene, la trascendencia que merece, porque obliga a proceder de esta manera la herencia de los patriotas que, más allá de sus intereses, sus cualidades y sus defectos, hace dos centurias se atrevieron a pensar en un país mejor y en una organización federal, en tiempos en que todo resultaba sumamente difícil, más que ahora.

Al igual que en la época de los patriotas emancipadores, los tiempos de Jujuy hoy no son precisamente sencillos. Es por ello que se debe unir fuerzas para levantar las banderas de la moral, la ética, el trabajo, la paz y el amor por nuestro país, nuestra provincia y el prójimo. Estas son las herramientas a las que se debe recurrir para revertir una crisis de valores que está ultrajando los más profundos cimientos de Jujuy. Frente a tamaño deber, bien cabe preguntar: ¿Estamos haciendo lo mejor? ¿Nos limitamos a la queja por la queja misma? ¿Asumimos la adversidad con fácil resignación? ¿Realmente extremamos esfuerzos para caminar hacia un futuro mejor con la frente en alto? Cuantos interrogantes invaden a los jujeños perseguidos por las urgencias cotidianas y ocupados en la coyuntura, sin hacer la necesaria pausa para a reflexionar sobre lo que se está haciendo o se deja de hacer.

Comentá la nota