Tras el caso de la soprano, alertan sobre el factor de riesgo genético en los ACV

Tras el caso de la soprano, alertan sobre el factor de riesgo genético en los ACV
Además del tabaquismo, la obesidad y la hipertensión, los expertos advierten que el aneurisma intracraneal puede ser hereditario.
La muerte de la soprano Florencia Fabris, ocurrida el domingo pasado luego de que sufriera un ataque cerebrovascular (ACV) durante un concierto en la provincia de San Juan, reavivó la necesidad de alertar sobre los factores de riesgo que pueden provocar estos cuadros, muchas veces con un desenlace fatal. Y entre estos, el menos notorio y más silencioso, no relacionado con el estilo de vida ni los hábitos de consumo –como lo son la obesidad, el tabaquismo y la hipertensión arterial–, es el factor genético.

"La historia familiar con ACV aumenta aproximadamente el riesgo de sufrirlo en un 30%", sostiene el neurocirujano Pedro Lylyk, director médico de la Clínica Sagrada Familia y el Instituto Médico ENERI.

De acuerdo a la Guía para la Prevención Primaria del ACV para profesionales difundida por la American Heart Association y la American Stroke Association, las mujeres que sufrieron ACV tuvieron más probabilidad de tener padres con la misma dolencia. "Por eso es razonable el estudio no invasivo, con diagnóstico por imágenes, de aneurismas intracraneales en pacientes con dos o más familiares de primer grado con aneurismas", explica Lylyk.

El aumento de riesgo de ACV debido a la historia familiar puede deberse a la herencia genética de los factores de riesgo de ACV; a la herencia de susceptibilidad a los efectos de dichos factores; al hecho de compartir con la familia factores culturales, ambientales y de estilo de vida; o a la interacción entre factores genéticos y ambientales. "De hecho, muchos de los factores de riesgo, como hipertensión, diabetes y alto colesterol, tienen tanto componentes genéticos como ambientales o de comportamiento", agrega el profesional.

En cualquier caso, los factores de riesgo más documentados son los modificables, como la hipertensión, la exposición al humo del cigarrillo, la diabetes, la fibrilación auricular y cierto tipo de condiciones cardíacas, además de dislipidemia, estenosis en la arteria carótida, terapia hormonal posmenopáusica, dieta pobre, sedentarismo y obesidad y distribución de la grasa corporal.

"La hipertensión es un factor de riesgo importante tanto para el infarto cerebral como el cardíaco. La relación entre presión de sangre y riesgo de ACV es estrecha, continua, gradual, consistente, independiente, predictiva y etiológicamente significativa. Cuanta más alta es la presión, más alto es el riesgo de ACV", asegura Lylyk. La evidencia demuestra que el tratamiento farmacéutico de la hipertensión previene el ACV tanto como el daño a otros órganos: corazón, arterias coronarias y riñon. «

señales: la regla de las 5 c

 Ante la primera señal: El doctor Lylyk recomienda anotar la hora en que apareció y llamar o concurrir a un servicio de urgencia. Además, propone la regla nemotécnica de las 5 C, para recordar cuáles son las señales de alerta de un ataque cerebrovascular.

 Cuerpo: Sentir un lado débil, dormido o paralizado (cara, brazo o pierna).

 Confusión: Problemas para hablar o entender.

 Ceguera: No ver bien o quedarse ciego de repente.

 Caminata: Problemas para caminar, alteración del equilibrio.

 Cabeza: Dolor súbito y fuerte de cabeza.

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